Una española regresa a España y explica lo que “nadie le advirtió”: “El choque cultural más fuerte que vives no es al irte”

Beatriz Fontanet (@awaywithbea) cuenta su experiencia al volver a España después de vivir en Londres

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Beatriz Fontanet (@awaywithbea) cuenta su
Beatriz Fontanet (@awaywithbea) cuenta su experiencia al volver a España después de vivir en Londres. (TikTok)

La crisis del 2008 supuso para España una auténtica fuga de cerebros: miles de jóvenes educados salían del país hacia países europeos en busca de mejores condiciones laborales y mayor calidad de vida. Emigrar se hizo duro, pero la vuelta tampoco está siendo sencilla. Para Beatriz Fontanet, de hecho, lo más duro no fue marcharse al extranjero, sino volver a Valencia una vez la experiencia internacional terminó. “Nadie me advirtió que volver a mi propio país iba a ser más difícil que irme”, lamenta en un vídeo que ha compartido en la red social TikTok (@awaywithbea).

Por ello, la joven asegura que “el choque cultural más fuerte que vives no lo vives al irte, lo vives al volver”. Beatriz ha pasado un tiempo viviendo en Londres y, ahora que ha vuelto, asegura que las cosas son diferentes. “Cuando regresé pensaba que todo sería igual, pero no. Me di cuenta de que yo había cambiado y que la forma de ver las cosas ya no encajaban del todo. Lo que antes era normal ahora me chocaba y lo que había aprendido en el extranjero no siempre encontraba un lugar aquí”, explica.

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Aunque ya lleva un tiempo en su Valencia natal, asegura que sigue echando de menos la que ya considera como su “otra casa”.

El choque cultural inverso

Imagen de archivo del aeropuerto
Imagen de archivo del aeropuerto de Barcelona. (Europa Press)

“Lo más curioso es que ese extrañamiento tiene nombre”, asegura Beatriz. Lo que ella experimenta se conoce como choque cultural inverso, “que es algo así como las dificultades emocionales y psicológicas que experimentan las personas que regresan a su país de origen después de vivir en el extranjero”, explica. Aunque durante mucho tiempo se haya deseado volver a casa, a lo que es conocido, con el tiempo se vuelve cada vez más difícil y el cambio termina siendo igual de duro que cuando se marcharon por primera vez. “Al final, regresar también es empezar de nuevo. Así que si tomaste la decisión de regresar, confía en el proceso y date un tiempo antes de tirar la toalla”, concluye Beatriz.

Según la organización Volvemos, dedicada a ayudar a migrantes españoles a retornar a sus lugares de origen, la vuelta al hogar puede llegar a ser una segunda migración y pasar por los mismos procesos de choque o de duelo.

Aquellos que deciden volver a sus países suelen sentir una pérdida del sentimiento de libertad que les daba vivir en el extranjero, donde se empieza de cero en un entorno nuevo en el que nadie te conoce. Al volver, en cambio, sienten la imposición de las expectativas de su entorno y su pasado.

La cultura laboral es algo que también se pierde, especialmente entre aquellos que se marcharon a países europeos. La conciliación, la meritocracia y la inexistencia de la conocida ‘titulitis’ son algunos de los aspectos que, al, volver a España, producen frustración. También el descenso del poder adquisitivo, pues los sueldos nacionales suelen ser más bajos.

Pesan, a su vez, las relaciones que se hicieron en el país de acogida, que empiezan a llevarse a distancia. Además, deben abandonar gran parte de su nuevo estilo de vida que adquirieron en la nueva cultura de acogida para adaptarse, una vez más, a un país diferente.

Ante estos retos, los expertos aconsejan enfocarse en los aspectos positivos de volver a casa, mantener el contacto con los amigos internacionales y llenar el tiempo que ahora se queda libre.