Laringitis: causas, síntomas y tratamiento de esta enfermedad que afecta a la voz

Esta inflamación de la laringe puede ser aguda o crónica y necesitar de un tratamiento u otro en función de su gravedad

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Una mujer en consulta de
Una mujer en consulta de otorrinolaringología (AdobeStock)

La laringitis es una inflamación de la laringe que afecta directamente a las cuerdas vocales, provocando alteraciones en el habla y la voz. Este trastorno puede manifestarse de forma aguda o crónica, según la duración, las causas subyacentes y la presencia de irritantes persistentes, explican desde la Clínica Mayo.

La laringe alberga las cuerdas vocales, dos bandas de tejido que vibran y permiten producir sonido cuando el aire pasa por ellas. Cuando estas bandas se inflaman, se hinchan y no vibran con normalidad, distorsionando la voz. En la laringitis aguda, que suele durar menos de tres semanas, la causa más común es una infección viral, como la gripe o un resfriado. También la sobreexigencia vocal, como gritar, cantar mucho o hablar en ambientes ruidosos, puede desencadenarla. En casos menos frecuentes, las infecciones bacterianas intervienen en forma aguda.

Cuando la laringitis se prolonga más allá de ese periodo (más de tres semanas), se la considera crónica. En esos casos, factores como el reflujo gastroesofágico, la exposición continuada a irritantes (humo, productos químicos, alérgenos), el abuso del uso de la voz, sinusitis crónica con goteo postnasal y el consumo habitual de alcohol pueden contribuir a su persistencia. Incluso pueden formarse cambios estructurales en las cuerdas vocales, como nódulos o pólipos debido al esfuerzo repetido o al irritante constante.

Los síntomas típicos incluyen voz ronca o áspera, pérdida parcial o total de la voz, dolor o molestia al hablar, sensación de sequedad o roce en la garganta, tos seca, y a menudo la necesidad persistente de aclararse la garganta. En general, estos malestares duran menos de dos o tres semanas cuando la causa es aguda. Si la laringitis va acompañada de fiebre, dificultad para tragar o respiración comprometida, el diagnóstico debe considerarse con mayor urgencia.

Para diagnosticarla, los médicos revisan los síntomas, analizan el historial clínico y pueden observar las cuerdas vocales mediante laringoscopia, ya sea con un espejo pequeño o con un endoscopio flexible con cámara. Si se sospecha de una lesión visible o anomalía, puede tomarse una biopsia para descartar causas más graves, como tumores.

Una mujer con laringitis (AdobeStock)
Una mujer con laringitis (AdobeStock)

Tratamiento de la laringitis

En cuanto al tratamiento, la Clínica Mayo recomienda para la laringitis aguda medidas de autocuidado. Descansar la voz, mantenerse bien hidratado, usar humidificadores, inhalar vapor, evitar hablar en voz alta o susurrar —ya que el susurro también tensiona las cuerdas vocales— son prácticas fundamentales. Evitar sustancias irritantes como el humo del tabaco, limitar la cafeína y el alcohol, y evitar medicamentos que resequen la garganta contribuyen a una recuperación más rápida.

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Cuando el cuadro se vuelve crónico, el enfoque cambia hacia la identificación y tratamiento de las causas subyacentes. Por ejemplo, controlar el reflujo ácido mediante dieta, medicamentos apropiados y evitar acostarse justo después de las comidas; abandonar el tabaco; tratar alergias o sinusitis persistente; reducir la exposición a irritantes ambientales; y, en algunos casos, terapia de la voz para aprender un uso más adecuado de la misma. En casos excepcionales pueden emplearse corticosteroides para reducir la inflamación o cirugía si hay crecimientos que no desaparecen con las medidas conservadoras.

La prevención, igualmente, juega un papel crucial. Mantener una buena higiene respiratoria para evitar infecciones virales, evitar gritar o forzar la voz, mantenerse hidratado, usar humidificadores en ambientes secos y protegerse del humo y de los irritantes químicos son las principales recomendaciones de la Clínica Mayo para reducir la incidencia de la laringitis.