Susana Capdevila, especialista en derecho familiar, sobre hablar con los jueces: “Cada vez son menos receptivos”

Este problema desprende una imagen de lejanía de la Justicia

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Jueces más lejanos (Canva)
Jueces más lejanos (Canva)

El acceso directo a los jueces es una cuestión cada vez más restringida dentro de los tribunales españoles. Susana Capdevila, especialista en derecho familiar, observa que la posibilidad de conversar personalmente con una autoridad judicial ha pasado de ser relativamente común a una opción casi impracticable en la actualidad.

Cada día es más verdadero”, afirma acerca de la afirmación de que los jueces son inaccesibles. Su experiencia muestra cómo las reformas legislativas han afectado el funcionamiento de los juzgados y la relación entre los profesionales del derecho y la judicatura, según relata en un vídeo en su cuenta de TikTok (@susanna.capdevila).

El juez de Madrid Arturo Zamarriego ha citado como investigada el próximo 11 de noviembre a la exmilitante del PSOE Leire Díez por los audios en los que se la escucha ofrecer favores judiciales a cambio de información comprometedora contra miembros de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil y de la Fiscalía al apreciar presuntos delitos de cohecho y tráfico de influencias. (Fuente: Europa Press / Guardia Civil)

Jueces menos receptivos

Durante sus primeros años en el ejercicio profesional, Capdevila recuerda que resultaba viable dialogar directamente con los jueces para resolver dudas procesales o aspectos de gestión. Explica que no se trataba de buscar favores, sino de clarificar aspectos técnicos para avanzar en los procedimientos o despejar incertidumbres de carácter formal que surgían en el desarrollo de los casos.

Esa apertura permitía que ambas partes, incluso cuando intervenían los dos abogados de un asunto, pudieran plantear cuestiones puntuales al juez y obtener respuestas sin generar suspicacias. Capdevila expone: “Cuando yo era más jovencita sí que era relativamente fácil a poder acceder a hablar con su señoría y comentar el tema sin más pretensión, que a lo mejor suelen dar alguna duda procesal o algún tema de gestión”.

Según sus palabras, el cambio se ha ido acentuando con las sucesivas reformas legales. “Cada vez lo son menos, cada vez es más difícil”, sostiene sobre la disposición de los jueces para tratar siquiera cuestiones de trámite. La experta subraya que esa transformación no solo afecta a los recién llegados, sino también a abogadas de amplio recorrido profesional. El hecho de que las modificaciones normativas incrementen la complejidad y la rigidez ha contribuido a fortalecer la distancia entre los jueces y quienes litigan ante los tribunales.

La jueza titular del Juzgado de Instrucción número 3 de Badajoz, Beatriz Biedma, ha elevado una exposición razonada al Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx) para que decida si es competente para asumir el caso del diputado de la Asamblea de Extremadura Miguel Ángel Gallardo, "a la vista de los posibles indicios de responsabilidad criminal que se desprenden".

Efectos en el ejercicio profesional

El progresivo cierre de oportunidades para interactuar con la judicatura repercute directamente en el día a día de los abogados. Susana Capdevila constata que la imposibilidad de plantear dudas sencillas frente a un juez complica la gestión de los procedimientos, ya que cuestiones operativas que antes podían resolverse en minutos ahora quedan sujetas a trámites formales mucho más largos.

Además, la especialista advierte que el endurecimiento en la comunicación también se aplica cuando se intenta acudir en compañía de ambas partes, a fin de evitar sospechas sobre imparcialidad. “Acercarse a un juez para poder hablar de cualquier cosa, repito, y muchas veces incluso los dos abogados, cada vez es más verdadero, lamentablemente”, remarca Capdevila.

Esta situación, agravada con el paso de los años y las sucesivas reformas, desprende una imagen de la Administración de Justicia cada vez más alejada de la conversación directa con quienes representan a la ciudadanía. La abogada sugiere que este enfoque puede alimentar la sensación de lejanía o incomprensión del sistema judicial, al tiempo que incrementa la dificultad operativa de los asuntos legales más cotidianos, dificultando la resolución ágil de problemas menores.