Cómo prevenir los problemas de circulación en verano

El sedentarismo, la deshidratación y la vasodilatación puede empeorar los problemas de circulación de la sangre

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Una mujer con dolor por
Una mujer con dolor por las varices de sus piernas (Shutterstock)

Las altas temperaturas propias del verano tienen un efecto en nuestra salud, ya sea más o menos grave, que van desde sudar en exceso hasta sufrir un golpe de calor. Para protegernos, es importante beber mucha agua, vestir con ropa ligera y evitar las horas centrales del día. Sin embargo, ¿qué ocurre con los problemas de circulación?

En los días calurosos del año, la circulación sanguínea puede verse afectada, especialmente en aquellas personas con antecedentes de várices o insuficiencia venosa. El calor ambiental provoca que los vasos sanguíneos se dilaten, un proceso conocido como vasodilatación, que facilita la liberación de calor corporal pero dificulta a su vez el retorno de la sangre al corazón, especialmente cuando las válvulas venosas presentan algún daño o no funcionan correctamente.

La deshidratación representa otro factor de riesgo en verano asociado a la mala circulación sanguínea, según explican desde el Centro de angiología y cirugía vascular (EMQ) de Barcelona. El aumento de la sudoración incrementa la pérdida de líquidos, y si no se compensa con una adecuada ingesta de agua, la sangre se vuelve más espesa. Esta mayor densidad sanguínea dificulta la circulación y eleva la probabilidad de que se formen coágulos, lo que puede derivar en complicaciones graves como la trombosis venosa profunda (TVP). La TVP consiste en la formación de coágulos en las venas profundas de las piernas y puede tener consecuencias severas para la salud.

Los expertos también ponen el foco en que la tendencia a reducir la actividad física durante los periodos de calor intenso también influye negativamente en la circulación de la sangre. El sedentarismo, frecuente en las vacaciones o durante viajes largos, disminuye la eficacia del bombeo venoso, ya que la contracción muscular es esencial para impulsar la sangre de regreso al corazón. La falta de movimiento, sumada a la vasodilatación y la deshidratación, crea un entorno propicio para el estancamiento sanguíneo y la aparición de síntomas como pesadez, hinchazón o dolor en las extremidades inferiores.

El calor extremo en verano aumenta en España, con riesgos como golpes de calor y cáncer de piel. Sanidad recomienda hidratación, protección solar y prevención para evitar complicaciones, especialmente en vulnerables.

Cómo prevenir los problemas de circulación

Para minimizar los efectos negativos del calor sobre la circulación sanguínea, resulta fundamental adoptar medidas preventivas. Mantenerse bien hidratado es esencial, puesto que la ingesta adecuada de agua ayuda a mantener la sangre fluida y reduce el riesgo de coágulos.

Por otra parte, realizar actividad física regular, incluso en días calurosos, favorece el retorno venoso y previene el estancamiento sanguíneo. Se aconseja aprovechar las primeras horas de la mañana o las últimas de la noche para el ejercicio. Además, es recomendable evitar la exposición prolongada al sol y buscar ambientes frescos, así como alternar periodos de reposo con movimiento, especialmente durante viajes largos.

El equipo médico de la Unitat d’angiologia i cirurgia vascular destaca la importancia de la prevención y el seguimiento profesional para quienes presentan factores de riesgo vascular. Ante síntomas persistentes o dudas sobre la salud circulatoria, recomiendan consultar con especialistas para recibir orientación personalizada y evitar complicaciones mayores. La atención médica oportuna permite identificar problemas a tiempo y establecer estrategias de cuidado adaptadas a cada caso.