Un caso reciente en España vuelve a poner sobre la mesa la importancia de la buena fe en las relaciones de trabajo. Según explica el abogado laborista y creador de contenido jurídico @Laboral_tips, un trabajador de un supermercado fue despedido disciplinariamente tras intentar sustraer doce cajas de fresas, a penas valoradas en seis euros. El incidente tuvo lugar cuando un compañero le descubrió intentando apropiarse de las cajas de fruta y se lo comunicó al jefe. Dos días después, la empresa, aplicó un despido disciplinario al trabajador.
La empresa justificó el despedido amparándose en “la transgresión de la buena fe contractual”. Este principio está recogido en el Art. 54.2 del Estatuto de los Trabajadores, permitiendo al empleador de una compañía rescindir un contrato al producirse un abuso de la confianza o una conducta perjudicial contra la relación laboral. El robo se considera un ejemplo de esta conducta. Además, es independiente del valor económico del producto sustraído. También existen otros motivos como faltas de asistencia, ofensas verbales y acoso por motivos raciales o de género.

El caso ha generado debate en redes, ya que muchos consideran que el bajo valor del producto podría hacer que el despido parezca desproporcionado. Sin embargo, el experto en derecho laboral destaca que, lo relevante, no es tanto el valor del bien sustraído, sino la violación de la confianza entre trabajador y empresa, que constituye un elemento esencial de la relación laboral.
Una mirada a la jurisprudencia española
En su video, @Laboral_tips subrayó que la legislación española no exige que el bien sustraído tenga un valor significativo para justificar un despido disciplinario. La clave está en la intención del trabajador y el quebrantamiento de la confianza depositada por el empleador. Este tipo de casos son frecuentes en la jurisprudencia laboral española. Los tribunales han respaldado despidos disciplinarios incluso por sustracciones de bajo valor, argumentando que la buena fe y la confianza son pilares de la relación laboral y su transgresión justifica medidas severas como la extinción del contrato de trabajo.

Para las empresas, este tipo de normativa sirve como recordatorio de que cualquier conducta que atente contra la confianza puede tener consecuencias graves, mientras que para los trabajadores constituye una advertencia sobre la importancia de respetar los códigos contractuales de conducta. El caso compartido por @Laboral_tips se ha viralizado en TikTok y otras redes sociales, despertando comentarios y discusiones sobre la proporcionalidad de los despidos por hechos de bajo valor económico. Aunque el debate social se centra en la cuantía de los bienes sustraídos, la legislación y la jurisprudencia española muestran que la clave es la confianza y la buena fe, y que su vulneración puede justificar un despido disciplinario sin importar la cantidad económica involucrada.
En conclusión, el despido disciplinario por robo, incluso de productos de escaso valor, está respaldado por la legislación española siempre que se demuestre que hubo transgresión de la buena fe contractual, como ocurrió en el caso viralizado por TikTok. Este ejemplo sirve como advertencia a los trabajadores sobre la importancia de la integridad en el lugar de trabajo.
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