Gonzalo Bernardos, economista: “Lo que realmente está fastidiando a las familias es la cesta de la compra”

Entre enero de 2022 y julio de 2025 los precios de los alimentos y las bebidas no alcohólicas se han disparado un 29%, mientras que los sueldos han subido solo un 12,7%

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El aumento de la cesta
El aumento de la cesta básica supone que las familias pierdan poder adquisitivo (Freepik)

El encarecimiento de la cesta de la compra y la subida de precios en servicios o los alquileres reflejan la pérdida del poder adquisitivo de los españoles, lo que ha vuelto a poner sobre la mesa de negociación el debate del salario mínimo. Respecto a este tema, el economista Gonzalo Bernardos ha querido aclarar que las familias no están sufriendo tanto por la evolución de la inflación, sino que se debe al coste creciente de la cesta de la compra. Según el experto, esto afecta cada día a millones de hogares.

El economista explica que, si los precios suben, los sueldos más bajos deberían hacerlo en la misma proporción para que quienes dependen del salario mínimo interprofesional no pierdan poder adquisitivo. Y recuerda que este golpe lo están sufriendo los consumidores en los supermercados. “El salario mínimo se ha de subir con base en la inflación que ha subido en el año anterior. Siempre sería muy conveniente que se subiera algo más”, señala.

“Lo que realmente está fastidiando a las familias es la cesta de la compra. Es ir al supermercado y darte cuenta de que todo el mundo que va sale con la misma impresión: qué caro es todo”, dice el economista durante su intervención en un programa de televisión. Sobre esta impresión, Bernardos señala que, entre enero de 2022 y julio de 2025, los precios de los alimentos y las bebidas no alcohólicas se han disparado un 29%.

Además, ante pese a que el aumento de la canasta de la compra es notable, los sueldos pactados por convenio apenas han crecido un 12,7% durante el mismo periodo. El experto en economía tacha la situación de “una pérdida de poder adquisitivo importantísima”, ya que actualmente llenar la nevera es casi un tercio más caro que hace tres años y los ingresos apenas han avanzado una décima parte de esa cifra.

La cesta de la compra representa un 18% del gasto familiar

Para plasmar la importancia de la situación y el esfuerzo que este aumento supone para las familias españolas, Bernardos explica que “los alimentos y bebidas no alcohólicas representan el 18,5% del gasto de las familias”, lo que quiere decir que casi una quinta parte del presupuesto doméstico se destina a la alimentación. Con lo cual, cualquier tipo de modificación conlleva un efecto directo en la economía de los hogares.

La gran pérdida de la clase trabajadora: sus salarios rozan el poder adquisitivo de 2019, pero ni se acercan al de hace 15 años.

“Esto significa que de 2022 hasta julio de 2025 hay una pérdida de poder adquisitivo de 2,4 puntos. Esto implica comerse lo que en los buenos años ganan los trabajadores después de 4 años”, señala el economista. Esta reducción en el poder adquisitivo implica que el esfuerzo que conlleva el crecimiento salarial de los últimos años se ha esfumado por el aumento de los precios de los productos básicos.

Otro de los factores que destaca Bernardos es que, aunque la inflación general se ha moderado en los últimos meses, los precios de muchos alimentos no han retrocedido: “Ahí tenemos un problema bárbaro y no responde tanto a la inflación ahora, sino que los precios subieron mucho en 2022 y 2023 y en la mayor parte de los productos nunca bajaron”.

Junto con el problema de la vivienda, el encarecimiento de la cesta de la compra se ha convertido en una de las mayores preocupaciones de los españoles. Pese a que las cifras reflejan una leve recuperación, los bolsillos siguen resentidos y las subidas puntuales de los sueldos no pueden compensar la diferencia acumulada y la presión sobre los hogares. Por ello, la propuesta de Bernardos se centra en unirlo a la inflación del año anterior para garantizar que no se pierda terreno en términos de poder adquisitivo.