El duelo amoroso de los perros: así es cómo puedes ayudar a tu mascota en estos casos

Es probable que hayas escuchado alguna vez que el perro es el mejor amigo del hombre. Estas mascotas guardan muchos parecidos con los humanos, siendo algunas de ellas tan sensibles como sus dueños.

Los perros son animales sumamente emocionales. De hecho, aunque muchas personas no lo crean, pueden pasar por duelos amorosos. Cuando pierden a un ser querido, ya sea otro animal o un humano, puede llegar a afectarles mucho.

Diversos estudios y especialistas en comportamiento animal señalan que los perros presentan diferentes signos de apego. Estos pueden manifestarse mediante tristeza, apatía, disminución del apetito o cambios en sus hábitos.

La página web psychology today ha reportado un caso en el que la actitud de un perro cambió totalmente cuando su compañero murió. Este era otro perro de la misma edad con el que compartía muchos momentos. Pasaban casi todo el tiempo juntos y dormían uno al lado del otro. Pasó de ser un perro cariñoso a ser “pegajoso”, según las palabras del medio citado anteriormente.

Un grupo internacional de investigadores, coordinado por Federica Pirrone (Universidad de Milán) y Stefania Uccheddu (Clínica y Laboratorio Veterinario San Marco, Padua), estudió si los perros sienten este duelo tras la muerte de un compañero.

Para ello, diseñaron el Cuestionario del Perro de Luto. La investigación se basó en el testimonio de 426 personas que habían convivido con al menos dos perros, uno de los cuales había fallecido mientras el otro seguía vivo.

Los resultados indicaron que el 86% de los dueños observó cambios negativos en el comportamiento del perro tras la muerte de su compañero. En cuanto a la duración, el 32% de quienes reportaron cambios señalaron que se mantuvieron entre dos y seis meses, y un 25% indicó que persistieron por más de seis meses.

Dichos comportamientos reflejan conductas típicamente asociadas al duelo: el 67% de los perros buscó más atención, el 57% jugaba menos y el 46% permanecía menos activo. Un 35% de los animales durmió más y alrededor de un tercio mostró signos de ansiedad y miedo.

Cuando un perro experimenta la pérdida de un compañero animal o humano con el que compartía un lazo muy estrecho, suele mostrar cambios de comportamiento. Los más habituales son: la apatía, falta de apetito o el sueño excesivo.

Para apoyarlo en este proceso, es importante mantener una rutina regular de paseos, alimentación y actividades, ya que la previsibilidad aporta seguridad. Incrementar el tiempo de juego y la atención afectiva contribuye a reforzar el vínculo y puede mitigar la ansiedad asociada a la ausencia.

Es recomendable ofrecerle objetos conocidos, como mantas o juguetes, que posean el olor del ser perdido, pues esto puede brindarle consuelo. Si el perro busca activamente al ausente, se sugiere permitirle explorar los espacios habituales y acompañarlo para transmitir calma.

Cabe destacar que un perro no solo experimenta esto con la muerte de alguien. Hay perros que han experimentado una especie de duelo amoroso después de separarse de perros del sexo opuesto con el que habían formado un vínculo muy estrecho.