Un español que vive en Alemania explica algo que “no has visto nunca”: “La gente confía en que vas a dejar el dinero”

La confianza es una virtud que se gana con tiempo, con hechos, y sobre todo, con mucha paciencia. Y si algo caracteriza a los españoles, es que necesitamos pruebas (quizás demasiadas) para empezar a fiarnos.

No confiamos en los partidos políticos, ni en los bancos, ni en las redes sociales. A veces, ni en el camarero que cobra la cuenta. Hay quienes tapan el teclado del cajero por si acaso hubieran instalado una cámara oculta. No nos fiamos ni de nosotros mismos cuando nos bajamos del coche y dudamos de si lo hemos cerrado.

Para muchos es por prevención. Por si acaso. Para otros, una desconfianza heredada, aprendida y practicada cada día. Por eso, lo que descubrió un joven español que vive en Alemania ha dejado a muchos boquiabiertos en redes sociales. En su vídeo muestra algo que para muchos aquí sería impensable.

El joven, sorprendido, enseña en su vídeo un puesto de autoservicio ubicado en un pequeño pueblo alemán. A simple vista, es una estructura de madera sencilla con varias bolsas de manzanas listas para llevar. No hay dependiente, ni caja registradora.

Lo único que indica el precio es un cartel, y el método de pago es aún más curioso. Una hucha metálica o buzón en el que el comprador deja su dinero… si quiere. Tampoco suele haber cámaras, ni candados. Simplemente una cuestión de pura confianza y ética.

La tienda que muestra en el vídeo es de manzanas. El vendedor las guarda en bolsas y, por cinco euros, puedes llevarte una. Los productos más comunes en estos puestos van desde fruta, verduras, huevos, flores, hasta mermeladas o pan casero.

Esta práctica es habitual en el ámbito rural de Alemania, y se conoce como “Vertrauenverkauf” (venta basada en la confianza), también llamada “Honesty Box”. En estos pueblos, con pocos habitantes y muy poco turismo, todos se conocen. Por lo que es más fácil confiar en la gente y en el buen hacer de cada vecino. Pero no siempre.

Se dice que en algunas ocasiones, los dueños instalan pequeñas cámaras discretas, no tanto para denunciar un robo, sino para identificar al vecino deshonesto. Porque dañar tu reputación en un pueblo tan pequeño puede ser motivo para el destierro.

Este tipo de venta también es tradicional en zonas rurales de Suiza, Austria, Países Bajos o Dinamarca. Pero como bien comenta el chico en el vídeo, sería “casi imposible aplicar este modelo en ciudades grandes como Stuttgart”.

En España, según un estudio de la Fundación BBVA (2025), la confianza interpersonal media es de 5,3 sobre 10, lo cual indica una postura de neutralidad desconfiada. No nos fiamos ni desconfiamos… pero casi mejor no fiarse. Por eso, este sistema de autoservicio rural resulta tan chocante para muchos españoles, acostumbrados a mirar de reojo incluso en una comisaría.

Esto demuestra que lo que parece normal en un pequeño pueblo alemán nos recuerda cuánto nos cuesta confiar. De hecho, algún comentario ya dejaba caer que “vaya casualidad que en ese puesto no quedara ninguna bolsa con manzanas”.