El sector agroalimentario gana músculo fortalecido por la exportación, la demanda y menores costes de producción

España se erige como la cuarta potencia exportadora de esta industria en la UE y la octava a nivel mundial, con una cuota del 3,4%

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Viña del Marco de Jerez.
Viña del Marco de Jerez.

El sector agroalimentario español alcanza velocidad de crucero y presenta este año “un marcado tono expansivo” que consolida la senda alcista de crecimiento iniciada a mediados de 2023, indican los analistas de CaixaBank Research en su último informe sectorial. Atribuyen este buen comportamiento a la contención de los costes de producción, a la mejora de las condiciones meteorológicas y al repunte de la demanda, “que están favoreciendo un incremento sostenido tanto de la producción como de las exportaciones, que ya se sitúan en niveles prepandemia”.

La recuperación de la producción agraria también se refleja en una reactivación de la industria de alimentación, que creció un 1,4% interanual en el primer semestre de 2025, un registro “muy positivo”, que se suma a al dinamismo de su mercado laboral, según CaixaBank Research. Con este avance se consolida la reactivación registrada en 2024, de tal manera que la producción de la industria alimentaria se encuentra cerca de los niveles prepandemia.

Uno de los catalizadores del buen comportamiento del sector agroalimentario han sido las exportaciones, que en el primer semestre de 2025 crecen un 5% en volumen y un 5,6% en valor, superando el aumento del conjunto de bienes españoles exportados. Con estos porcentajes, España se consolida como la cuarta potencia exportadora agroalimentaria de la UE y la octava a nivel mundial, con una cuota del 3,4%.

Además de la internacionalización, otros de los pilares que sostienen el crecimiento del sector primario son la recuperación de la producción tras la sequía y su elevada competitividad, apuntan los analistas.

Riesgos y oportunidades

El buen comportamiento del sector se enfrenta a una serie de riesgos como la caída de precios en algunos productos clave, entre ellos, los aceites y las grasas; el estancamiento del volumen exportado de frutas, y el impacto del giro proteccionista en mercados como el Reino Unido, Estados Unidos y China. Todo ello, según el informe, “obliga a reforzar la estrategia de diversificación geográfica y comercial”.

Las nuevas barreras arancelarias impuestas por los dos gigantes económicos afectarán a productos como el aceite de oliva, los lácteos y las hortalizas. Y aunque la exposición directa es limitada, algunos productos presentan una alta dependencia de estos mercados.

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Otro de los retos a los que se enfrenta es “la mejora de la resiliencia del sector ante la mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos asociados al cambio climático”, subraya el informe.

En este escenario, al sector también se le presentan nuevas oportunidades derivadas del acuerdo comercial entre la UE y Mercosur, que según los autores del informe, “emerge como una oportunidad estratégica para abrir nuevos canales de exportación”, especialmente en productos como frutas, vino, porcino y aceite de oliva. También plantea desafíos competitivos en sectores como la carne de vacuno o el azúcar, por lo que “será clave una adaptación ágil del tejido empresarial”, inciden.

Un pilar de la economía española

El sector primario sigue siendo un pilar económico y territorial en el que se apoya España, y aunque su peso en el valor añadido bruto (VAB) nacional ha descendido ligeramente en las últimas décadas —del 5,5% en los 2000 al 4,9% en 2022—, mantiene una relevancia estratégica gracias a su papel como impulsor de la competitividad internacional, la cohesión territorial y la autonomía estratégica.

En este sentido, los expertos de CaixaBank Research señalan el liderazgo de Andalucía, Castilla y León y Cataluña en la aportación al sector y que este es “especialmente importante” en las economías de Extremadura, La Rioja y las dos Castillas. También constatan una tendencia creciente hacia la industrialización, con un progresivo aumento del peso de la transformación alimentaria respecto al primario, especialmente en regiones como Madrid, Cataluña y la Comunitat Valenciana.