Qué son las parejas TIL, el nuevo tipo de relación en auge: una vida “juntos pero separados”

El 8% de españoles que mantienen un vínculo afectivo ha optado por no compartir casa

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El auge de las parejas
El auge de las parejas TIL (Pexels)

En España, la tendencia de las relaciones de pareja está atravesando un cambio relevante. Hoy en día existen más de 14 millones de personas solteras frente a 11,3 millones que viven en pareja, según datos recogidos por el medio WeLife. Pese a la imagen tradicional de las relaciones basadas en la convivencia, el 8% de quienes mantienen un vínculo afectivo ha optado por no compartir casa, priorizando otros modelos como el de las parejas TIL (Together In Life).

Este fenómeno, que hasta hace unas décadas se consideraba una excepción, ahora cuenta con una aceptación social creciente, según ha explicado la terapeuta de parejas Ana Domínguez para la revista del grupo Vocento. De esta manera, las TIL, traducido al español como “juntos en la vida”, deciden construir una vida en común, manteniendo sus hogares separados. Pero esta elección va más allá de las circunstancias temporales, como trabajos en distintas ciudades o la convivencia con hijos de relaciones previas. Y es que se presenta como una alternativa consciente frente al modelo tradicional de pareja.

Una adaptación apta para muy pocos

El auge de las parejas
El auge de las parejas TIL (Pexels)

Los datos recopilados en el último estudio indican que el 73,7% de las personas entre 35 y 64 años en España vive con su pareja, mientras que el porcentaje de relaciones que optan por el modelo TIL alcanza un 8%. Lo que sugiere que la diversidad de formatos relacionales crece, en parte apoyada por una mayor valoración de la autonomía individual y la intimidad personal.

En este sentido, la terapeuta sostiene que dejar de basar la relación en el espacio compartido permite construir vínculos profundos sin forzar rutinas impuestas. “Lo que hace unas décadas podía verse como excepción, ahora se acepta socialmente”, añade Domínguez en la entrevista. Al parecer, para muchas parejas, vivir separados fomenta una mejor conexión romántica y es considerado el secreto para relaciones más estables y satisfactorias.

Las motivaciones que llevan a optar por el modelo TIL son diversas. En algunos casos, responden a motivos prácticos, como la imposibilidad de compartir domicilio por cuestiones laborales o familiares. En otros, responden a decisiones personales relacionadas con la necesidad de preservar tiempos y espacios propios, una mayor independencia y la posibilidad de evitar tensiones surgidas de la convivencia cotidiana. Porque, según apunta la terapeuta, la convivencia requiere adaptación, negociación y reparto de responsabilidades, que muchos no están dispuestos a aceptar.

Desde la psicología se señala, de este modo, que esta disposición les permite priorizar sus necesidades, realizar su propia organización diaria o hacer uso libre del hogar:“Como nos repartimos las tareas domésticas, tus ronquidos me impiden dormir, eres más desordenado que yo…”, aclara la experta. De esta forma, las parejas TIL intentan demostrar que la intimidad, el apoyo emocional y los proyectos conjuntos se pueden sostener sin la necesidad de convivencia permanente.

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Igualmente, la psicóloga ha advertido que estos vínculos solo pueden sostenerlos personas con niveles altos de madurez emocional, confianza y habilidades de comunicación. También, estas parejas acceden a otras renuncias dentro de las rutinas diarias tradicionales como cocinar o ver televisión juntos. Además, la falta de convivencia obliga a una planificación más precisa de los encuentros y exige un esfuerzo adicional para mantener la conexión. Sin embargo, quienes mantienen este tipo de relación informan una menor frecuencia de discusiones y más facilidad para preservar la chispa amorosa.