El 3% de los paros cardíacos en jóvenes ocurren mientras están en el baño defecando, revela un estudio

Los investigadores consideran que el esfuerzo es el principal desencadenante de estas muertes súbitas

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Un hombre utilizando el inodoro.
Un hombre utilizando el inodoro. (AdobeStock)

Un equipo de investigadores australianos y daneses ha descubierto que el inodoro es un lugar significativamente común donde los jóvenes mueren súbitamente. Según el estudio, que ha sido publicado en la revista Heart, Lung and Circulation, el 3 % de los paros cardíacos ocurren mientras se usa el inodoro.

Los científicos examinaron 2.463 casos de paros cardíacos que tuvieron lugar en Australia y Dinamarca en personas de entre 5 y 50 años. Tras analizar las autopsias de los fallecidos, observaron que 75 respondieron a este contexto. Es decir, una de cada 33 muertes súbitas en jóvenes ocurrió mientras la persona usaba el inodoro.

El paro cardíaco repentino puede llevar a la muerte si no se trata de inmediato mediante la reanimación cardiopulmonar (RCP) y/o con descargas eléctricas a través de un desfibrilador externo automático. En esta condición, el corazón deja de latir de forma súbita e inesperada, lo que provoca la interrupción inmediata del flujo sanguíneo hacia el cerebro y otros órganos vitales.

A diferencia de otras afecciones cardíacas, sus síntomas aparecen de forma abrupta e incluyen colapso repentino, pérdida de conciencia y ausencia de pulso. La Clínica Mayo aclara que un paro cardíaco no es lo mismo que un infarto de miocardio, aunque ambos pueden estar relacionados. El infarto se produce cuando el flujo de sangre a una parte del corazón se bloquea por una obstrucción en las arterias coronarias, provocando daño en el músculo cardíaco.

Durante un infarto, el corazón suele seguir latiendo, aunque de manera comprometida. Sin embargo, un infarto grave puede alterar el sistema eléctrico del corazón y desencadenar un paro cardíaco. Por lo tanto, el infarto es un problema de riego sanguíneo, mientras que el paro cardíaco es un fallo eléctrico que detiene por completo la actividad cardíaca.

Los autores proponen que es el esfuerzo para defecar (maniobra de Valsalva) el principal desencadenante de paro cardíaco en personas que ya sufrían de enfermedades cardiovasculares. También se ha implicado el aumento del tono parasimpático (reflejo de Bezold-Jarisch) como catalizador de bradiarritmias o arritmias ventriculares. El estudio no encontró una mayor prevalencia de estas condiciones en los casos asociados al inodoro, lo que cuestiona la validez de estas hipótesis en la población joven analizada.

El doctor López Rosetti nos cuenta cómo tenemos que cuidar nuestro corazón.

Por qué el baño es un lugar de riesgo

Los cuartos de baño son un lugar de especial riesgo para sufrir un paro cardíaco, pues estancias suelen ser espacios reducidos en los que las puertas se cierran con pestillo, lo que complica que se reciba ayuda médica. Un acceso más tardío al desfibrilador puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Solo el 13 % de los casos en el inodoro fueron presenciados, frente al 32 % en otros contextos. La tasa de reanimación cardiopulmonar por testigos fue del 32 % en el inodoro, comparada con el 55 % fuera de él.

Ante este escenario, los investigadores proponen la colocación de desfibriladores cerca de baños públicos. Al mismo tiempo, animan a los profesionales de la salud a incluir escenarios de simulación donde se tengan en cuenta lugares complejos como el baño.