Pescadores capturan en el Cantábrico uno de los peces más rápidos del mundo: su hallazgo es sumamente inusual

El cambio climático está deparando el desplazamiento de especies tropicales hacia aguas antes más templadas o frías

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Capturada una dorada coryphène en
Capturada una dorada coryphène en el Cantábrico, un hallazgo poco habitual.

El pasado fin de semana, un grupo de pescadores del puerto de San Juan de Luz, en el departamento francés de Pirineos Atlánticos, realizó una captura excepcional en el mar a bordo de su barco denominado Bayonne. Al lanzar sus redes en las aguas del litoral vasco, lograron atrapar una dorada coryphène, conocida también como mahi-mahi en otras regiones del mundo.

Este pez exótico es uno de los más rápidos del planeta y su hallazgo en esta costa resulta sumamente inusual. Habitualmente, la dorada coryphène vive en océanos cálidos, lejos de las aguas frías del Atlántico norte, por lo que el hecho de que haya sido pescada en estas latitudes ha llamado la atención de los expertos y de la comunidad científica, informa La République des Pyrénées.

La dorada coryphène destaca no solo por el colorido de su cuerpo y su tamaño, sino especialmente por su velocidad en el agua. Se ha registrado que puede alcanzar picos de casi 100 kilómetros por hora, lo que la coloca entre los animales marinos más rápidos conocidos.

Dorada coryphène.
Dorada coryphène.

De uno hasta 2,40 metros

Los ejemplares adultos suelen medir al menos un metro, aunque no es extraño encontrar individuos que superan los dos metros de longitud, llegando incluso a los 2,40 metros. Su esperanza de vida es corta, promediando alrededor de cuatro años. Además de su velocidad, es muy valorada en la pesca deportiva y comercial, ya que tiene una alta cotización en los mercados internacionales, sobre todo en América.

El hecho de que una especie propia de aguas tropicales haya sido pescada en el norte del litoral atlántico francés no es totalmente nuevo, pero sí sigue siendo una rareza. La dorada coryphène es una especie migratoria, sin fronteras fijas más allá de las características de la temperatura del agua.

En opinión del Comité regional de pesca marítima de Nueva Aquitania -aporta La République des Pyrénées-, en los últimos años “esta especie ha sido vista más regularmente en el sur del golfo de Vizcaya”. Este fenómeno no es aislado, ya que desde hace aproximadamente tres años, diferentes especies típicas de aguas cálidas han sido registradas en zonas donde antes no se encontraban.

Avistan un diablo negro, o rape abisal, a plena luz del día cerca de la costa de Tenerife.

Los efectos del cambio climático

Los especialistas atribuyen esta novedad directamente al cambio climático. El progresivo aumento de las temperaturas marinas favorece el desplazamiento de especies tropicales hacia aguas previamente templadas o incluso frías, alterando de forma notable los ecosistemas locales. Según los expertos consultados, “el calentamiento global está modificando la composición de la biodiversidad marina y favorece la llegada de especies ajenas a estos entornos”.

La dorada coryphène prefiere aguas que superan los 20 grados y normalmente se distribuye en amplias zonas de los océanos Atlántico, Índico y Pacífico. Hasta ahora, era prácticamente invisible para los pescadores de la costa vasca, ya que evitaba aguas menos cálidas. Dada su naturaleza migratoria, la ausencia de límites salvo la temperatura le permite desplazarse grandes distancias si las condiciones lo permiten.

Por eso, su captura se ha convertido en un ejemplo que ilustra la “transformación de los ecosistemas marinos”, tal y como subrayan desde el Comité regional de pesca marítima. El hallazgo en San Juan de Luz plantea nuevas preguntas sobre la adaptación de la fauna marina ante el ascenso sostenido de las temperaturas oceánicas.

El tiburón peregrino capturado en
El tiburón peregrino capturado en El Port de la Selva. (3Cat)

El pez más grande del Mediterráneo

Otra llamativa captura tuvo lugar hace apenas unos meses en Cataluña. El pasado abril, una embarcación pesquera del Port de la Selva, en la Costa Brava, capturó de forma accidental un tiburón peregrino (cetorhinus maximus), considerado el pez más grande del Mediterráneo y el segundo más grande del mundo, solo por detrás del tiburón ballena. El ejemplar, que medía más de siete metros de largo y pesaba más de una tonelada, quedó enredado en las redes del barco, ya sin vida.

El tiburón peregrino es una especie protegida catalogada como “vulnerable”. En España, su avistamiento es más frecuente entre los meses de abril y octubre, cuando las aguas alcanzan temperaturas más templadas y se produce una mayor proliferación de plancton. Diversas ONG trabajan para concienciar sobre la necesidad de proteger esta especie y mejorar los protocolos ante su varamiento o captura incidental, habiendo documentado varios casos de ejemplares atrapados en redes de arrastre.