Andrés Millán, abogado, explica cómo se puede invertir en oro: “Hay dos formas de hacerlo”

El abogado detalla las dos principales vías para invertir en oro, que son la compra física y los fondos cotizados (ETFs), y advierte sobre las comisiones, la custodia y los riesgos asociados a cada una

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Andrés Millán, abogado, explica cómo
Andrés Millán, abogado, explica cómo se puede invertir en oro: “Hay dos formas de hacerlo”. (Montaje Infobae España con imágenes de Canva y TikTok)

En los últimos meses, el oro se ha convertido en uno de los temas más recurrentes entre los interesados en inversión y finanzas. La incertidumbre económica, la inflación persistente y la desconfianza hacia las divisas tradicionales han llevado a muchos ahorradores a mirar hacia el metal precioso como refugio de valor.

Para ellos, el abogado y divulgador Andrés Millán ha explicado en un vídeo de sus redes sociales cuáles son las dos principales formas de invertir en oro, una guía práctica que busca aclarar dudas a quienes se inician en este tipo de inversiones.

“Comprar oro físico”, entre la seguridad tangible y los costes ocultos

Según Millán, la primera forma de invertir en oro es hacerlo mediante la compra física, ya sea en forma de lingotes o monedas. “La primera es comprar oro físico, que puede ser en forma de lingotes o en forma de monedas”, explica el abogado. Sin embargo, advierte que no todas las opciones son igual de rentables: “Las monedas normalmente son más caras porque son unidades más pequeñas. Y a mayor tamaño, más barato sale. Es decir, un lingote de 100 gramos te cuesta menos que 10 lingotes de 10 gramos”.

Esa diferencia de tamaño y coste no es casualidad. Mientras que las monedas pueden ser más caras en términos relativos, ofrecen una ventaja importante en términos de flexibilidad. Millán lo ilustra con un toque de humor: “Cuanto más pequeña es la unidad, más flexibilidad te da para determinadas operaciones, o si el día de mañana hay un apocalipsis zombi, no puedes utilizar el dinero fíat y necesitas comprar un vuelo o gasolina”.

Sin embargo, el abogado advierte que el oro físico también tiene dos problemas principales: las comisiones y la custodia. En primer lugar, las comisiones pueden ser elevadas: “Si lo compras en cualquier casa de las conocidas en España, pues te meterán una comisión probablemente superior al 3% y además te aplicarán un spread”, señala. El spread es la diferencia entre el precio real del oro y el precio al que el comerciante decide venderlo. “Para explicarlo fácil, si el lingote de oro hoy está cotizando a 3.500 euros, ellos igual te dicen que está cotizando a 3.600”, detalla Millán.

Lingotes de oro para invertir
Lingotes de oro para invertir (Canva)

A esa diferencia se suman otros gastos añadidos, como el envío y el almacenamiento. “Te comes esos 100 euros de sobreprecio, más la comisión que les pagues, más gastos de envío, etcétera, si quieres que te lo traigan a casa”, explica. Además, mantener el oro físico a salvo no es tarea sencilla: “Lo ideal aquí será un seguro del hogar en el que tú comuniques que tienes este lingote de oro en casa y entonces te cobrarán también un sobreprecio”.

Y el proceso no termina ahí. Vender el oro también implica costes adicionales. “Si no lo quieres vender a un particular, sino también a una casa oficial, por supuesto, conserva siempre la factura, te harán de nuevo, probablemente, comisiones”, advierte.

ETFs de oro, “una forma mucho más cómoda y accesible de hacerlo”

Frente a esa alternativa más tradicional, Millán destaca una opción más moderna y sencilla: invertir en oro a través de ETFs, que son fondos cotizados en bolsa que replican el precio del metal. “Una forma mucho más cómoda y accesible de hacerlo, además lo puedes hacer desde 10 euros, es hacerlo mediante ETFs”, afirma.

El abogado explica que estos fondos permiten participar en el valor del oro sin necesidad de poseerlo físicamente. “Explicado fácil, son fondos que invierten en oro. Entonces, tú cuando inviertes en un ETF estás teniendo una participación en oro”. Sin embargo, no todos los ETFs son iguales. “Hay varios tipos de ETF. Los de réplica sintética, que básicamente estás comprando derivados financieros que replican el precio del oro”, comenta.

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A pesar de su popularidad, Millán no se muestra entusiasta con esta modalidad: “No me gustan porque no estás comprando oro como tal. Y de nuevo, si el día de mañana hay un apocalipsis o hay una quiebra, ¿qué tienes? Un derivado, no tienes oro como tal”.

Por ello, recomienda los llamados ETFs de réplica física, que sí están respaldados por oro real almacenado en bóvedas. “En el de réplica física, al menos lo que estás comprando es una porción de oro que está guardada en una bóveda”, explica. No obstante, también advierte de que esta opción no está exenta de riesgos: “Siempre va a tener muchísimo más riesgo de contraparte que tener el oro tú en tu casa, pero tienes muchas menos comisiones y es mucho más accesible”.