Ayuso privatiza el tratamiento de protonterapia para enfermos de cáncer porque sigue sin instalar las dos máquinas que donó Amancio Ortega en 2021

Licita un contrato por dos millones para que los pacientes puedan recibir esta terapia, mientras termina las obras en los hospitales de Fuenlabrada y La Paz para instalar los dos aceleradores entregados por el empresario. No se puede dar “una fecha exacta”, señalan desde Sanidad

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Isabel Díaz Ayuso, en su
Isabel Díaz Ayuso, en su visita en julio a las obras que se están llevando a cabo en el hospital de Fuenlabrada para instalar la unidad de protonterapia.

El Gobierno regional que preside Isabel Díaz Ayuso está licitando un nuevo contrato para poder prestar un tratamiento muy especial y caro a determinados enfermos de cáncer: la protonterapia (un tipo de radioterapia que usa protones). La Consejería de Sanidad reconoce que debe financiar estos tratamientos en hospitales privados porque aún no ha instalado las dos máquinas de protonterapia que la Fundación Amancio Ortega donó en octubre de 2021. La planificación para la implantación de estos dos equipos en los hospitales de Fuenlabrada y La Paz comenzó en 2022 y se estimó que todo el proceso duraría cuatro años.

Un portavoz de la Consejería de Sanidad señala a Infobae España que no se puede dar “una fecha exacta” para saber cuando estarán operativos estos dos equipos. Los trabajos necesarios para que este servicio esté disponible en el hospital de Fuenlabrada se adjudicaron en julio de 2024 por once millones de euros. El plazo de ejecución pactado con la empresa constructora era de 14 meses desde la firma de autorización de inicio de las obras. Ayuso visitó las obras este mes de julio y no dio plazos. “En esta legislatura debe estar”, matizan desde Sanidad.

Más retrasadas van las obras en el hospital de La Paz. Fueron adjudicadas a finales de octubre por 16,5 millones de euros. Aquí ha habido problemas porque la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) presentó un recurso ante el Tribunal Administrativo de Contratación Pública, recurso que finalmente fue rechazado. Los trabajos tienen un plazo de 17 meses. Ya nos iríamos a 2027. Por eso, la Comunidad de Madrid ha tenido que licitar este contrato, valorado en 1,9 millones de euros, para que la protonterapia pueda estar en la cartera de servicios médicos.

Amancio Ortega, fundador de Inditex.
Amancio Ortega, fundador de Inditex. (EFE/Cabalar).

En los últimos tres años, 156 personas han tenido que recibir tratamiento de protonterapia en la Comunidad de Madrid: 60 en 2022, 44 en 2023 y 52 en 2024. Las previsiones de Sanidad es que la media sea de 52 beneficiarios al año gracias a este contrato. En Madrid solo hay dos centros médicos privados con disponibilidad para ofrecer este tratamiento. La Fundación Amancio Ortega acordó en octubre de 2021 con el Gobierno de España y varias comunidades autónomas una donación de 280 millones de euros para instalar diez aceleradores de protones en el sistema público de salud. Los equipos se instalarán en Galicia (Santiago de Compostela), Cataluña (Barcelona, dos equipos), País Vasco (Vizcaya), Madrid (dos equipos), Andalucía (Málaga y Sevilla), Valencia e Islas Canarias (Gran Canaria).

Tumores infantiles

La protonterapia es un tratamiento que permite una liberación más localizada de la radiación, lo que conlleva una menor irradiación del tejido sano circundante. Los beneficios son la disminución de efectos adversos tardíos en los órganos y tejidos que rodean al tumor y la reducción del riesgo de desarrollar segundos tumores. Esto adquiere especial relevancia en la población pediátrica. De hecho, la Sociedad Española de Oncología Radioterápica recomienda este tratamiento en tumores en niños, tumores oculares, tumores próximos o en la base del cráneo y tumores primarios o metastásicos de médula espinal y columna vertebral. El 60% de los enfermos que han recibido esta terapia en Madrid en los últimos tres años eran menores de 18 años.

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Las obras más avanzadas están en el hospital de Fuenlabrada. Allí se está construyendo un búnker que albergará el acelerador y la sala de tratamiento. Dicho búnker estará rodeado de un blindaje exterior (paredes y techo) de entre 2 y 3 m de hormigón. Habrá también una sala de control, otra sala para los equipos de imagen y salas para anestesia, ya que en algunos tratamientos el paciente debe ser sedado. En total, 1.800 metros cuadrados de nueva construcción. Se trata de un proceso que “necesita mucha coordinación” explican desde Sanidad, ya que necesita “certificaciones en el ámbito nuclear”.