Quién es Cristina Seguí y por qué protagoniza las últimas polémicas en televisión

Comunicadora y activista política, Seguí se ha convertido en una figura mediática controvertida por su estilo directo, sus condenas judiciales y su reciente expulsión de un programa

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Cristina Seguí durante una concentración
Cristina Seguí durante una concentración contra la gestión de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias en la pandemia (Enrique Palomares / Europa Press)

La noche del 9 de julio de 2025, Cristina Seguí volvió a protagonizar un nuevo encontronazo televisivo que reavivó su figura pública. La comunicadora y activista valenciana fue expulsada en directo del programa Código 10, emitido en Cuatro, tras un encendido enfrentamiento con Pablo Fernández, portavoz de Podemos. El debate giraba en torno a las derivadas políticas del llamado “caso Koldo”, pero en apenas unos minutos se transformó en una batalla verbal marcada por acusaciones incendiarias.

Seguí, conocida por su estilo combativo y su verbo sin filtros, llamó a Podemos “el partido de los sueltavioladores”, en referencia a las consecuencias de la ley del solo sí es sí. El presentador del espacio, Nacho Abad, le pidió reiteradamente que moderase el tono y empleara el término “presunto” al hablar de implicaciones penales, tal y como exige el código deontológico televisivo. Sin embargo, la tertuliana desoyó las indicaciones y mantuvo su discurso desafiante, lo que llevó a la dirección del programa a prescindir de su presencia. Al regresar de una pausa publicitaria, Cristina Seguí ya no se encontraba en el plató.

Desde el aparcamiento de Mediaset, y poco después en sus redes sociales, Seguí confirmó su expulsión y denunció una supuesta censura. Su salida del programa no hizo sino reforzar el aura de polémica que la rodea desde hace años, alimentando a partes iguales el fervor de sus seguidores y el rechazo frontal de sus detractores.

Del activismo político al papel mediático

Cristina Seguí (Valencia, 1978) comenzó a hacerse notar en el panorama público español a través del activismo político. Fue una de las fundadoras de VOX en la Comunidad Valenciana, aunque abandonó el partido antes de que alcanzase representación parlamentaria. Desde entonces, ha cultivado una identidad política propia, escorada firmemente a la derecha, que combina con una intensa actividad en redes sociales y en medios de comunicación afines.

Su paso por tertulias televisivas, podcasts y medios digitales la ha consolidado como una de las voces más reconocibles del llamado “discurso antisistema de derechas”. A menudo aborda cuestiones relacionadas con la inmigración, la delincuencia, el feminismo o la corrupción, siempre desde un prisma marcadamente ideológico. Sus intervenciones suelen ser explosivas, con declaraciones que rozan —y en ocasiones cruzan— los límites del lenguaje jurídico y periodístico.

Declaraciones del portavoz nacional de Vox, José Antonio Fúster, quien cree que el presidente Pedro Sánchez está "desesperado" tras haber recurrido al que fuera presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero para mantener las conversaciones con Junts y auguran que el que fuese líder de los socialistas acabará "cayendo" con el 'caso Koldo'. (Fuente: Imágenes Satélite SATÉLITE)

Más allá de la televisión, Seguí ha encontrado en X su canal principal de difusión. Con decenas de miles de seguidores, emplea la red como altavoz de sus opiniones y como herramienta de presión política. No duda en compartir investigaciones propias, filtraciones, interpretaciones personales de sentencias judiciales o simplemente ataques directos contra adversarios políticos. Su presencia digital ha sido clave para amplificar su alcance, aunque también ha sido el origen de varios de sus procesos judiciales.

Causas judiciales

Su estilo provocador no ha quedado exento de consecuencias legales. En diciembre de 2024, la Audiencia Provincial de Valencia ratificó una condena de 15 meses de prisión y una indemnización de 12.000 euros contra Seguí por haber difundido un vídeo con imágenes de menores víctimas de una agresión sexual en Burjassot. El tribunal consideró probado que la tertuliana atentó contra la integridad moral de las menores al publicar el vídeo en sus redes sociales, acompañándolo con comentarios en los que insinuaba que todo había sido un montaje para llamar la atención.

A pesar de que fue absuelta del delito de revelación de secretos, la sentencia fue contundente respecto a la gravedad del daño causado. Actualmente, Cristina Seguí ha recurrido ante el Tribunal Supremo, denunciando lo que considera una persecución política por parte de la justicia.

Esa no ha sido su única condena. El mismo año, fue obligada a pagar 6.000 euros por injurias contra el exministro José Luis Ábalos, tras insinuar que formaba parte de una trama de prostitución financiada con dinero público. También fue condenada por difamación a la aerolínea Plus Ultra, después de acusarla falsamente de formar parte de una red de corrupción ligada al Gobierno.

Estas causas, lejos de erosionar su imagen entre su base de seguidores, han sido utilizadas por ella como prueba de su “resistencia al sistema”. Seguí ha construido una narrativa de mujer “valiente y perseguida”, en la que se presenta como víctima de un poder mediático y judicial supuestamente dominado por la izquierda.

El caso Cuesta y las fracturas personales en la escena ideológica

Frank Cuesta y Cristina Seguí
Frank Cuesta y Cristina Seguí en una imagen de redes sociales.

No solo sus enemigos políticos han sido objeto de su virulencia. En marzo de 2025, el herpetólogo y popular activista Frank Cuesta rompió públicamente su relación de amistad con Cristina Seguí, a quien acusó de haberle amenazado con una querella tras su detención en Tailandia. Cuesta declaró que jamás perdonaría lo que consideró una traición personal, y sugirió que detrás de sus problemas judiciales podría haber intereses de antiguos aliados.

La ruptura fue sonada, no solo porque ambos compartieron espacios y combates ideológicos durante años, sino porque reveló las tensiones internas del espectro mediático conservador. Seguí respondió con dureza, y desde entonces ambos mantienen una guerra abierta en redes.

En un entorno donde la presencia en redes sociales y la confrontación verbal juegan un papel decisivo, figuras como Cristina Seguí navegan entre el apoyo de sus seguidores y los conflictos que generan, mostrando que la gestión de las relaciones públicas es tan crucial como el discurso mismo.