Cómo protegerse de la ola de calor, según los expertos: desde evitar el café a llevar ropa de colores claros

Los niños, las personas mayores, las mujeres embarazadas y los trabajadores al aire libre son los grupos más vulnerables a las altas temperaturas

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Una mujer en bicicleta en
Una mujer en bicicleta en Sevilla, donde los termómetros marcan temperaturas por encima de los 40 grados (Rocío Ruz/Europa Press)

Las temperaturas extremas han puesto en alerta a 16 comunidades autónomas en lo que es ya la segunda ola de calor del verano. Solo en el mes de julio, 1.060 personas han fallecido como consecuencia de las altas temperaturas, según datos del Sistema de Monitorización de la Mortalidad Diaria (MoMo). Con el mercurio sobrepasando los 40 grados en varias regiones de España, desde el Ministerio de Sanidad advierten que “el calor mata y supone un grave riesgo para la salud”.

Aunque las recomendaciones para protegerse de la ola de calor son universales, los grupos más vulnerables son las personas mayores, los niños, los pacientes de enfermedades crónicas, las mujeres embarazadas y los trabajadores al aire libre, quienes no disponen de una ley que regule su actividad laboral en el exterior.

Desde la Cruz Roja explican que si no conseguimos mantener una temperatura corporal normal, podemos llegar a sufrir mareos, calambres o incluso un golpe de calor. Con las altas temperaturas, nuestro cuerpo pierde más líquidos y sales minerales a través del sudor, lo que puede derivar en deshidratación. La buena noticia es que buena parte de los problemas de salud asociados al calor pueden evitarse siguiendo medidas muy sencillas, aseguran los expertos.

La Aemet ha activado la alerta naranja y amarilla la península. Las temperautras extremas están de regreso

Beber mucho, pero no cualquier cosa

La recomendación básica es clara: beber líquidos en abundancia, incluso si no se tiene sed. Lo ideal es ingerir agua o zumos naturales de frutas, que además de hidratar aportan vitaminas y minerales. En cambio, se deben evitar las bebidas alcohólicas, ya que favorecen la deshidratación, al igual que las que contienen cafeína (como el café, el té o algunos refrescos energéticos), y las bebidas azucaradas en exceso, que pueden dificultar una correcta rehidratación.

Vestir con ropa adecuada

La ropa también puede marcar la diferencia cuando suben las temperaturas. Es aconsejable usar prendas ligeras, sueltas y transpirables, preferiblemente de algodón o lino, que permitan una buena circulación del aire. Los colores claros reflejan la luz solar y ayudan a mantener el cuerpo más fresco, a diferencia de los tonos oscuros que la absorben.

Para protegerse del sol, se recomienda usar sombreros de ala ancha o gorras que cubran no solo la cabeza, sino también la cara, orejas, sienes y la parte posterior del cuello. Las gafas de sol homologadas también son esenciales para evitar el daño ocular provocado por la radiación ultravioleta. Y no hay que olvidar el calzado: debe ser cómodo, fresco y permitir la transpiración.

Comidas ligeras

La alimentación también juega un papel fundamental. En lugar de comidas copiosas y pesadas, lo más recomendable es optar por platos ligeros, frescos y ricos en agua y minerales. Las ensaladas, las frutas, las verduras cocidas o al vapor, los gazpachos y los zumos naturales ayudan a reponer las sales perdidas por el sudor y a mantener el organismo en equilibrio.

Además, este tipo de comidas favorece una digestión más fácil y rápida, lo cual evita el aumento de la temperatura corporal tras las comidas, algo que puede resultar peligroso en días de calor extremo.

El salmorejo cordobés es uno
El salmorejo cordobés es uno de los platos más típicos de Andalucía. (Shutterstock)

Protegerse en exteriores

Durante el verano, conviene organizar las actividades al aire libre en las primeras horas de la mañana o al atardecer, cuando el sol no está en su punto más fuerte. Las horas centrales del día (entre las 12 y las 17 horas) deben evitarse especialmente si se van a realizar esfuerzos físicos intensos.

Si no queda más remedio que estar al aire libre durante el calor más intenso, es fundamental buscar la sombra, hacer pausas frecuentes y refrescarse de manera regular. Mojarse la cabeza, el cuello o las muñecas ayuda a bajar la temperatura corporal. Además, es imprescindible usar protector solar de amplio espectro, con un factor de protección alto, y volver a aplicarlo cada dos horas si se suda o se está expuesto al sol de forma prolongada.