Una estadounidense que vive en Madrid estalla contra las condiciones de alquiler: “Llámalo estafa’”

Las exigencias para acreditar ingresos, los pagos anticipados y el cobro de comisiones adicionales reflejan como el acceso a la vivienda plantea obstáculos particulares para los extranjeros en España

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Una estadounidense que vive en
Una estadounidense que vive en Madrid estalla contra las condiciones de alquiler. (Montaje Infobae con imágenes de @daniellegrobman / TikTok)

Con un mercado inmobiliario tensionado y en plena crisis de acceso a la vivienda, encontrar un piso se convierte en una tarea casi imposible para muchos, especialmente en las grandes ciudades donde la concentración de la demanda ahoga la oferta. Además, los obstáculos en la experiencia de buscar vivienda en lugares como Madrid se multiplican siendo extranjero y careciendo de un contrato laboral en España, tal como lo narra la estadounidense Danielle Grobman. Grobman, que se ha hecho conocida en redes por compartir su experiencia tras mudarse a España y actualmente se encuentra sin hogar en la capital, relata que los propietarios imponen condiciones estrictas ante la falta de un vínculo laboral local.

Una de las prácticas más frecuentes, explica Grobman en su perfil de TikTok (@daniellegrobman), es la exigencia de hasta medio año de renta por adelantado, una suma que se añade al habitual depósito de seguridad. “Llámalo estafa, llámalo desconfianza, pero seis meses de alquiler por adelantado, más el depósito”, señala, destacando cómo la ausencia de un contrato de trabajo en España convence a los arrendadores de que nada impide la marcha repentina del inquilino, sin importar otras circunstancias como ser estudiante.

Requisitos exigentes para firmar el contrato

El proceso para acreditar la solvencia también exige documentación exhaustiva, según detalla Grobman. No basta con demostrar que se cuenta con ingresos suficientes para cubrir la renta mensual y ni siquiera contenta a los caseros firmar con un avalista. La figura del garante implica entregar no solo el pasaporte y las nóminas propias, sino también los de este tercero. “Si tienes un pagador de hecho, alguien a quien acudes para que pague en caso de que tú no puedas, tienes que entregar no solo tu pasaporte, tus nóminas y prueba de empleo, sino también los de esa persona”, precisa Grobman.

Las comisiones anuales constituyen otro punto delicado para quienes no trabajan en el país. A algunos inquilinos en esta situación se les cobra la mitad de una mensualidad adicional cada año, simplemente por no poseer contrato español. “Si el alquiler es de 600 euros mensuales, al año tienes que pagar 300 más solo por no trabajar aquí”, sostiene Grobman, aunque esta práctica no cuenta con una justificación legal clara y podría suponer un trato discriminatorio.

Declaraciones de la ministra de Vivienda y Agenda Urbana, Isabel Rodríguez, quien ha destacado que el próximo plan plantea triplicar la financiación, hasta los 7.000 millones de euros, un esfuerzo "milmillonario" que nunca antes se había destinado a la consolidación del parque público de vivienda. (Fuente: La Moncloa)

La advertencia final apunta a la ambigüedad contractual. Grobman recomienda revisar con minuciosidad cada cláusula, dado que la redacción poco clara puede aprovecharse de la falta de dominio del idioma o del desconocimiento legal de los extranjeros. “Repasa tus contratos con lupa, porque pueden estar confiando en que no sabes español o en que no te vas a fijar”, advierte, recordando que firmar documentos poco transparentes puede terminar perjudicando gravemente al inquilino.

El impacto en el mercado de vivienda

Las complicaciones a las que se enfrentan extranjeros como Grobman para encontrar vivienda tienen también otra cara: el impacto de la llegada de miles de nuevos residentes que no trabajan en empresas españolas. Los llamados ‘nómadas digitales’ son trabajadores remotos que residen en países con costes de vida baratos, muchas veces cobrando sueldos muy superiores a la media nacional.

Su llegada afecta fuertemente al mercado de la vivienda: aumentan la demanda de alquileres temporales y turísticos, lo que reduce la oferta de larga duración y encarece precios en barrios céntricos y destinos atractivos como Barcelona, Málaga o Las Palmas. Además, pueden dar impulso a modelos como el coliving y contribuir a la gentrificación. Aunque dinamizan la economía local y atraen inversión internacional, en algunos casos también generan dificultades de acceso a vivienda asequible para la población residente.