Qué es la acondroplasia: diferencias con el ‘enanismo’

La distinción entre ambas condiciones no es meramente técnica: también limita el diagnóstico, el tratamiento y el reconocimiento social

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Una mujer con acondroplasia. (Canva)
Una mujer con acondroplasia. (Canva)

La confusión entre el término ‘enanismo’ y la condición genética llamada acondroplasia es habitual. Sin embargo, desde el ámbito médico existen diferencias notables entre ambos y se destaca la importancia de utilizar los conceptos con rigor, especialmente en un contexto social donde las personas con displasias óseas aún enfrentan prejuicios y estigmas.

La acondroplasia representa una de las más de 400 displasias esqueléticas identificadas, es decir, anomalías en el desarrollo de los huesos, y aunque es la más frecuente, no es la única causa que puede provocar baja estatura. De hecho, no todas las personas con enanismo tienen acondroplasia, y no todas las personas con acondroplasia presentan las mismas características o complicaciones. Esta diferenciación no es meramente técnica: también condiciona el diagnóstico, el tratamiento y el reconocimiento social de estas condiciones.

Una alteración genética

La condición de acondroplasia es un trastorno genético del crecimiento óseo causado por una mutación en el gen FGFR3, que regula la conversión del cartílago en hueso, especialmente en las extremidades. Según el Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos (NIH), esta mutación provoca un cierre prematuro de los cartílagos de crecimiento, lo que impide el desarrollo normal de los huesos largos del cuerpo. La consecuencia clínica más visible es una estatura significativamente inferior a la media, con un patrón corporal característico.

Las personas con esta mutación presentan un tronco de dimensiones normales, extremidades cortas, una cabeza de tamaño más grande de lo habitual (macrocefalia), frente prominente y puente nasal deprimido. También pueden desarrollar complicaciones como apnea del sueño, estenosis espinal o infecciones frecuentes de oído. En adultos, la estatura media se sitúa en torno a los 1,30 metros, aunque puede variar. La incidencia estimada es de un caso por cada 25.000 a 30.000 nacimientos, y en el 80% de las situaciones la mutación aparece de forma espontánea, es decir, sin antecedentes familiares.

El diagnóstico puede hacerse desde el nacimiento o incluso durante la gestación mediante ecografías y estudios genéticos, según la Asociación Española de Pediatría. Aunque no existe cura, el seguimiento médico multidisciplinar es fundamental para prevenir y tratar las posibles complicaciones asociadas. La acondroplasia está reconocida como una enfermedad rara y como discapacidad física, y quienes la padecen pueden acogerse a los recursos asistenciales y jurídicos establecidos en la legislación de cada país.

Enanismo: término paraguas

El término ‘enanismo’ no designa una enfermedad específica, sino que se emplea para referirse a una estatura anormalmente baja, generalmente por debajo de 1,47 metros en la edad adulta, según la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). Puede estar asociado a alteraciones óseas, hormonales, genéticas o nutricionales, y se clasifica en dos grandes grupos: el enanismo proporcionado, en el que todas las partes del cuerpo mantienen las proporciones habituales, y el enanismo desproporcionado, como en el caso de la acondroplasia, en el que algunas regiones crecen menos que otras.

La asociación ADEE ha denunciado a Lamine Yamal por contratar personas con enanismo para su fiesta de cumpleaños, considerándolo un acto degradante. Anuncian acciones legales y sociales por vulnerar la legislación vigente y atentar contra la dignidad de las personas con discapacidad (Fuente: Europa Press / Talento Noticias)

Las causas del enanismo proporcionado pueden incluir déficits de la hormona del crecimiento, enfermedades renales crónicas o malnutrición durante la infancia. En estos casos, el tratamiento puede implicar terapias hormonales o mejoras en la salud general del paciente. En el caso de esta condición desproporcionada, las causas suelen estar relacionadas con displasias esqueléticas, como la hipocondroplasia, la displasia diastrófica o la acondroplasia, cada una con particularidades propias.

A pesar de que socialmente se utiliza el término “persona con enanismo”, desde asociaciones como la Fundación ALPE Acondroplasia o la Asociación ADEE se recomienda referirse con precisión a cada condición, evitando estereotipos y términos peyorativos.