Dejar de fumar implica menor riesgo de demencia aunque sea de forma tardía, según un estudio

Investigadores de la University College de Londres descubren que abandonar el tabaco tiene efectos duraderos en la mente

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Persona fumando. (Victoria Valtierra/Cuartoscuro)
Persona fumando. (Victoria Valtierra/Cuartoscuro)

Dejar de fumar, aunque se haga en la madurez o edades tardías, puede frenar el deterioro cognitivo y reducir el riesgo de demencia, según un reciente estudio publicado en The Lancet Healthy Longevity.

La investigación, que analizó los datos de casi 9.500 personas de 12 países, incluidos España, arroja luz sobre un aspecto clave de la salud cerebral: el abandono del tabaco, incluso tardío, puede tener efectos duraderos en la mente.

El estudio, dirigido por investigadores del University College de Londres (UCL), mostró que aquellos que dejaron de fumar después de los 40 años experimentaron una disminución significativamente menor en sus capacidades cognitivas, como la memoria y la fluidez verbal, en comparación con aquellos que continuaron con el hábito. Este hallazgo se mantuvo estable a lo largo de los seis años posteriores al abandono del tabaco.

Los daños asociados a fumar

Cigarro partido por la mitad.
Cigarro partido por la mitad. (Europa Press)

Durante décadas, se ha sabido que fumar daña el cerebro de múltiples formas. El impacto más directo se encuentra en la salud cardiovascular, ya que el tabaquismo compromete la circulación sanguínea, lo que reduce el oxígeno vital que llega al cerebro. Pero más allá de esto, fumar también contribuye al envejecimiento cerebral acelerado al provocar una inflamación crónica, generando un estrés oxidativo que, con el tiempo, daña las neuronas y afecta a las funciones cognitivas.

Aunque investigaciones anteriores ya habían observado mejoras a corto plazo en la salud cerebral de quienes dejaban de fumar, el nuevo estudio desvela una realidad alentadora: los beneficios del abandono del tabaco pueden perdurar, incluso cuando este ocurre después de los 50 años. Este hallazgo desafía la creencia de que los daños cerebrales causados por años de fumar son irreversibles, abriendo una nueva puerta a la esperanza para quienes buscan preservar su salud cognitiva a lo largo del tiempo.

La investigación

Los datos del tabaco en España: más de un 60% de los fumadores se plantea dejarlo.

Para llevar a cabo el estudio, los investigadores compararon los datos de personas que dejaron de fumar con aquellos que continuaron fumando, todos ellos mayores de 40 años, con una media de edad de 58 años. A lo largo de seis años, los participantes respondieron a encuestas médicas cada dos años, lo que permitió a los científicos evaluar el impacto del abandono del tabaco en la memoria, la fluidez verbal y otros indicadores cognitivos.

Los resultados mostraron que las tasas de deterioro cognitivo antes de dejar el tabaco eran similares, después del abandono del hábito, las trayectorias cognitivas de los dos grupos divergieron notablemente. Los autores señalan que sus hallazgos son coherentes con estudios anteriores que demostraron que un amplio grupo de personas mayores de 65 años que dejaron de fumar durante la primera o mediana edad, daban puntuaciones cognitivas similares a la de las personas que nunca habían fumado.

“Con este estudio vemos que también ayuda a mantener una mejor salud cognitiva a largo plazo, por lo que nunca es demasiado tarde para dejarlo”, afirma una de las autoras, Mikaela Bloomberg, investigadora del Instituto de Epidemiología y Atención Sanitaria del UCL, en un comunicado del centro.

La evidencia indica que las personas son menos propensas a intentar dejar de fumar a partir de la mediana edad, a pesar de que es cuando más sufren los perjuicios del tabaquismo. En esa línea, los autores consideran que sus conclusiones ofrecen “una motivación más a los fumadores, y razones adicionales para el control del tabaco a los responsables políticos”.