El secreto de los restaurantes para eliminar los olores a frito en la cocina que puedes aplicar en casa con un solo ingrediente

Más allá de ambientadores, que en ocasiones tienen unos toques químicos; y la ventilación, existe una alternativa muy sencilla que se utiliza desde en los hogares hasta en las cocinas profesionales

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El secreto de los restaurantes
El secreto de los restaurantes para eliminar los olores a frito (Quefalamaria)

Con el bullicio de los fogones y el ritmo constante en la cocina, uno de los retos silenciosos en restaurantes y bares consiste en lograr que el comedor mantenga, como esperan los comensales, el aire fresco y un olor agradable. Más allá de ambientadores, que en ocasiones tienen unos toques químicos que no resultan del todo agradables; y la ventilación, existe una alternativa muy sencilla que se utiliza desde en los hogares hasta en las cocinas profesionales: el vinagre blanco.

Vinagre blanco contra los olores fuertes

Este ingrediente, al alcance de cualquiera, neutraliza los olores a comida más persistentes, como ese olor a frito que se queda en el ambiente cada vez que uno fríe su cena y al final de cada servicio. El motivo es bastante fácil de entender: cuando una pequeña cantidad se coloca en un recipiente abierto o se caliente sobre la encimera, el líquido llega a evaporarse y entre en acción. Según detallan en el medio francés Coute audu viaur, las moléculas responsables del mal olor quedan atrapadas y se descomponen sin llegar a esparcirse en el ambiente. Esto resulta en un aire más limpio, perceptible tanto para quienes se encuentren trabajando en la cocina como para la clientela que entre en el establecimiento.

Noticias del día 02 de septiembre del 2025.

Maxime Leroy, el chef responsable del restaurante La Bonne Fourchette, en Lyon (Francia), explica cómo utilizar este ingrediente cambió su propio local: “Desde que utilizamos vinagre blanco, nuestros clientes elogian el ambiente de nuestro restaurante. Los olores de fritura ya no estropean la experiencia culinaria”. Su método para aplicar este truco resulta sencillo y no llega a interferir con el ritmo de trabajo ni con los comensales: coloca discretos cuencos de vinagre cerca de las freidoras y deja que el ambiente y el tiempo se ocupen del resto.

Más allá de esta ventaja de despejar el ambiente, el vinagre blanco también es un fiel aliado a la hora de enfrentarse a la limpieza de suelos y demás superficies, reforzando la rutina de limpieza de forma accesible y barata con su capacidad desodorizante, que permite prescindir de químicos u otros productos industriales. Todo bueno: bajo precio, clave; y toxicidad nula, bastante importante en un contexto de preparación y manipulación de alimentos.

Es cierto que existen muchas opciones más sofisticadas. Muchos establecimientos apuestan por sistemas de extracción y ventilación potentes o por sensores de purificación ambiental. Si bien esto puede salir rentable en locales con mucha afluencia de clientes (ya que suponen una inversión considerable), el vinagre blanco sigue ganando terreno gracias a su sencillez y su accesibilidad, que marcan la diferencia.

Más allá de la experiencia de los clientes, en el fondo, el control de olores en la cocina es algo que afecta también a los trabajadores que pasan horas entre fogones y planchas. Crear un entorno más saludable y cómodo favorece tanto a empleados como a comensales. El vinagre blanco, convertido en aliado inesperado, parece colarse en ese esfuerzo por mejorar la calidad del aire y la rutina en las cocinas, consolidándose más allá de su papel tradicional en la gastronomía.