Varias playas asturianas se ven obligadas a cerrar por la presencia de un animal venenoso: sus tentáculos pueden llegar a medir más de 30 metros y causan heridas graves

Frente a este aumento significativo de esta especie, el Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA) mantiene en alerta a los equipos de salvamento y socorrismo

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Carabela portuguesa (Getty Images).
Carabela portuguesa (Getty Images).

La llegada masiva de medusas y carabelas portuguesas está marcando el inicio del verano en la costa de Asturias. Durante los últimos días, estos organismos marinos han hecho acto de presencia en arenales situados en áreas como Llanes, Castropol, El Franco, Castrillón, Villaviciosa, Tapia de Casariego, Carreño, Cudillero, Valdés, Ribadesella, Ribadedeva, Soto del Barco y Gijón. El fenómeno, que se repite en varios puntos del litoral, se debe a la abundancia de bancos de medusas localizados frente a la costa, que llegan a tierra arrastrados por las corrientes y la temperatura del agua.

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Prohibido el baño por la presencia de carabelas portuguesas

Según informan desde La Sexta, frente a este aumento significativo de medusas y carabelas portuguesas, el Servicio de Emergencias del Principado de Asturias (SEPA) mantiene en alerta a los equipos de salvamento y socorrismo. La precaución sigue activa y se han puesto en marcha distintas recomendaciones, entre las que destaca la petición de extremar la vigilancia y prestar atención tanto a los avisos oficiales como a la señalización de las playas.

Existen aplicaciones móviles en las que los propios bañistas están comunicando la presencia de medusas y las incidencias asociadas en numerosas playas del Principado. En Gijón, la playa de San Lorenzo ha tenido que prohibir el baño este martes, izando la bandera roja desde La Escalerona hasta San Pedro, mientras que en otras zonas del arenal gijonés ondea la bandera amarilla. También se prohibió el baño en Otur (Valdés), el playón de Bayas (Castrillón) y Carranques (Carreño). En Llanes, seis de las playas tienen bandera amarilla y en Villaviciosa todas. (Merón, España, La Ñora y Rodiles)

La carabela portuguesa puede provocar dolor intenso, fiebre y vómitos, e incluso la muerte

El organismo recomienda eludir cualquier contacto con medusas y carabelas portuguesas y recalca la importancia de “no subestimar la situación y no bañarse en zonas donde se hayan avistado ejemplares. Si estás en el agua, sal de forma calmada”, aconseja el SEPA. Los servicios de emergencia advierten de que incluso en la orilla pueden encontrarse fragmentos de tentáculos que conservan su efecto urticante, motivo por el cual recomiendan no bañarse ni tocar restos o ejemplares muertos. El cuadro típico tras una picadura incluye picor y escozor en la zona, pero puede complicarse con dolores intensos, fiebre, vómitos o incluso desenlaces fatales en casos graves. El veneno sigue activo aunque el animal ya haya sido retirado de la arena, por lo que resulta esencial no tocarlo.

La duración del poder urticante de las medusas y sus fragmentos puede alcanzar hasta 24 horas en condiciones de sequedad. Ante esta realidad, el SEPA reitera la importancia de no tocar ni manipular restos de medusas hallados en la arena. La presencia de estos organismos debe comunicarse siempre al puesto de vigilancia más cercano o, cuando no sea posible, llamando al 112.

Noticias del día 05 de agosto del 2025

En caso de picadura, el organismo recomienda no rascar ni frotar la zona afectada, evitando el uso de toallas, arena u otros materiales. Tamibién señala que la zona solo debe lavarse con agua de mar, quedando desaconsejado el uso de agua dulce, amoniaco, orina o vinagre. Los posibles restos de tentáculos deben retirarse con pinzas o, en su defecto, cubriendo la mano para evitar el contacto directo. Para aliviar el dolor, es útil aplicar frío unos 15 minutos, procurando que el hielo no toque la piel directamente. Asimismo, se indica desinfectar la herida con alcohol yodado entre dos y tres veces al día durante 48 a 72 horas.

Las recomendaciones del SEPA también incluyen prestar atención especial a menores, personas mayores o individuos alérgicos en caso de picadura. Si surgen síntomas como náuseas, vómitos, mareo, calambres musculares, dolor de cabeza o malestar general, será necesario acudir al hospital más próximo e informar, si es posible, del tipo de medusa implicada.

La carabela portuguesa presenta particularidades que incrementan su peligrosidad. Este animal, que no es una medusa sino una colonia de organismos que cooperan formando un hidrozoo gelatinoso, no puede sobrevivir de manera individual. Su tamaño ronda los 30 centímetros y sus tentáculos son especialmente largos, pudiendo alcanzar los 50 metros de longitud (aunque lo más común es que sean de 10 a 30 metros de largo). El riesgo para los bañistas reside precisamente en esos tentáculos, capaces de provocar reacciones alérgicas y lesiones graves. La picadura puede ser letal para niños o para adultos con patologías previas, aunque en personas con un estado de salud y peso normales los efectos, por lo general, desaparecen en pocas horas.