Álvaro Fernández, farmacéutico: “No es cierto que los alimentos fríos dañen la garganta”

Además de la temperatura del alimento, también afectan factores como su textura, posibles ingredientes irritantes, y los niveles de azúcar y acidez

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Por otro lado, existen factores
Por otro lado, existen factores externos, como el aire frío, que sí han demostrado tener un efecto dañino a la garganta. (Composición fotográfica/Canva)

¿Alguna vez, mientras te dolía la garganta, has pensado en tomarte algo frío? Sí, frío, no caliente.

El farmacéutico Álvaro Fernández ha compartido un vídeo en la red social TikTok que ha causado sorpresa entre sus seguidores. En el vídeo, el hombre se queja de estar malo e informa que se va a tomar un granizado para la garganta.

Lo que podría parecer contradictorio, afirma el farmacéutico, y que todas las madres nos desaconsejarían, en realidad tiene un afecto muy beneficioso para la garganta.

“El frío es analgésico y antiinflamatorio”, explica Álvaro. Así que va a aliviar el dolor en la garganta.

¿El frío no es malo para la garganta?

Contrario a lo que se suele pensar cuando estamos malos, beber líquidos o alimentos fríos no afecta la salud ni provoca infecciones respiratorias. Es más probable que una persona se ponga enferma por respirar aire frío durante mucho tiempo que por los efectos de una bebida congelada.

Una de las posibles razones por las que creemos que el frío daña la garganta, es la idea que miles de personas se ponen enfermas durante las temporadas invernales. Pero en realidad, en invierno coinciden dos situaciones: por un lado, los virus circulan con mayor regularidad y, por otro, las personas se reúnen en espacios cerrados y mal ventilados: esto propicia un escenario perfecto para su contagio.

¿Por qué el frío ayuda?

Cuando sienten dolor de garganta, muchas personas optan por evitar por completo bebidas frías, helados o alimentos a temperaturas bajas, ya que se preocupan que su situación se agravaría. En realidad, según los médicos, lo más importante no es la temperatura del alimento, sino su textura, composición y el nivel de irritación que pueda causar en la mucosa inflamada.

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Los alimentos fríos, por tanto, pueden ayudar a reducir temporalmente el dolor de garganta, porque provocan un efecto anestésico local: así, se adormecen los tejidos afectados y disminuye la inflamación.

Por tanto, en muchos tratamientos pediátricos o cuando se trata de intervenciones como la extracción de amígdalas, se recomienda consumir paletas heladas, yogur frío o incluso nieve para calmar las molestias. Además, los líquidos fríos pueden ayudar a mantener la garganta hidratada, lo cual es fundamental durante una infección.

Por supuesto, esto no quiere decir que todos los alimentos fríos sean recomendables. Hay una serie de factores que también afectan, como por ejemplo, el nivel de azúcar, acidez o ingredientes que podrían irritar la garganta, como es el caso de algunas bebidas carbonatadas o jugos cítricos.

Otro aspecto a tomar en cuenta es la tolerancia personal: si una persona percibe que un alimento frío le molesta o provoca espasmos en la garganta, se recomienda optar por opciones tibias o a temperatura ambiente.

Si el dolor de garganta es causado por infecciones bacterianas, se recomienda acudir al médico para recibir el tratamiento adecuado. En estos casos, ni los alimentos fríos ni los calientes curarán el problema, aunque sí pueden aliviar los síntomas.

No existe evidencia científica que indique que comer cosas frías empeore un dolor de garganta. De hecho, tal y como afirma Álvaro, en ciertos casos pueden ser útiles para calmar el malestar. Lo que uno debe hacer es escuchar al cuerpo, evitar alimentos irritantes, mantener una buena hidratación y, si los síntomas persisten, consultar con un profesional de la salud.