Estos son los cinco trucos que usan los supermercados para que gastes más, según un dietista: “Las promociones siempre son de productos que no necesitas”

Un experto revela los trucos más habituales con los que los supermercados incentivan el consumo excesivo

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Estos son los cinco trucos
Estos son los cinco trucos que usan los supermercados para que gastes más, según un dietista. (Imagen: TikTok)

Hacer la compra en los supermercados es algo odiado por muchos y amado por otros. Pero estos establecimientos tienen unas características similares, pasillos con baldas llenas de productos, neveras con alimentos que necesitan conversación, cajas registradoras, carritos o cestas de la compra...

Aunque la mayoría de los que acuden a un supermercado lo hacen acompañados de una lista de la compra, se da el caso de que hay ocasiones en las que se adquieren más cosas de las que se precisan. Se puede pensar que es casualidad o no, pero lo cierto es que los supermercados utilizan algunos trucos para que gastes más dinero.

No obstante, en un video publicado en sus redes sociales, Mikel Pérez de Pipaon, dietista y creador de contenido, ha enseñado cinco de los grandes trucos de estos establecimientos para que los compradores echen más productos a sus carritos.

El recorrido obligado

“Truco número uno: los productos básicos siempre van a estar al fondo del supermercado y, además, espaciados entre sí”, explica.

El resultado es evidente: los clientes deben recorrer pasillo tras pasillo y, en el camino, se topan con productos que no estaban en su lista, pero que acaban en el carrito.

La altura de los ojos

“Truco número dos: generalmente, siempre te van a poner los productos que ellos quieren venderte a la altura de tus ojos, que generalmente coincide con los productos que son más caros”.

La recomendación es clara: mirar tanto arriba como abajo en las estanterías, donde suelen colocarse las alternativas más económicas o en promoción.

Promociones engañosas

Las ofertas en formato “segunda unidad a mitad de precio” o “tres por dos” no son tan ventajosas como parecen.

“Truco número tres: las promociones tipo segunda unidad a la mitad o tres por dos siempre son en productos que no necesitas porque al final el interés que tienen es en que te lleves más, porque sacan de ahí el margen de beneficio. Así que no dejes que lo hagan”, alerta el especialista.

Tentaciones en la caja

El punto de pago tampoco escapa a estas tácticas. “Truco número cuatro: la vieja confiable de ponerte chocolatinas y productos así al lado de las cajas. Se aprovechan de que llegas fatigado, seguramente con hambre y de que te lo quieren vender. Así que mucho cuidadito con esto”, advierte.

Los carros “rebeldes”

Por último, Pérez de Pipaon revela un detalle curioso: “Truco número cinco, y este es increíble. La leyenda dice que los carros están mal diseñados a propósito. Y es que te habrás fijado que cuesta moverlos y que algunos incluso se desvían. Dicen que está hecho queriendo para que pases más tiempo en los pasillos y te desvías a las estanterías para que así compres más. Así que ten un ojo”.

Más estrategias ocultas

Los supermercados, además, utilizan otras artimañas menos evidentes. Entre ellas:

  • Carros cada vez más grandes: está demostrado que cuanto más espacio disponible, más productos se tienden a añadir.
  • Cintas transportadoras largas: estudios confirman que hacen que el cliente perciba la experiencia de compra como más cómoda.
  • Colocación estratégica de productos: la leche, uno de los alimentos más demandados, suele estar al fondo. Y los cereales azucarados, con personajes infantiles, se colocan a la altura de los niños para captar su atención.
  • Ofertas engañosas “Antes/Ahora”: muchos precios suben días antes de estar en “rebaja”, anulando el supuesto ahorro.
  • Formatos “ahorro” que no ahorran: los paquetes más grandes no siempre salen más baratos al calcular el precio por unidad o por peso.

Consumidor en desventaja

Diversos organismos en defensa del consumidor, como la británica Competition and Markets Authority (CMA), han denunciado estas prácticas por considerarlas confusas y, en ocasiones, desleales. Sin embargo, siguen funcionando: los compradores se dejan tentar por el supuesto ahorro y terminan gastando más de lo previsto.