Comienza el juicio por el espeluznante crimen de Zamora: el asesinato del jubilado hallado en un saco con cal viva

El anciano fue encontrado sin vida en 2019 a la orilla del río Tera, ahora hay tres posibles culpables y la afirmación de que no se suicidó

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Audiencia Provincial de Zamora. (EFE/Mariam
Audiencia Provincial de Zamora. (EFE/Mariam A. Montesinos)

La Audiencia Provincial de Zamora ha comenzado esta semana el juicio por uno de los crímenes más inquietantes de los últimos años en Castilla y León: el asesinato de un hombre portugués, de 71 años, cuyo cadáver fue hallado en diciembre de 2019 en la ribera del río Tera. Lo que en un principio parecía un suicidio aislado en un entorno natural y tranquilo junto al lago de Sanabria, pronto se reveló como un homicidio meticulosamente planeado.

La víctima, cuya identidad no ha trascendido públicamente, era un jubilado portugués con una pensión considerable. Fue encontrado el 27 de diciembre en un paraje conocido como Pozo Muerto, con las piernas introducidas en un saco lastrado con cal viva, una técnica que sugiere intento de ocultación.

Esta circunstancia, junto a otras pruebas, desató una investigación compleja y transnacional que ha desembocado en el procesamiento de tres ciudadanos portugueses: dos hombres y una mujer, detenidos en 2023.

El asesinato y la identificación

Cuando las autoridades retiraron el cadáver del agua en 2019, el hombre no llevaba nada que hiciese posible su identificación y el cuerpo se encontraba en muy mal estado. Así que no fue hasta julio de 2020, 7 meses más tarde, que consiguieron identificarlo con claridad. El Laboratorio de Criminalística de la Guardia Civil tomó muestras de ADN requiriendo la cooperación del resto de cuerpos policiales y después de la confirmación de la muerte por asfixia por sumersión, confirmaron la identidad del fallecido que contaba con antecedentes policiales.

Una imagen de Google Maps ayuda a resolver un crimen en Soria.

Una vez la Guardia Civil supo quién era, dirigió la investigación hacia el entorno personal y social de la víctima. En Verín (Ourense), los investigadores confirmaron la relación del fallecido con personas con antecedentes policiales y penales por delitos violentos o contra la salud pública. Estos aseguraron que el hombre había desaparecido en la localidad portuguesa de Chaves a primeros de mes de diciembre de 2019, un mes antes de su hallazgo.

Tras investigar la vida del anciano se fueron destapando todos los secretos. Todo les llevó a la persona que se encargaba de los cuidados del fallecido en Verín y a su compañero de piso. Es más, los agentes de la Guardia Civil descubrieron que la víctima tenía cuentas bancarias en común con la acusada en Portugal, por lo que se establecieron mecanismos de coordinación con la Policía Judiciaria de ese país. Es en ese momento cuando se descubrió la posible implicación de otra tercera persona que presuntamente mantenía una relación sentimental con la detenida.

El relato de hechos de la acusación particular apunta a que “lo durmieron y lo ahogaron en el río, además le tenían maniatado con cinta americana, le metieron en un saco de cal viva y allí lo dejaron enterrado...hasta que apareció“.

Todo el proceso judicial

Tras varias pruebas incriminatorias hacia las tres personas y la inspección de sus domicilios y vehículos, fueron imputadas por su grado de implicación con el asesinato el 22 de diciembre de 2023. Todo apuntaba a que la finalidad era hacerse con los ingresos mensuales que obtenía el jubilado.

Escenas del crimen ilustrativas (Foto:
Escenas del crimen ilustrativas (Foto: Cuartoscuro)

Con todo esto, la semana de juicios empezó ayer, lunes 20 de octubre. Casi dos años después del arresto y 6 del asesinato, ya hay un el jurado constituido y se iniciará la prueba, prolongándose inicialmente hasta el jueves 23 de octubre, si bien está previsto que finalice el lunes 27 de octubre.

En la primera jornada, se ha celebrado un juicio con jurado popular en el que la Fiscalía y acusación han centrado sus interrogatorios en demostrar que la acusada mantenía relaciones sentimentales con diferentes hombres. Posiblemente, fruto de servicios de prostitución, y que maltrataba reiteradamente al hombre que, finalmente, apareció ahogado después de ser arrojado en un saco con cal viva al río Tera.

Toda la idea de que un crimen tan calculado haya sido cometido en un sitio tan residencial y tranquilo, durante años sin resolución, ha generado un debate sobre la seguridad, la vulnerabilidad de los mayores y los delitos transfronterizos. La expectación es máxima para ver como acaba y cuáles son los cargos finales.