“La respuesta científica honesta es que no tenemos ni idea”: por qué los científicos aún no entienden la genética del gran tiburón blanco

El increíble caso del tiburón blanco: menos de 20.000 en el planeta y un ADN que desafía la lógica

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Crédito: Wikimedia
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Los tiburones blancos esconden un enigma que intriga a la ciencia desde hace más de dos décadas: su ADN nuclear (heredado de ambos padres) es muy similar entre poblaciones globales, pero su ADN mitocondrial (transmitido solo por la madre) es sorprendentemente distinto.

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“Es como si todas las poblaciones compartieran el mismo manual de instrucciones, pero conservaran recetas familiares totalmente distintas”, explica Gavin J.P. Naylor, uno de los autores del estudio.

La hipótesis de la “madre que siempre vuelve a casa”

La teoría más aceptada hasta ahora era la filopatría femenina: hembras que, por muy lejos que viajen, regresan siempre a su lugar de nacimiento para reproducirse. Esto mantendría aislado el ADN mitocondrial, mientras que los machos, al migrar más, mezclarían los genes nucleares.

Todo apunta que las madres,
Todo apunta que las madres, al viajar menos, siempre vuelven al lugar donde nacieron, mientras los machos tienen mayor movilidad, lo que explica las evoluciones genéticas. (Imagen Composición Infobae)

Genómica de vanguardia para un depredador esquivo

Para poner a prueba la idea, el equipo liderado por Romuald Laso-Jadart, Shannon L. Corrigan y Naylor combinó secuenciación genómica completa, captura dirigida de genes y simulaciones demográficas.

Además, ensamblaron un genoma de referencia de alta calidad a partir de un juvenil capturado en California. El resultado: un mapa genético de 4.286 millones de pares de bases, con un 61,7% de repeticiones, sobre el que se alinearon todos los datos del estudio.

(Pixabay)
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Tres linajes… y migraciones recientes

Los análisis de agrupamiento identificaron tres grandes linajes autosómicos: Atlántico Norte, Pacífico Norte e Indo-Pacífico Occidental + Pacífico Sur.

“Incluir migración reciente aumenta significativamente la verosimilitud de los modelos”, señalan los autores, lo que sugiere que la separación entre linajes es más reciente y permeable de lo que se creía, con intercambios de genes incluso entre el Mediterráneo y el Atlántico Norte.

El tiburón es uno de
El tiburón es uno de los animales que menos duerme. (Terry Goss/ Wikimedia)

Una historia de conexiones y aislamientos

Usando el software SNIF, el equipo reconstruyó la conectividad entre poblaciones y detectó tres fases:

  • Alta conectividad hace 1 millón–500 mil años.
  • Fuerte aislamiento entre 500 mil–200 mil años.
  • Un repunte notable en los últimos 200 mil años.

Incluso al comparar genomas secuenciados con distinta profundidad, las conclusiones fueron consistentes.

/ Archivo Infobae
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La filopatría no lo explica todo

Las simulaciones con tres escenarios (sin filopatría, filopatría femenina extrema y filopatría masculina) mostraron que el patrón de hembras extremadamente fieles a su lugar natal se parece a lo observado, pero no basta para explicar toda la discordancia genética.

“Para la mitocondria, una tasa de mutación más alta fue necesaria para observar una distribución fiable de haplotipos”, apuntan los investigadores.

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Un gigante raro y difícil de estudiar

Se estima que en todo el mundo hay apenas 20.000 tiburones blancos. Su rareza, movilidad y tamaño dificultan la investigación. “Hay más moscas de la fruta en una ciudad que tiburones blancos en todo el planeta”, ironiza Naylor.

/ Foto: @JuanSharks /Juan Oliphant
/ Foto: @JuanSharks /Juan Oliphant /http://OneOceanDiving.Com

Un rompecabezas abierto

Los datos descartan explicaciones simples y sugieren que la historia genética del gran tiburón blanco involucra procesos evolutivos más complejos aún por descubrir.

La respuesta científica honesta es que no tenemos ni idea”, admite Naylor. Y es precisamente esa falta de respuesta lo que mantiene viva la fascinación por este superdepredador.