Heridos, en casetas inundadas y expuestos a infecciones: denuncian el maltrato que sufren los perros de la Policía Nacional en Sevilla

El sindicato SUP ha difundido vídeos e imágenes para denunciar las condiciones en las que viven los canes de la fuerza policial en la capital andaluza

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Desde el sindicato SUO denuncian las malas condiciones en las que viven los canes de la fuerza policial en la capital andaluza (SUP)

Heridas provocadas por estructuras oxidadas y excrementos, campos de entrenamiento fuera de normativa, casetas inundadas por la lluvia y temperaturas superiores a los 40 °C son solo algunas de las situaciones documentadas por los agentes de la Policía Nacional en el servicio de Guías Caninos en Sevilla. Según denunció el Sindicato Unificado de Policía (SUP), los perros que integran esta unidad sufren un “maltrato institucional” debido a graves carencias en medios, condiciones y respeto por su bienestar, situación que se mantiene pese a las reiteradas quejas internas de los propios agentes.

El SUP ha difundido vídeos y fotografías que muestran casetas sin tejado adecuado, las cuales se inundan durante la lluvia. Cuando cesan las precipitaciones, las temperaturas extremas convierten las instalaciones en verdaderas “islas de calor”, tal como explicaron los agentes. En semanas donde el termómetro sobrepasa los 40 °C, el aire y el suelo de las casetas concentran el calor nocturno, imposibilitando que los animales tengan un descanso saludable y exponiéndolos a un estrés térmico peligroso para su salud.

Entre las pruebas remitidas al sindicato, se encuentran imágenes de una rejilla metálica oxidada y deteriorada, con huecos donde los perros se hieren al caminar sobre ella. Las fotografías documentan heridas sangrantes, con el riesgo añadido de infecciones como el tétanos, una situación agravada porque, según los policías, la limpieza de las casetas solo se realiza cuando sobra tiempo tras atender a las caballerías. Este ritmo provoca que los animales frecuentemente pisen sus propios excrementos, alimentando el riesgo de infecciones a través de las heridas abiertas.

En el caso de los campos de entrenamiento, las condiciones tampoco cumplen los mínimos exigidos. El SUP aseguró que el tipo de tierra es inadecuado para la actividad canina, ya que facilita el crecimiento de hierbas con pinchos, lo que ya ha causado lesiones en al menos un ejemplar que ha llegado a cojear. La normativa de estos espacios exige el uso de superficies como el albero y obstáculos móviles que no dañen a los animales durante el ejercicio; sin embargo, en el centro de Guías Caninos del Cortijo del Cuarto, estos obstáculos permanecen soldados, incrementando el peligro de heridas graves.

Perros de la Policía Nacional
Perros de la Policía Nacional en Sevilla (SUP)

Riesgo para los agentes

El sindicato calificó de “maltrato institucional” la situación al recordar que los perros policía están excluidos de la Ley de Bienestar Animal, incluso cuando no están en servicio. Los agentes denunciaron la contradicción de que estos canes reciban medallas y homenajes públicos desde 2015, mientras que en la práctica carecen de condiciones básicas de salud e higiene. Ante la falta de soluciones oficiales, los propios miembros de la unidad han tenido que costear toldos improvisados para proteger a los animales del sol durante el verano, recurriendo a gestos simbólicos como introducir un bolígrafo del SUP en los huecos de las rejillas deterioradas para visibilizar la denuncia.

A pesar de los escritos y reclamaciones formales enviados a la Administración, el SUP ha subrayado que las autoridades no han adoptado pasos efectivos para revertir el problema. Esta inacción, ha señalado el sindicato, constituye una clara vulneración de la normativa vigente sobre el bienestar animal, ya que el Estado incumple las mismas normas que impone a la ciudadanía en el trato a los animales domésticos.

El SUP alertó que mantener a estos perros en estas condiciones supone un riesgo adicional no solo para los propios animales, sino también para los agentes y la seguridad pública. Si un perro herido, infectado o estresado sufre dolor extremo durante una intervención, su comportamiento puede volverse impredecible y poner en peligro tanto al policía como al ciudadano. Por ello, los guías insisten en que la protección y el bienestar de estos compañeros es fundamental para garantizar el buen desempeño de su labor.