Los tres países europeos en los que es mejor que no busques trabajo: sus derechos laborales están estancados

La represión sindical y los obstáculos a la negociación colectiva son los mayores lastres para los derechos laborales en Europa, según el ‘Global Right Index 2025′

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Viktor Orbán, Karol Nawrocki y
Viktor Orbán, Karol Nawrocki y Recep Tayyip Erdoğan. (Montaje Infobae)

Los derechos laborales no avanzan igual en los países europeos. Si estás pensando en mudarte en busca de una vida profesional mejor lejos de la precariedad salarial de España, tienes que tener en cuenta que, aunque muchas regiones del continente han evolucionado en la protección de los trabajadores y la promoción de la negociación colectiva, existen tres estados donde el estancamiento es evidente: Hungría, Polonia y Turquía.

Así queda reflejado en el informe Global Right Index 2025, que arroja un panorama desigual. Estos países encabezan el listado de territorios europeos donde las condiciones para el ejercicio de derechos laborales y sindicales han dejado de progresar, situándose en los niveles más bajos del ranking. Veamos las particularidades de cada caso y su contraste con el desempeño del resto de Europa.

Hungría: concentración de poder y restricciones crecientes

Hungría representa uno de los ejemplos más llamativos de retroceso y estancamiento en materia de derechos laborales. El informe señala que, a lo largo de los últimos años, las reformas legislativas promovidas por el Gobierno han recortado de manera significativa las capacidades de negociación y representación de los sindicatos. Una de las principales preocupaciones recogidas es la llamada Ley de Esclavos, que permite a los empleadores solicitar horas extras por encima de los límites anteriormente establecidos y retrasar su pago hasta tres años después de realizadas.

Víktor Orbán. (Europa Press)
Víktor Orbán. (Europa Press)

“La libertad sindical y el derecho de huelga se encuentran altamente restringidos en Hungría, con un marco legislativo que dificulta la representación de los trabajadores y limita significativamente la negociación colectiva”, apunta el informe, que hace hincapié en que las autoridades húngaras han consolidado prácticas que dificultan la actividad sindical. En concreto, han estableciendo obstáculos para la creación de nuevas organizaciones y restringiendo el acceso de los trabajadores a una representación efectiva. El informe evidencia también la escasa autonomía de los órganos de resolución de conflictos laborales y la tendencia a favorecer a los empleadores en caso de litigio.

Hungría aparece en el informe como un país donde el derecho a huelga se encuentran altamente limitados. Las huelgas están sometidas a complejos procedimientos administrativos y la presión sobre los líderes sindicales ha aumentado, con frecuentes denuncias de represalias y despidos.

Polonia: debilitamiento del movimiento sindical y obstáculos institucionales

En Polonia, la situación no es menos preocupante. “La intervención gubernamental y las barreras institucionales han debilitado el movimiento sindical, impidiendo avances reales en la protección laboral y facilitando represalias contra la afiliación sindical”, indica el documento. De nuevo, se subraya el debilitamiento progresivo del movimiento sindical como consecuencia de reformas legales que otorgan a los empresarios más margen de maniobra para modificar condiciones laborales sin necesidad de consulta ni acuerdo con los representantes de los trabajadores. Se destaca que los procesos de negociación colectiva quedan a menudo relegados a un plano testimonial, sin capacidad real para influir en las políticas empresariales.

Polonia enfrenta, según el análisis, una problemática creciente de injerencia del poder ejecutivo en los asuntos laborales, vulnerando la independencia de las organizaciones de trabajadores y dificultando la acción reivindicativa. En algunos casos, se han documentado despidos y traslados como represalia a la afiliación sindical o la participación en pactos de huelga.

Karol Nawrocki. (REUTERS/Lisi Niesner)
Karol Nawrocki. (REUTERS/Lisi Niesner)

El informe también resalta la baja protección de los trabajadores temporales y de aquellos en sectores más precarizados, que encuentran múltiples trabas para acceder a la justicia laboral y obtener reparación ante despidos injustificados o condiciones abusivas.

Turquía: persecución sindical y fragilidad de derechos básicos

Turquía ocupa uno de los últimos lugares en el índice europeo, presentando un cuadro de persistente vulnerabilidad para los trabajadores. “La represión a la acción sindical en Turquía es persistente, con líderes sometidos a despidos, persecuciones y un entorno legal hostil que prácticamente inhabilita la organización colectiva de los trabajadores”, se peude leer.

Se menciona la existencia de mecanismos legales y prácticos que directa o indirectamente penalizan la afiliación y la acción sindical. Los líderes sindicales y activistas laborales suelen enfrentarse a procesos disciplinarios, despidos y, en casos extremos, a la persecución judicial.

Además, la posibilidad de organizar huelgas legales es prácticamente inexistente en muchos sectores, ya que las autoridades recurren a la declaración de servicios esenciales o recurren a la seguridad nacional para impedir su realización. El informe también denuncia un entorno de hostilidad y temor que dificulta la organización de los trabajadores y limita severamente su capacidad de reivindicación colectiva.

Erdogan. (Europa Press)
Erdogan. (Europa Press)

La inseguridad contractual, el elevado número de despidos arbitrarios y la carencia de instrumentos efectivos de protección contra la discriminación completan el panorama laboral descrito para Turquía.

El contraste con el resto de Europa

El informe Global Right Index 2025 compara la situación de Hungría, Polonia y Turquía con la de otros países europeos donde los derechos laborales han logrado evolucionar de manera más positiva. En los países de Europa occidental y nórdica —Francia, Alemania, Suecia, Dinamarca, Países Bajos, Bélgica y Noruega, entre otros— el nivel de protección sindical es sustancialmente mayor. Estos Estados cuentan con leyes que garantizan la negociación colectiva, la libertad de asociación, la protección ante despidos y el acceso efectivo a la justicia laboral.

Por otro lado, el documento menciona que países como España, Portugal e Italia han realizado esfuerzos recientes en mejorar la equidad laboral, fortaleciendo la igualdad salarial de género, extendiendo la cobertura de la negociación colectiva y regulando nuevas realidades del empleo, como las plataformas digitales. Estos avances se reflejan en un aumento de la seguridad jurídica y de la protección frente al trabajo precario.

Noticias del día 18 de septiembre del 2025.

En Europa central y oriental, aunque la situación es menos homogénea, los casos de República Checa, Eslovaquia y Croacia muestran índices de protección superiores a los de Hungría y Polonia, con menores niveles de interferencia gubernamental y mayor reconocimiento de los derechos de los trabajadores.

El informe destaca que, en todo el continente, persisten retos relacionados con la temporalidad y la precarización, pero pone de relieve que el estancamiento y el retroceso en los derechos laborales en Hungría, Polonia y Turquía constituyen una excepción significativa en el contexto europeo. La distancia respecto a los estándares del noroeste de Europa es notoria, y la falta de progreso se visibiliza especialmente cuando se contrastan reformas y resultados de los últimos años.