Así impactan los colores en tu cerebro, según la psicología

El Test de Lüscher y otras técnicas similares tienen detractores por su falta de estandarización y objetividad, aunque algunos especialistas las consideran útiles para explorar aspectos subjetivos difíciles de verbalizar

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Las manos de una persona
Las manos de una persona manchadas de pintura. (Adobe Stock)

La influencia de los colores en la vida cotidiana se manifiesta tanto en el estado de ánimo como en la percepción de los espacios, y su estudio ha generado debates y aplicaciones en diversos ámbitos desde hace siglos. También hay investigadores que han intentado comprender cómo los colores afectan la mente. A lo largo del tiempo, se han desarrollado experimentos y pruebas que han permitido observar reacciones tanto psicológicas como fisiológicas ante diferentes estímulos cromáticos. Entre estas herramientas destaca el Test de Lüscher, una técnica proyectiva que asocia la preferencia o el rechazo de ciertos colores con estados psicológicos específicos. No obstante, esta prueba tiene detractores dentro del campo de la psicología debido a la naturaleza de su aplicación y a los criterios metodológicos empleados.

Según la teoría de Max Lüscher, existen cuatro colores primarios psicológicos, divididos en dos pares: los heterónomos y los autónomos. Los colores heterónomos, azul y amarillo, simbolizan la noche y el día, respectivamente. El azul representa la tranquilidad, la pasividad y el reposo, mientras que el amarillo sugiere actividad y estimulación. Por su parte, los colores autónomos, rojo y verde, se asocian con la acción y la defensa. El rojo implica conquista y adquisición, mientras que el verde está vinculado a la autoconservación y la supervivencia.

Qué significa cada color, según la teoría de Lüscher

Cada color posee un significado y un efecto particular sobre las personas. El rojo se asocia con el fuego y la sangre, transmite calor y vitalidad, y puede influir de manera poderosa en el estado de ánimo. El azul inspira confianza y serenidad, aunque su uso excesivo puede provocar fatiga o depresión. El verde actúa como sedante y es eficaz para combatir la excitabilidad nerviosa, el insomnio y la fatiga, además de ser el color más fácil de percibir para el ojo humano. El naranja estimula la vitalidad y la comunicación, favoreciendo el trabajo en equipo, aunque puede resultar tanto calmante como irritante. El amarillo, relacionado con la luz solar, genera alegría y buen humor, aunque es el color más difícil de visualizar. El gris es neutro y puede expresar elegancia o desconsuelo, mientras que el negro se asocia con la oscuridad, el dolor y la solemnidad. El violeta representa el misterio y la espiritualidad, y en el pasado fue símbolo de realeza. El blanco evoca paz, pureza y claridad, y para algunas culturas orientales simboliza el tránsito entre vidas. El rosa transmite calma y tranquilidad.

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Las críticas a la teoría del color de Lüscher

En cuanto a la validez científica de los test proyectivos como el de Lüscher, existen posturas encontradas. La psicóloga e investigadora argentina Susana Seneiderman publicaba en 2011 el artículo Consideraciones acerca de la confiabilidad y validez en las técnicas proyectivas, donde defendía que este tipo de pruebas pueden servir como “hipótesis puente” para explorar dimensiones subjetivas difíciles de verbalizar, como fantasías o miedos. Sin embargo, se les critica por su carácter interpretativo y la falta de objetividad, ya que los resultados dependen en gran medida de los criterios personales del especialista que los aplica. Además, la ausencia de estandarización y la dificultad para reproducir los resultados han generado cuestionamientos sobre su confiabilidad y su estatus científico.