Compran un teléfono para su hija de 12 años y le obligan a firmar un ‘contrato’: “No escribas nada con este dispositivo que no dirías en persona”

“Romperás las reglas. Te confiscaremos el teléfono. Nos calmaremos y hablaremos”. Con estas palabras, Emanuele Frontoni, un profesor universitario italiano, y su esposa concluyeron el acuerdo que su hija de 12 años firmó al recibir su primer teléfono móvil. El documento, que detalla 18 normas y que ha difundido el propio Frontoni en su página de Facebook, busca guiar el uso responsable del dispositivo y, al mismo tiempo, acompañar el crecimiento de la menor en un entorno digital cada vez más complejo.

El acuerdo, presentado como un préstamo y no una cesión de propiedad, establece desde el inicio que el teléfono pertenece a los padres y que la hija solo lo utiliza bajo ciertas condiciones. Entre las reglas más destacadas, figura la obligación de entregar el móvil cada noche a las 21:30 si hay clases al día siguiente, o a las 22:00 en días festivos, manteniéndolo apagado hasta las 7:30 de la mañana. Los padres exigen conocer siempre la contraseña y prohíben llevar el dispositivo a la escuela, salvo excepciones para salidas o actividades extraescolares evaluadas caso por caso. “Habla con tus amigos en persona. Es importante”, afirman los padres en el texto.

El documento también aborda la responsabilidad financiera: si el teléfono se rompe, se pierde o se moja, la hija deberá asumir los costos de reparación o sustitución, ya sea mediante un préstamo, trabajo de niñera o utilizando sus ahorros. La lista de normas incluye la prohibición de utilizar la tecnología para mentir, engañar o herir a otros, así como la de participar en conversaciones dañinas. “No digas ni escribas nada con este dispositivo que no dirías en persona a tu interlocutor”.

El acuerdo prohíbe el acceso a contenido pornográfico y anima a la menor a buscar información en internet que pueda compartir sin reparos con sus padres. Si surge alguna duda, se le recomienda consultar primero a sus progenitores. Además, se le pide apagar o silenciar el teléfono en restaurantes, cines o durante conversaciones, y se le advierte sobre los riesgos de enviar o recibir fotos íntimas: “Es un comportamiento arriesgado que puede arruinar tu vida de adolescente, joven o adulta. Siempre es una mala idea. Internet es infinitamente más grande y poderoso que tú. Una vez dañada tu reputación, no se puede volver atrás.”

Otras reglas fomentan el uso moderado del dispositivo, como evitar tomar miles de fotos y videos, dejar el teléfono en casa ocasionalmente y no considerarlo una extensión del cuerpo. Se alienta a la hija a explorar música diferente a la de sus compañeros, elegir juegos instructivos y observar el mundo más allá de la pantalla. La iniciativa de Frontoni y su esposa se enmarca en un contexto de preocupación creciente entre las familias italianas por el uso de smartphones en menores. Según el estudio Las necesidades de alfabetización mediática y digital, el 13% de los padres prohíbe a sus hijos menores de 16 años el uso del teléfono. En España, la propuesta de prohibir el teléfono a los menores de 16 años también ha ganado fuerza en los últimos años, pero aún no se ha concretado en una ley.