España, líder europeo en sobrecualificación: más de un tercio de los titulados trabaja por debajo de su nivel formativo

El 34,6% de los egresados universitarios y de FP superior desempeña empleos que no requieren su titulación, frente al 20,9% en la UE

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Unos alumnos en una imagen
Unos alumnos en una imagen de recurso.(Freepik)

España vuelve a situarse a la cabeza de la Unión Europea en sobrecualificación laboral. Según el informe Indicadores comentados sobre el estado del sistema educativo español 2025, elaborado por la Fundación Ramón Areces y la Fundación Europea Sociedad y Educación, el 34,6% de los trabajadores con estudios superiores en España ocupa un puesto para el que no necesita ese nivel de formación. Este porcentaje duplica prácticamente la media europea (20,9%) y consolida una tendencia que se arrastra desde hace más de una década, reflejando uno de los desajustes más persistentes del mercado laboral español.

El dato coloca a España por delante de Grecia (32,7%) y muy lejos de los países con menores tasas de sobrecualificación, como Luxemburgo (4,3%), Chequia (12,4%) o los Países Bajos (12,8%). A nivel interno, el fenómeno afecta tanto a universitarios como a titulados de Formación Profesional de Grado Superior, y tiene un impacto más acusado en las mujeres (35,5%) que en los hombres (33,6%), una diferencia de 1,9 puntos porcentuales que se mantiene estable respecto a años anteriores.

Los autores del informe subrayan que la sobrecualificación en España no es un problema coyuntural, sino una característica estructural del sistema productivo y educativo. La elevada proporción de titulados superiores —una de las más altas de Europa— convive con un tejido empresarial de baja intensidad tecnológica y escasa demanda de perfiles altamente cualificados, lo que genera un desequilibrio crónico entre oferta y demanda de talento.

Un sistema educativo que produce más titulados de los que el mercado absorbe

La sobrecualificación se ha convertido en un espejo que refleja las contradicciones de un país con un sistema educativo en expansión pero con un modelo productivo aún anclado en sectores de bajo valor añadido. En España, más del 50% de los jóvenes de entre 25 y 34 años ha alcanzado estudios terciarios, una cifra superior a la media de la UE. Sin embargo, el mercado laboral no ha evolucionado al mismo ritmo: gran parte del empleo sigue concentrado en el comercio, la hostelería y la construcción, actividades que ofrecen pocas oportunidades para los profesionales altamente formados.

Unos alumnos de instituto en
Unos alumnos de instituto en un aula (Freepik)

El informe señala que uno de cada tres ocupados con estudios universitarios realiza tareas de cualificación media o baja, un fenómeno que afecta especialmente a los graduados en Humanidades y Ciencias Sociales, aunque también alcanza a ramas técnicas e ingenierías en regiones con menor desarrollo industrial. Este desajuste se traduce en salarios más bajos, menor satisfacción laboral y una pérdida de productividad para la economía en su conjunto.

Los analistas advierten, además, de la dificultad de corregir esta tendencia en el corto plazo. “España ha invertido con éxito en elevar el nivel educativo de su población, pero no ha logrado acompasar esa mejora con una transformación de su estructura económica”, se recoge en el estudio. “La consecuencia es un desaprovechamiento del capital humano, con titulados que no encuentran empleos acordes a su formación y empresas que continúan demandando perfiles de baja cualificación”.

Desajuste por territorios y brecha de género

El fenómeno de la sobrecualificación no se distribuye de manera homogénea en todo el país. Las comunidades con mayor peso de los servicios —como Madrid, Cataluña, Andalucía y la Comunidad Valenciana— concentran los porcentajes más altos de titulados trabajando en empleos por debajo de su nivel formativo. En regiones con mayor presencia del sector industrial o tecnológico, como el País Vasco o Navarra, la proporción es más baja, aunque todavía superior a la media europea.

La brecha de género también se mantiene. Las mujeres presentan una tasa de sobrecualificación del 35,5%, frente al 33,6% de los hombres, pese a tener mejores resultados académicos y mayor representación en la educación universitaria. Los expertos atribuyen esta diferencia tanto a la segregación ocupacional —las mujeres predominan en sectores con menor reconocimiento salarial o profesional— como a las dificultades para acceder a puestos de dirección y responsabilidad.

Por edades, los jóvenes recién incorporados al mercado laboral son los más afectados. Los datos muestran que, entre los menores de 30 años con estudios universitarios, casi cuatro de cada diez trabajan en ocupaciones de nivel medio o bajo, lo que retrasa su desarrollo profesional y merma sus expectativas de progreso económico.

Un reto para la política educativa y laboral

El informe apunta que reducir la sobrecualificación requiere una mejor coordinación entre el sistema educativo, la orientación profesional y las necesidades reales del tejido productivo. Los autores reclaman una apuesta decidida por la Formación Profesional Dual y por políticas activas de empleo que fomenten la inserción en sectores de alta cualificación, como la industria tecnológica, la sanidad, la transición energética o la innovación científica.

El Gobierno aprobará el próximo martes en Consejo de Ministros el real decreto de creación, reconocimiento y autorización de universidades por el cual se "reforzará la exigencia de calidad" para todas las universidades y servicios "mejorarán los mecanismos de supervisión y control", según ha anunciado la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant.

Aun así, reconocen que el problema trasciende la educación. “No basta con ajustar la oferta formativa; es necesario un cambio profundo en el modelo productivo”, señala el documento. España necesita más empresas capaces de absorber talento cualificado y ofrecer carreras profesionales estables, algo que hoy sigue siendo una asignatura pendiente.