Ana Lirio, la profesora que denuncia el acoso de sus alumnos: “Cada día hay 25 adolescentes riéndose de mí”

A pesar de los beneficios laborales, muchos docentes reconocen vivir una auténtica pesadilla en las aulas

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Docentes(Imagen Ilustrativa Infobae)
Docentes(Imagen Ilustrativa Infobae)

La docencia siempre se ha considerado una de las profesiones más estables y admiradas. Horarios definidos, largas vacaciones y una vocación basada en la enseñanza hacen que muchos jóvenes sigan viéndola como un trabajo ideal. Sin embargo, la realidad que viven muchos profesores en España se aleja mucho de esa imagen idílica. Cada vez son más los que reconocen que su día a día está marcado por el agotamiento emocional, la falta de respeto y la pérdida de motivación.

En el curso 2023-2024, España alcanzó un récord histórico con 784.425 docentes en centros no universitarios. Pero detrás de esa cifra se esconde un gran malestar. Según el último informe de la Fundación Santa María (SM), el 36% de los profesores afirma sufrir una fuerte desmotivación, y uno de cada tres ha experimentado apatía o pérdida de ilusión por su trabajo.

“Voy a trabajar con ganas de llorar”

Ana Lirio en Instagram
Ana Lirio en Instagram

Una de esas docentes es Ana Lirio, profesora de secundaria, que se ha hecho viral tras compartir en sus redes sociales una confesión sincera sobre la situación que vive a diario en su centro educativo. “En los últimos días he ido a trabajar con ganas de llorar ante la impotencia”, escribió, generando una ola de apoyo entre otros compañeros que se sintieron identificados con su testimonio.

“Ayer, desesperada, les comuniqué a mis alumnos de 2º y 3º de ESO que ya no aguantaba más. Que no se imaginaban lo horrible que era intentar hablar, explicar y que no me dejasen hacerlo. Les pido que me escuchen, les ruego que, por favor, me dejen dar la clase. Empiezan a reírse, se ríen de mí”, relató en una publicación que rápidamente se viralizó.

El mensaje de Ana no es el único. Según el sindicato CSIF, siete de cada diez docentes españoles reconocen haber sufrido algún tipo de agresión por parte del alumnado. En la mayoría de los casos no son golpes ni empujones, sino ataques verbales, burlas o comportamientos que buscan humillar al profesor.

Una profesión que pasa factura emocional

Estudiantes en un instituto (Freepik)
Estudiantes en un instituto (Freepik)

“Voy al instituto con ropa lo más neutral posible para no darles motivos para que se rían de mí o me falten más al respeto. Cada día, hay 25 adolescentes señalándome y riéndose de mí”, denuncia la docente, que confiesa que cada noche sueña con no tener que volver al instituto. “Mi objetivo no es otro que conseguir ganarme la vida de otra forma”, admite.

En los comentarios a su publicación, decenas de profesores compartieron experiencias similares: desde ataques hasta burlas continuas dentro del aula. Muchos reconocen haber pensado en abandonar la docencia, una decisión que cada vez más profesionales acaban tomando.

La salud mental del alumnado

Los expertos advierten de que este problema no es nuevo, pero sí ha empeorado en los últimos años. La salud mental del alumnado se ha convertido en un factor determinante, los psicólogos alertan de un incremento preocupante de trastornos como la ansiedad, la depresión o el TDAH, que pueden afectar directamente a la conducta en clase.

A esto se suma un sistema educativo que, según los docentes, ha ido reduciendo su nivel de exigencia, lo que genera falta de esfuerzo, frustración y pérdida de respeto hacia la figura del profesor. Antes el maestro era una figura de autoridad, ahora muchos alumnos ven al profesor como alguien contra quien rebelarse. Mientras tanto, miles de profesores como Ana Lirio siguen intentando mantener su vocación viva en medio del caos.