433 años de prisión para Aldo Maximiliano, el ‘monstruo del Fortnite’ abusó sexualmente de 25 niños

El condenado grababa estas sesiones y almacenaba las imágenes obtenidas en una carpeta denominada ‘angelitos’ en sus dispositivos informáticos

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La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a Aldo Maximiliano, de 45 años y nacionalidad argentina, a 433 años y once meses de prisión por cometer múltiples delitos sexuales contra 24 niños y una niña. El hombre, conocido como el ‘monstruo del Fortnite’, se acercó a menores de entre 7 y 13 años durante las partidas del videojuego, ganándose su confianza mediante regalos virtuales y la promesa de ventajas dentro del propio videojuego. De esta manera, lograba persuadirlos para realizar videollamadas en las que les exigía que se desnudaran frente a la cámara.

El condenado grababa estas sesiones y almacenaba las imágenes obtenidas en una carpeta denominada ‘angelitos’ en sus dispositivos informáticos. La investigación judicial reveló que usó técnicas de ciberacoso o ‘child grooming’ para embaucar a al menos 25 menores, forzando a varios de ellos a participar de manera regular en actos de naturaleza sexual a través de internet. En siete ocasiones produjo material pornográfico infantil utilizando las imágenes captadas.

La primera denuncia

La actuación de Maximiliano quedó al descubierto gracias a la observación de los padres de uno de los niños afectados: “No les cuadraba que tuviera Skype. Fue cuando vieron que estaba hablando con alguien", ha relatado el jefe de la investigación a El Español. Asimismo, notaron que el hijo contaba con mejoras en el juego, lo que fue realmente sospechoso para la familia. Tras preguntar al niño de 9 años, descubrieron que un supuesto “amigo del Fortnite” le había obsequiado esas mejoras a cambio de realizar videollamadas en desnudo.

La familia denunció de inmediato la situación. El caso pasó a manos del Departamento Contra el Cibercrimen de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que identificó a Maximiliano y registró su vivienda en Málaga. Allí, se hallaron más de 2.000 archivos de índole sexual con menores, junto con evidencia de los 81 pagos virtuales que el acusado realizaba para persuadir a los niños. “Una vez le atrapamos, lo más complicado—continúan los investigadores—era identificar a los niños que aparecían en esas fotos", ha compartido el jefe de la investigación.

Una agresión sexual física en Málaga

A pesar de que la mayoría de los contactos y abusos ocurrieron a través de plataformas digitales, la sentencia destaca un caso de agresión sexual con penetración ocurrido en Málaga durante agosto de 2021. Maximiliano, que presentaba antecedentes de conductas similares, conoció a un niño de 7 años y su madre en una playa nudista de Benalmádena. Tras ganarse la confianza de la mujer, aprovechó una oportunidad para alejarse con el menor y llevar a cabo actos sexuales.

Semanas después, el 9 de septiembre, se presentó en el domicilio de la madre de la víctima bajo el pretexto de arreglar un ordenador. De esta manera, se aprovechó de la confianza conseguida y pidió a la madre salir a comprar un pegamento especial, quedándose solo con el niño. Allí, volvió a abusar de él, desnudándolo y fotografiándolo. Según han informado las autoridades, el menor necesitó tratamiento psicológico tras el ataque.

Sentencia y medidas adicionales

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De este modo, la Audiencia Provincial de Madrid ha dictado una condena que, aunque suma 433 años y once meses de prisión, limita el cumplimiento efectivo a un máximo de 20 años, de acuerdo a la legislación vigente. Después de su salida de prisión, la sentencia ordena, además, su expulsión de España una vez cumpla tres cuartas partes de la pena, acceda al tercer grado o se le conceda la libertad condicional, prohibiéndole regresar al país durante una década. Además, le han sentenciado a indemnizar al menor agredido en 2021 con 20.000 euros, sumados a las otras de entre 3.000 y 10.000 que la Sala le ha impuesto con respecto a las acciones cometidas a los otros niños.

El perfil del acusado ha generado una alerta adicional entre las autoridades: además de presentarse como informático, Maximiliano trabajaba como monitor de deportes, campamento y profesor de inglés, actividades en las que intentaba rodearse de niños. Igualmente, presentaba antecedentes por 22 delitos sexuales contra menores y dos por exhibicionismo. Debido a ello, había estado previamente en prisión, condenado inicialmente a más de 50 años, aunque su pena fue reducida a poco más de 12 años tras unificación de sentencias. Fue expulsado de España, pero regresó a Málaga, donde vivía con su madre.