Condenados dos vendedores de filtradores de agua por aprovecharse de una anciana para estafarle 33.400 euros en Ourense

Los autores son una mujer y un hombre, que se les ha impuesto las penas de 18 y 12 meses de prisión respectivamente

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Una mujer mayor sujetando un
Una mujer mayor sujetando un tarro lleno de monedas (Freepik)

La sección segunda de la Audiencia Provincial de Ourense ha condenado a 18 y a 12 meses de cárcel, respectivamente, a una mujer y a un hombre por estafar, de forma continuada, a una anciana en O Carballiño. El tribunal ha tenido en cuenta la atenuante de dilaciones indebidas y, en uno de los casos, también la de confesión y, en el del sospechoso, la de reparación del daño.

Además, les ha impuesto el pago de una indemnización a la víctima. La cantidad total de la que se apoderaron, según la sentencia, asciende a 33.400 euros.

Una vulnerabilidad evidente

La estafa comenzó a gestarse en marzo de 2019 cuando la víctima, una mujer de avanzada edad y un incipiente deterioro cognitivos, conoció a los dos acusados, trabajadores de una empresa de sistemas de filtrado de agua.

Todo comenzó como una simple venta de un equipo doméstico, pero rápidamente se transformó, con el paso de los meses, en una compleja trama de engaños, abusos de confianza y apropiaciones indebidas que terminaron en los tribunales.

La mujer vivía sola, sin apenas contacto con su hijo ni su nieta, y con una vulnerabilidad evidente que no pasó desapercibida para los acusados. Aprovechando esa situación de aislamiento, los dos acusados comenzaron a frecuentar su domicilio, ayudándola con compras y gestiones bancarias, hasta ganarse completamente su confianza.

Bajo el pretexto de asistirla en sus asuntos financieros, la acompañaron en diversas ocasiones a retirar dinero de su cuenta en ABANCA, dinero que luego hacían suyo. En apenas tres meses, la anciana llegó a perder más de 33.000 euros.

La relación entre los implicados se fue enredando con el tiempo. Una de los dos acusados llegó incluso a obtener una tarjeta de débito a su nombre, con el consentimiento de la víctima, quien creía que así facilitaba la gestión de sus gastos cotidianos. Sin embargo, esa tarjeta fue utilizada por la acusada para realizar decenas de reintegros en cajeros automáticos, extrayendo en total más de 13.000 euros.

El hombre, por su parte, también se aprovechó de la confianza de la mujer, retirando miles de euros en varias visitas a la sucursal bancaria. Cuando la anciana descubrió el uso fraudulento de su tarjeta, intentó frenarlo solicitando su anulación. Pero para entonces, buena parte de sus ahorros ya había desaparecido.

La denuncia presentada en mayo de 2020 dio inicio a un largo proceso judicial marcado por las demoras, los informes médicos y los testimonios contradictorios. Los forenses certificaron que la víctima sufría un deterioro cognitivo severo desde al menos 2019, lo que reforzó la tesis de la acusación de que el engaño había sido “bastante” para inducirla a error, aprovechando su vulnerabilidad y soledad.

No eran regalos

La Sala entiende probado que la acusada utilizó de forma fraudulenta una tarjeta y que se aprovechó de la confianza generada en la víctima para conseguir, “con el pretexto de acompañarla al banco para obtener dinero con el que efectuar la compra de víveres”, hacerse con el efectivo que sacaba de diferentes sucursales bancarias. En la mayoría de las ocasiones, según consta en la sentencia, acudió ella sola y, en una ocasión, junto al coacusado.

La Policía Nacional difunde un nuevo vídeo con consejos para el ciudadano, esta vez frente a las estafas.

Los magistrados indican que la geolocalización del terminal telefónico de la condenada la sitúa en varias sucursales bancarias en las fechas en las que se efectuaron los reintegros.

Además, rechazan la alegación del sospechoso de que la víctima le hiciera regalos. Así, indican que consta un mensaje telefónico intercambiado entre los dos condenados, en el que “entre risas de ambos, se burlan de la anciana, diciendo que parece que ahora los nietos son ellos”.