Las cuatro zonas que siempre debes limpiar a tu perro después de un paseo

En estas partes del cuerpo de las mascotas suele acumularse más la suciedad y producirse irritaciones

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Tras un paseo, algunas zonas
Tras un paseo, algunas zonas del cuerpo de los perros pueden acumular suciedad. (Freepik)

El paseo diario es uno de los momentos más esperados por cualquier perro. Olores nuevos, estímulos, ejercicio y la oportunidad de socializar convierten esos minutos en la mejor parte del día para ellos. Sin embargo, lo que para los dueños empieza como un rato de disfrute, a menudo termina con una pequeña batalla: la limpieza al volver a casa.

Y es que, aunque muchos piensen que basta con secarles las patas o sacudirles un poco el polvo, los veterinarios y expertos en cuidado animal recuerdan que hay zonas del cuerpo del perro que se ensucian más de lo que parece y que requieren más atención.

A través de su cuenta de TikTok, Mireia, una creadora de contenido que difunde consejos sobre cuidado de las mascotas (@bilmathequeenandco, en honor a su perra Bilma), ha compartido un vídeo en el que explica las partes del cuerpo “que siempre debes limpiar a tu perro después del paseo”.

El hocico

La primera de las zonas es el hocico: “Como, durante el paseo siempre olfatean, estará sucio”. Esta zona, que es la principal herramienta con la que los perros exploran el mundo, está siempre en contacto con el entorno: suelos, arbustos, otros animales.

Aunque no siempre se vea sucio a simple vista, en el hocico pueden acumularse bacterias, polvo o alérgenos que, con el tiempo, podrían provocar irritaciones o pequeñas infecciones. Así, hay que limpiarlo con suavidad tras cada paseo, utilizando toallitas húmedas específicas para perros o gasas ligeramente humedecidas en agua. Evita siempre los productos con alcohol o perfume, ya que podrían alterar el pH natural de su piel.

Una mujer pasea con su
Una mujer pasea con su perro (AdobeStock)

Las patas

Con respecto a las patas, “es muy importante limpiar sus almohadillas e hidratarlas”, porque acumulan polvo, barro o incluso residuos químicos del suelo, especialmente en ciudades.

En invierno, la sal y el frío pueden agrietarlas, mientras que en verano el asfalto caliente puede causar quemaduras. Por eso, después de cada paseo conviene revisar si hay pequeñas piedras o cortes y limpiar suavemente con una toalla húmeda o con agua templada.

La barriga

La barriga es otra de las partes a las que hay que prestar atención: “Tu perro se puede tumbar en el suelo o en la tierra”. Aunque muchas veces pasa desapercibida, esta zona tiende a ensuciarse con facilidad, sobre todo en perros pequeños o de pelo largo, cuyo vientre roza constantemente el suelo al caminar o al jugar.

Una pasada rápida con un paño húmedo evita la acumulación de suciedad y malos olores. Además, es un buen momento para revisar si hay pequeñas heridas, granitos o signos de alergia. Una rutina sencilla que refuerza la salud e higiene diaria del animal.

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La cola y la parte trasera

Estas zonas requieren especial atención tras el paseo, tanto por higiene como por prevención de infecciones. Son partes delicadas y, a menudo, las más olvidadas en la rutina de limpieza. Los perros pueden sentarse en superficies sucias, húmedas o con restos orgánicos, lo que aumenta el riesgo de acumulación de bacterias o parásitos.

Además, después de hacer sus necesidades, pueden quedar pequeños restos que provoquen irritaciones o mal olor si no se eliminan correctamente. Por ello, Mireia recomienda “utilizar productos húmedos indicados para perros y que no contengan parabenos”. Este tipo de toallitas o espumas permiten limpiar de manera eficaz sin alterar el pH natural de la piel. También es importante secar bien la zona para evitar la humedad, que podría favorecer la aparición de hongos o dermatitis.