La empresa turca que realiza la reforma del Camp Nou pide a un ayuntamiento catalán que empadrone a sus trabajadores, pese a que viven en hoteles: “No tiene sentido”

El Ayuntamiento de Calella rechaza la petición de Limak y alega que la ley impide empadronar a personas sin residencia estable

Guardar
Obreros de Limak en las
Obreros de Limak en las obras del Camp Nou (FCB / Europa Press)

El Ayuntamiento de Calella (Barcelona) ha rechazado la solicitud de la empresa turca Limak, adjudicataria de la reforma del Camp Nou, para empadronar a sus trabajadores desplazados que se alojan temporalmente en hoteles de la localidad. El consistorio argumenta que la legislación vigente no permite empadronar a personas que no residen de forma efectiva en un domicilio estable y que, en este caso, se trata de empleados con visado temporal de trabajo.

También puedes seguirnos en nuestro canal de WhatsApp y en Facebook

Según ha adelantado este martes El País y ha confirmado el alcalde de Calella, Marc Buch, a EFE, la petición de Limak implicaría, según cálculos municipales, incorporar a 1.300 personas al padrón, mientras que la compañía asegura que el trámite sería necesario únicamente para unos 200 empleados.

“Cumplimos estrictamente la ley”

En declaraciones a EFE, Buch ha explicado que la instancia presentada por la constructora solicitaba el empadronamiento de todos los trabajadores que pernoctan en hoteles del municipio, algo a lo que el Ayuntamiento se ha negado. “Hacemos un cumplimiento estricto de la ley”, ha afirmado, subrayando que los trabajadores cuentan ya con un visado temporal de trabajo que cubre “todas las necesidades básicas”, incluida la atención sanitaria.

El alcalde considera que “no tiene sentido” empadronar a personas que residen en hoteles y recuerda que estos establecimientos tampoco están de acuerdo con la medida. Asimismo, ha querido dejar claro que el FC Barcelona “no se ha lavado las manos” y que, tanto el club como la Generalitat, se han puesto a disposición del consistorio para abordar la situación.

Obras del nuevo estadio de
Obras del nuevo estadio de fútbol Spotify Camp Nou (David Zorrakino / Europa Press)

Acceso a la sanidad pública

Por su parte, fuentes de Limak han señalado que el empadronamiento es necesario para que unos 200 trabajadores —procedentes de países extracomunitarios como Armenia, Georgia y Kosovo— puedan acceder al sistema público de salud. Estos empleados forman parte de empresas subcontratadas y, según la compañía, son los únicos que requieren este trámite, ya que el resto cuenta con cobertura sanitaria privada.

La empresa ha explicado que dispone de una mutua privada que cubre cualquier eventualidad relacionada con el trabajo, pero que el acceso a la sanidad pública resulta imprescindible para atender urgencias o situaciones no vinculadas directamente al desempeño laboral. “Todos aquellos trabajadores que no están empadronados no tienen acceso a este sistema”, han señalado las fuentes consultadas.

Limak ha insistido en que “ayuda en todo lo que puede tanto a sus trabajadores como a las empresas subcontratadas” para garantizar que disponen del apoyo necesario y puedan desarrollar sus funciones “de forma adecuada y segura” en el proyecto de reforma del Camp Nou.

Impacto económico en temporada baja

La compañía también ha defendido que la presencia de sus empleados en Calella tiene un impacto positivo en la economía local, ya que se alojan en hoteles turísticos que, habitualmente, permanecen cerrados durante los meses de invierno. Este flujo de ocupación, argumentan, contribuye a mantener la actividad de parte del sector hostelero en temporada baja.

Barcelona anunció la vuelta al Camp Nou

La reforma del Camp Nou, adjudicada a Limak por el FC Barcelona, es uno de los proyectos de infraestructuras deportivas más relevantes en curso en España. Las obras, que se ejecutan a un ritmo acelerado para cumplir con el calendario del club, han requerido la llegada masiva de trabajadores especializados procedentes de distintos países, lo que ha generado situaciones logísticas y administrativas como la que ahora enfrenta el consistorio de Calella.