Su hija murió tras la anestesia para tratar una caries y ahora su padre vive una pesadilla: “La acompañé al dentista, y desde ese día mi vida ya no existe”

Gaia Pagliuca, de 23 años, falleció tras recibir anestesia local en una clínica dental italiana. Su padre, devastado, exige justicia mientras avanza en la investigación por presunta negligencia médica

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Ilustración de una operación médica(Florian
Ilustración de una operación médica(Florian Schuh/dpa)

La pérdida de una hija es una de las tragedias más duras que puede vivir una familia. En el caso de Gaia Pagliuca, una joven italiana de 23 años, el drama fue aún más inesperado y desgarrador. Gaia falleció en septiembre de 2024 tras someterse a un tratamiento dental rutinario para curar una caries, cuando la anestesia que le aplicaron desencadenó una reacción fatal. Su padre, entre la incredulidad y el dolor, relata cómo esa visita al dentista cambió su vida para siempre, transformándola en una auténtica pesadilla.

Gaia Pagliuca acudió a una clínica dental para un procedimiento que a priori resulta habitual y sencillo, la cura de una caries con anestesia local. Los tratamientos dentales son rutinarios, y la anestesia local se utiliza a diario sin mayores riesgos aparentes. Sin embargo, en esta ocasión, la joven sufrió una complicación grave poco después de que le administraran la anestesia.

Según el relato de la familia, Gaia sufrió una reacción adversa severa que provocó una parada cardiorrespiratoria. A pesar de los esfuerzos de los médicos y del personal sanitario para reanimarla, la joven no pudo recuperarse y falleció. Este trágico desenlace ha dejado un profundo dolor en su familia y ha puesto en el centro del debate la seguridad de los procedimientos dentales.

El padre de Gaia, en unas declaraciones al diario italiano Corriere della Sera, cuenta cómo la acompañó al dentista confiando en que todo iría bien. “Desde ese día mi vida ya no existe. Es una pesadilla constante”, asegura.

Cómo una intervención sencilla terminó en tragedia

Gaia acudió a una clínica dental en Bastia Umbra para tratarse una caries. Era una intervención sencilla, sin embargo, durante el procedimiento, comenzó a quejarse de dolor relacionado con la anestesia. Vincenzo recuerda: “La acompañé yo al dentista. Me acomodé en la sala de espera y escuché que Gaia se quejaba. Al cabo de una hora, una asistente me dijo que entrara de inmediato.

Una paciente en la consulta
Una paciente en la consulta de un dentista. (JCOMP/FREEPICK)

Una vez dentro, el padre se topó con una escena preocupante: “La encontré sin sentido, con un color de piel prácticamente azul, en parada cardiorrespiratoria. Fueron momentos interminables: ambulancia, helicóptero, la carrera al hospital… un auténtico infierno". Aunque los equipos médicos lograron reanimarla, el daño cerebral ya era irreversible y Gaia falleció días después.

Desde entonces, Vincenzo vive inmerso en una depresión que describe con verdades desgarradoras: “Mi vida, desde ese día, ya no existe. Desde hace nueve meses floto como un muerto en vida”, afirma al periodico italiano. También relata el peso extra que la tragedia supone, al haber perdido anteriormente a su esposa: “La había perdido en 2011. Eran dos golpes imposibles de encajar”.

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Durante años se dedicó a sacar adelante a sus dos hijos solo, esfuerzo que describe con orgullo y emotividad: “Mis hijos siempre me llamaban ‘superpapá’ y nada fue demasiado costoso porque quería compensarles aquella primera pérdida”, añade. Ahora, tras esta nueva tragedia, solo anhela que se esclarezcan los hechos.

La investigación judicial

La autopsia oficial determinó que la causa de la muerte fue una “toxicidad sistémica por anestésico local”. Tras este hallazgo, la fiscalía de Perugia ha incluido en el expediente al dentista y sus dos hijas por presunta negligencia. La defensa, por su parte, alega que la dosis administrada era correcta y que todo se limitó a un suceso imprevisible.

Para Vincenzo, la investigación ha sido un salvavidas: “Será un coloso que pague por lo que pasó. Si Gaia no hubiese entrado en esa clínica aquel 26 de septiembre, hoy seguiría viva. Quien falló tiene que rendir cuentas y asumir las consecuencias, también para que no vuelvan a ocurrir hechos similares”