Dónde y cómo almacenar los plátanos para que se mantengan en buen estado

Con unos simples y rápidos cuidados, es posible alargar su vida hasta dos semanas

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Imagen recurso de unos plátanos
Imagen recurso de unos plátanos (Pixabay)

Comer fruta, aparte de ser un placer natural para los sentidos, es vital para salud: aporta vitaminas, minerales, fibra y agua, que protegen contra enfermedades crónicas, reducen el colesterol y mejoran la función digestiva. Organizaciones de salud como la OMS recomiendan el consumo diario de al menos cinco porciones de frutas y verduras para garantizar una ingesta adecuada de nutrientes y disminuir el riesgo de enfermedades cardiovasculares y cáncer.

Para alcanzar el consumo de frutas recomendado, nadie quiere ir todos los días al supermercado. Pero también es frustrante comprar en gran cantidad y ver cómo la fruta se echa a perder antes de poder disfrutarla: un desperdicio de dinero y de comida que desanima a cualquiera.

Y, ¿esto por qué ocurre? La fruta madura rápidamente por la producción natural de etileno, un gas hormonal que acelera el proceso de maduración en especies llamadas “climatéricas”, como las manzanas, los plátanos y los aguacates. Cuando estas frutas se almacenan juntas, la concentración de etileno aumenta y, con ella, la velocidad de maduración. Además, los golpes, las magulladuras y un mal almacenamiento (por temperatura o humedad inadecuadas) también pueden acelerar su descomposición, como explica la Formación de Manipulación de Alimentos Forman.

Los plátanos son, seguramente, uno de los productos más delicados dentro de ese tipo de frutas. Conocer dónde y cómo almacenarlos va a marcar la diferencia en su esperanza de vida. Estas son algunas de las recomendaciones que harán que se mantengan en buen estado, según Moon and Garden:

Los fruteros no son tan prácticos

Un recipiente compacto, con curva, limita el flujo de aire y aumenta el calor, lo que va a provocar que el gas etileno se acumule en mayor medida. Se recomienda almacenarlos en un soporte de alambre o en un plato llano limpio: menos calor, menos golpes y magulladuras, y menor acumulación del gas.

Al colocar los plátanos sobre la superficie lisa elegida en la encimera, no se deben amontonar ni apoyar unos contra otros. Deja unos centímetros de espacio entre cada uno: ese aire permite que el gas etileno se disperse en lugar de concentrarse.

También es importante no mezclar productos en distintos estados de maduración. Una fruta madura acelera el proceso de los que aún están verdes, y uno firme se ablanda más rápido de lo que se imagina. Separa las manzanas y los melocotones en otro lugar, dejando que “respiren”. Así, los plátanos conservarán su punto justo durante más tiempo.

La ubicación de los plátanos en la cocina es otro factor que determina silenciosamente cuánto tardan en madurar. El calor que emite un horno o una freidora de aire acelera todas las reacciones en la piel de la fruta: los pigmentos se oscurecen más rápido y las enzimas actúan con mayor intensidad. Cuando ese calor se combina con el gas etileno atrapado, el efecto se duplica. Por eso, lo ideal es conservar las frutas en un lugar fresco y estable de la encimera.

Un gorro que conserva frescura

Aunque parezca humorístico, este es el primer gorro que ofrece frescura. El truco se basa en colocar una simple envoltura de papel film transparente o papel aluminio en los tallos. Va a provocar un efectivo retraso de la maduración debido a que la salida principal de los gases se bloquea: atrapa el etileno en su origen, por lo que llega menos al resto del racimo.

Esta técnica, que toma pocos segundos y se ajusta perfectamente a rutinas ajetreadas, ofrece una recompensa en forma de días extra de frescura.

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Al realizar estas tres recomendaciones, la vida de los plátanos aumenta hasta 10 días, a veces incluso 14, según Moon and garden. Así se podrá disfrutar de ellos en su punto justo de madurez, sin desperdicio, y con todo su aporte natural de energía y dulzura.