Por qué los hombres de mediana edad tienen dificultades para hacer amigos y mantenerlos

Este fenómeno, bautizado como “recesión de la amistad”, se traduce en una caída drástica de los vínculos estrechos y en un aumento nunca visto de la soledad

Guardar
Un grupo de amigos hombres
Un grupo de amigos hombres de mediana edad. (Canva)

La amistad masculina en la edad adulta atraviesa uno de sus momentos más delicados. Este fenómeno, bautizado como “recesión de la amistad”, se traduce en una caída drástica de los vínculos estrechos y en un aumento nunca visto de la soledad, según el medio The Guardian.

De acuerdo con datos recientes del Survey Center on American Life, el porcentaje de varones estadounidenses sin amigos íntimos ha pasado del 3% al 15% en las últimas tres décadas, mientras los grupos amplios se han reducido a la mínima expresión. Jeremy Mohler, terapeuta en Baltimore, lo vive a diario: muchos hombres de su entorno y pacientes se enfrentan a un muro a la hora de consolidar lazos duraderos más allá de la pareja o la familia nuclear.

Disminución de los amigos

Especialistas como el profesor Jeffrey Hall o la psicóloga Niobe Way apuntan a varias causas interconectadas: los hombres tienden a delegar la vida social en sus parejas, se vuelcan en la paternidad o sus actividades profesionales y pierden contacto con sus amigos de la juventud por los cambios de residencia o la dispersión geográfica.

Un grupo de amigos hombres.
Un grupo de amigos hombres. (Canva)

El resultado: la sensación de que, pese a comprender la necesidad de contar con relaciones cercanas, la logística y la cultura dificultan cualquier acercamiento. Según el medio británico, la disminución de la amistad en los hombres adultos tiene raíces culturales muy profundas.

Desde la adolescencia, la mayoría percibe que expresar sentimientos o buscar una intimidad fraternal puede percibirse como débil o poco masculina. Esta presión social conduce a la “atrofia” de las habilidades emocionales, según explica Hall, y las referencias culturales escasean o son poco inspiradoras. No resulta extraño que quienes buscan salir de la estadística de soledad recurran a estrategias personales o colectivas, desde quedar para deportes hasta organizar quedadas informales.

Un aumento de la soledad

A pesar de la gravedad del problema, la percepción de que la amistad es cosa de mujeres sigue muy extendida. Numerosos hombres consideran que la vulnerabilidad o el apoyo emocional mutuo no deben formar parte de su repertorio cotidiano. Scott Galloway, profesor y divulgador, incide en la necesidad de romper ese tabú y reivindicar la amistad profunda como un pilar de la salud social y mental.

Las consecuencias de la carencia de conexiones no solo afectan al estado de ánimo, sino que tienen un impacto considerable en la salud física y mental, como muestran diferentes investigaciones recientes. Los nuevos datos coinciden con un creciente número de hombres entre 15 y 35 años que admiten sentirse solos durante gran parte del día, un índice especialmente alto en países desarrollados, según encuestas de Gallup para 2025.

La soledad, una pandemia silenciosa que genera monstruos: "Es un factor de riesgo enorme para la depresión"

Más quedadas presenciales

No obstante, empiezan a surgir iniciativas para afrontar este vacío relacional. Algunos adaptan prácticas que observan en amigas o parejas, como programar quedadas regulares, mantener el contacto tras un encuentro o priorizar la profundidad frente a la cantidad de relaciones.

Empresas, espacios sociales y organizaciones de ocio colaboran en este nuevo enfoque con clases deportivas, paseos en barco o eventos lúdicos. La clave es proponer dinámicas en grupo que eliminen la presión de los encuentros uno a uno y permitan la convivencia sin grandes exigencias.

Según The Guardian, la tecnología introduce una paradoja añadida: si bien permite mantener un contacto virtual constante, no siempre logra generar la intimidad que se busca. Adictos a los pódcast, los videojuegos o a las redes, muchos jóvenes admiten que el contacto presencial sigue siendo insustituible para construir un círculo sólido.