Un “chicle” con sabor a tomillo para diagnosticar la gripe: descubren que el sentido del gusto podría ayudar a detectar el virus

Investigadores de la Universidad de Wüzburg (Alemania) han encontrado en las papilas gustativas una aliada para identificar la enfermedad en minutos

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Detalle de una mujer masticando
Detalle de una mujer masticando un chicle (AdobeStock)

Más allá de los estornudos y la fiebre, las papilas gustativas de la lengua podrían ayudar a identificar el virus de la gripe. Una reciente investigación llevada a cabo por la Universidad de Wüzburg (Alemania) ha descubierto que el sentido del gusto podría ser útil para detectar la enfermedad.

Los investigadores, cuyos resultados del estudio ya han sido publicados en ACS Central Science, han desarrollado un sensor molecular que, al entrar en contacto con el virus de la influenza, libera un sabor a tomillo perceptible en la lengua. Este avance busca facilitar la identificación temprana de la enfermedad y reducir la transmisión antes de la aparición de síntomas.

El equipo liderado por el doctor Lorenz Meinel ha diseñado este sensor con el objetivo de superar las limitaciones de los métodos actuales de diagnóstico de la gripe y obtener un resultado en minutos. Las pruebas de reacción en cadena de la polimerasa (PCR), que requieren hisopados nasales, ofrecen alta precisión, pero resultan costosas y lentas. Por otro lado, los test de flujo lateral, similares a los empleados para la detección de la covid-19, son accesibles y económicos, aunque no permiten identificar infecciones en la fase presintomática.

Meinel y sus colaboradores explican que su propuesta consiste en trasladar la detección de la gripe desde equipos y procedimientos complejos hacia un mecanismo accesible para cualquier persona: la lengua. El sensor molecular desarrollado se basa en un sustrato de la glucoproteína viral neuraminidasa, conocida como la “N” en las denominaciones de cepas como H1N1. Esta enzima es utilizada por los virus de la gripe para romper enlaces en las células del huésped y facilitar la infección.

El sensor incorpora una molécula de timol, componente presente en el tomillo, que se percibe como un sabor herbal intenso. Cuando el sensor entra en contacto con la saliva de una persona infectada, la neuraminidasa viral libera el timol, permitiendo que la lengua detecte el sabor. En pruebas de laboratorio, el sensor liberó timol libre en 30 minutos al exponerse a saliva de pacientes con gripe. Además, los experimentos realizados en células humanas y de ratón demostraron que el sensor no alteró el funcionamiento celular.

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El futuro de la gripe en pastillas para chupar

El siguiente paso para el equipo de Meinel será iniciar ensayos clínicos en humanos en un plazo estimado de dos años, con el fin de evaluar la capacidad del sensor para generar timol en personas infectadas, tanto antes como después de la aparición de síntomas. La intención es incorporar este sensor en chicles o pastillas para chupar, lo que permitiría realizar pruebas rápidas y accesibles en entornos de alto riesgo. Según Meinel, “este sensor podría ser una herramienta de cribado de primera línea rápida y accesible para ayudar a proteger a las personas en entornos de alto riesgo”.

El desarrollo de esta tecnología ha contado con el apoyo financiero del Ministerio Federal de Investigación y Educación (actualmente denominado Ministerio Federal de Investigación, Tecnología y Espacio), y los autores han registrado una patente en la Oficina Europea de Patentes.