Rocío Ramos-Paul, conocida como “Supernanny” y psicóloga: “Los padres se tienen que implicar lo menos posible. No se puede ser todo”

De cara al curso escolar, los padres deberían ser conscientes de cuál es su papel durante el desarrollo educativo de sus hijos; así como tienen que prepararles para cambios emocionales en sus futuras relaciones

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Rocío Ramos-Paul, conocida como “la
Rocío Ramos-Paul, conocida como “la supernanny” y psicóloga: “Los padres se tienen que implicar lo menos posible. No se puede ser todo”

Sentirse bien está de moda, y es una tendencia de deberíamos mantener. Al igual que el bienestar físico es fundamental tanto en jóvenes como adultos, el bienestar emocional es la clave de todo en nuestro día. El cerebro se ve afectado por el ritmo diario, que suele ser cambiante y a menudo exigente. En cualquier momento, un descuido o una situación estresante puede derivar en síntomas como dolor, agotamiento, ansiedad, nerviosismo e incluso alteraciones físicas como las pulsaciones aceleradas. Si bien solemos asociar la limpieza y el cuidado con el cuerpo, es importante recordar que la mente también necesita atención, equilibrio y descanso.

Esta realidad no solo afecta a los adultos. También impacta de forma significativa en los más jóvenes. En España, cerca de 7 millones de menores de 16 años —según los datos del Censo Anual de Población de 2024— se enfrentan cada septiembre a una etapa de cambios, responsabilidades y exigencias académicas con el inicio del curso escolar. Para muchos, esto representa una fuente de presión adicional en una etapa de su vida ya marcada por transformaciones físicas y emocionales.

En este contexto, la psicóloga Rocío Ramos-Paúl, conocida por haber protagonizado el programa Supernanny en Cuatro, aportó su visión sobre el papel de las familias en la educación y el acompañamiento emocional de sus hijos. Durante una entrevista en el programa Herrera en COPE, dejó clara su postura respecto a la implicación de los padres en las tareas escolares.

“Profe también no se puede ser”

(Imagen Ilustrativa Infobae)
(Imagen Ilustrativa Infobae)

“Yo creo que los padres se tienen que implicar lo menos posible. O sea, no se puede ser todo. Profe también no se puede ser. Y además genera... Es de las cosas que más bronca genera entre padre e hijo. O madre e hija, ¿no?”, comentó Ramos-Paúl, subrayando que la sobreimplicación puede producir conflictos familiares innecesarios. Según ella, lo más adecuado es fomentar la autonomía de los menores, guiándolos desde el acompañamiento pero sin suplantar el rol del docente. “Entonces yo creo que hay que decirles: ‘Venga, ¿qué tarea quieres hacer? Llámame después de intentar realizarla’. ¿De acuerdo? Y una vez que tú ya la hayas realizado lo que hago es que te contesto las dudas que tengas”, añadió.

Además, defendió el valor del error como herramienta de aprendizaje, algo que muchas veces no es bien tolerado por los padres. “¿Por qué? Pues porque una cosa que tiene que ver con el aprendizaje y la asimilación de conocimiento también es enfrentarse sólo a la tarea. Se aprende muchísimo mejor si yo llevo los deberes mal hechos, que estos los padres lo llevan fatal, entonces mucho mejor el niño que lleva los deberes mal hechos y los corrige ya con el profesor en el colegio”, argumentó.

Las experiencias con el primer amor

Primer amor - VisualesIA
Primer amor - VisualesIA

Por su parte, la educadora social Marina Marroquí abordó otra dimensión emocional clave en la adolescencia: el primer amor. Durante una intervención en Cadena SER, Marroquí explicó cómo este tipo de experiencias pueden suponer una revolución emocional para los jóvenes, especialmente si no están preparados para enfrentarlas. “El primer amor es un tsunami que lo arrasa todo, ¿no? Ya lo dice Ismael Serrano, el amor es eterno mientras dura. Entonces, es muy importante, como todo lo que va surgiendo en la adolescencia, prepararle antes”, indicó.

Marroquí remarcó la importancia de abordar los cambios afectivos y hormonales desde la anticipación y la sinceridad dentro del entorno familiar. “Tenemos que ir preparando cuando todos estos cambios ya físicos y psicológicos van surgiendo, que eso va a pasar. Y luego yo creo que aquí hay dos cosas muy importantes: cómo abordamos lo que va a sentir y cómo lo reflejamos en la familia”, explicó.

En su reflexión, también destacó la necesidad de romper con ciertos mitos románticos que las familias siguen transmitiendo de generación en generación. “Quiero decir, creo que como familias tenemos que empezar a romper el ‘Yo conocí a tu padre a los 14 años, ha sido el único hombre con el que he estado y este amor ha sido eterno y lo supe en el momento que lo vi’”, afirmó. A lo que sumó: “Sigue pasando, no sueles contar que a lo mejor tu padre no fue el primero pero fue el mejor, o ya no lo fue y por eso no está en casa. Y creo que desmitificar ese único amor es súper importante para que después, sobre todo cuando fracase el primero a los 15, todo no se derrumbe”.