España lidera las infecciones en Europa por un peligroso hongo que se contagia en los hospitales: “La mortalidad es muy alta”

España carece de vigilancia nacional ante el avance de Candidozyma auris en hospitales

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España lidera Europa en infecciones
España lidera Europa en infecciones por el hongo hospitalario Candidozyma auris. (Imagen: Instituto de Salud Carlos III)

España se ha convertido en el país europeo más afectado por Candidozyma auris, un hongo resistente a tratamientos que amenaza la vida de pacientes críticos y se propaga rápidamente en hospitales.

Según el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), entre 2013 y 2023 se notificaron 1.807 casos en España, casi la mitad de los 4.012 registrados en toda Europa.

De caso aislado a endemia regional

Candidozyma auris, antes conocida como Candida auris, fue identificada por primera vez en Japón en 2009. Desde entonces, ha demostrado una notable capacidad para resistir desinfectantes y tratamientos antifúngicos habituales.

“C. auris se ha extendido en solo unos pocos años, desde casos aislados hasta convertirse en una epidemia en algunos países, lo que muestra con qué rapidez puede establecerse en los hospitales”, advirtió Diamantis Plachouras, jefe de la Sección de Resistencia a los Antimicrobianos e Infecciones Asociadas a la Atención Sanitaria del ECDC.

España detectó su primer brote en 2016 en el Hospital General Universitario de Valencia, donde más de 200 personas resultaron colonizadas. “Desarrollaron candidemias un 20% de los casos, de los cuales fallecieron entre el 40% y el 60%, unos 8 o 10 pacientes”, explicó Concepción Gimeno, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC).

Actualmente, la situación en España se describe como una “endemia contenida”, concentrada principalmente en hospitales de la Comunidad Valenciana.

Riesgos para pacientes críticos

La transmisión del hongo ocurre principalmente en pacientes hospitalizados, a través del contacto con fluidos corporales o material médico contaminado. El riesgo es especialmente alto en unidades de cuidados intensivos, donde los pacientes están más vulnerables.

Concepción Gimeno detalló: “En el momento en que hay una invasión por catéteres o intubaciones, penetra en el cuerpo y muestra su patogenicidad. Cuando alcanza la sangre y los órganos, la mortalidad es muy alta, del 30% al 80%”.

Fluctuaciones en los casos y control de brotes

La evolución de los casos en España ha mostrado altibajos. Tras el primer brote, se registraron 266 infecciones en 2017, que descendieron en los años siguientes, aunque volvieron a aumentar durante la pandemia, alcanzando un pico de 331 casos en 2021.

“Los aislamientos solo se hacían por coronavirus, así que pudieron mezclarse pacientes colonizados y otros que no. No se pudo hacer un aislamiento por cada patógeno”, relató Gimeno. Hoy, gracias a protocolos de vigilancia específicos y medidas de control hospitalario, los brotes se han reducido.

El Hospital Universitario de La Paz, en Madrid, acumula ya un mes de retraso en el diagnóstico de pruebas clave. En general, la Comunidad de Madrid es una de las regiones que menos sustituciones cubre por vacaciones en verano, lo que se traduce en un peor servicio en la sanidad pública.

Falta de vigilancia nacional

A pesar de la gravedad, España carece de una red nacional de vigilancia específica para este hongo. La notificación depende de hospitales que colaboran con laboratorios de referencia en micología. En la última encuesta del ECDC, solo nueve centros notificaron casos, cinco de ellos en la Comunidad Valenciana.

El ECDC advierte: “El control sostenido, si la propagación sigue como hasta ahora, cada vez será más difícil” y urge a los sistemas de salud a reforzar la prevención y el control de las infecciones.

“Los esfuerzos nacionales para la detección precoz, la vigilancia y la rápida aplicación de medidas de prevención y control para contener o retrasar la propagación de C. auris aún pueden mitigar su impacto en los pacientes hospitalizados en Europa”, concluye el informe del organismo europeo.