Pseudoterapias y “ejercicios que son un privilegio”: revelan las técnicas de captación del chamán Lobo Blanco que está siendo procesado por violación

El psiquiatra Dr. Laurent Layet enumera y explica varios mecanismos de influencia y control, sobre todo relacionados con la sexualidad

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El psiquiatra Dr. Laurent Layet
El psiquiatra Dr. Laurent Layet describe varios patrones que Loup Blanc utiliza para aislar y manipular a sus víctimas.

El autoproclamado chamán, Cyrille Adam, de 74 años, ha sido juzgado de nuevo en el Tribunal de lo Penal de Vaucluse desde el lunes 22 de septiembre.

El hombre, que difundió sus enseñanzas entre las montañas Cevenas del Gard y Tarn-et-Garonne y su nuevo hogar en el valle del Po, niega las acusaciones de violación y abuso contra algunas de sus discípulas, todas mujeres. Ya fue condenado a 15 años de prisión por el Tribunal Penal del Gard, pero ha apelado la decisión.

“¡No estoy de acuerdo, no he hecho nada!”, protestó Cyrille Adam, alias Loup Blanc, en el banquillo de los acusados ​​ante el Tribunal de lo Penal de Vaucluse. “¡Aún no he hecho mi pregunta, y no sabes cuál es!”, respondió la presidenta Laurène Dorlhac, quien apenas ha terminado el informe de la investigación.

Con la cabeza rapada, el chamán de 74 años se impacientó al comienzo de su juicio de apelación, según relata el medio local Midi Libre. Desde allí describen que el chamán tiene toda la intención de demostrar su inocencia tras ser condenado a 15 años de prisión en septiembre de 2024.

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Entonces, el tribunal penal de Gard lo declaró culpable de violación y agresión sexual contra antiguos seguidores de su comunidad, calificada de sectaria por la Miviludes, y que se extendió desde Sumène (Gard) hasta el Château de Réalville (Tarn-et-Garonne), donde impartía sus cursos.

Antes de su arresto a finales de 2021, sus seguidores habían contribuido a comprarle una casa de un millón de euros en Prats-de-Mollo (PO). Desde 2024, en Midi Libre afirman que el gurú no ha cambiado. Ni físicamente, ni en su forma de defenderse. Viene descrito como conspiranoico, fatalista y victimista, mientras una veintena de seguidores que acudieron a apoyarlo absorben sus palabras.

Las declaraciones del chamán

“Siento que mi juicio ya está hecho, que soy culpable porque supuestamente soy una secta… Llevo 44 meses y 15 días en prisión, ya no tengo confianza en la justicia”, denuncia.

“¡Comenzamos el juicio desde el principio!”, le recuerda el presidente.

“Pero en la cárcel no puedo dormir, estoy harto de oler a mierda todos los días, y no sabemos si es la cárcel o la ciudad”, continúa Cyrille Adam, atrapado dos veces con un teléfono móvil.

“Desde el momento en que te conviertes en guía espiritual, ¡te etiquetan como secta!”, susurra, mencionando de pasada su supuesto don: “Me curo a mí mismo, soy la prueba de lo que enseño”.

Cuando el tribunal le pregunta su postura sobre el abuso de la debilidad, el adoctrinamiento denunciado en su comunidad, promete con la mano en el corazón: “La gente va, viene por voluntad propia. No animo a nadie a venir”.

La opinión de un psiquiatra

Dr. Laurent Layet, psiquiatra, describió al jurado “los mecanismos de influencia y control establecidos, en particular sobre la sexualidad” que el acusado usaba con sus víctimas. Según él, Cyrille Adam se encontraba en plenas facultades mentales: sin enfermedad ni trastorno mental, y completamente “consciente” de lo que había hecho.

El experto, según informa el medio anteriormente mencionado, enumera varios los factores que generan inseguridad en quienes acuden en busca de espiritualidad. Hasta el punto de aislarse del mundo exterior.

“Es capaz de detectar los defectos de las personas”, afirma él.

Primero, “es capaz de detectar los defectos de las personas, conoce su intimidad”, luego parece omnipotente con múltiples predicciones, algunas de las cuales inevitablemente se cumplen. Después viene “el surgimiento de una forma de paranoia”, con una conspiración externa que amenazaría a la comunidad, o incluso su poder para romper los vínculos entre los seguidores y su supuesto don, porque, como ilustra con palabras del gurú, “es capaz de escuchar el silencio”.

A esto se suma el acondicionamiento físico durante los cursos: poco sueño, ayuno, trance colectivo, humillaciones… “La libertad se pierde poco a poco, estás atrapado por el miedo a ser rechazado del grupo”, analiza el médico. Su diagnóstico es claro: Lobo Blanco, autoproclamado “superior”, establece una “relación pseudoterapéutica, desviada” que podría haber llevado a actos sexuales, que el chamán llama “ejercicios que son un privilegio” para los seguidores.

“Para establecer tal estructura, también es necesario borrar ciertas verdades científicas, como la medicina y la justicia”, concluye el médico.