Pedro Sánchez enfada a Trump e Israel en la misma semana tras marcar perfil propio en la OTAN y la UE

Mientras en España siguen su curso las investigaciones de la UCO para desenredar los hilos de uno de los mayores escándalos de corrupción que ha sufrido el PSOE en su historia reciente, Pedro Sánchez ha decidido tomar distancia y dejar a un lado los espinosos asuntos domésticos para centrarse en su faceta más internacional con la que marcar perfil propio, sobre todo en un asunto -el de la contención del gasto en Defensa para 2035- que sabe que cala bien también entre sus socios de Gobierno.

Y siguiendo esa ruta no ha pasado muy desapercibido: por el camino ha enfadado a Donald Trump, pero también a Israel, que el jueves por la tarde reaccionó muy vehementemente a sus palabras antes del Consejo Europeo, cuando Sánchez adelantó que pediría a los miembros de la Unión Europea suspender la asociación con Tel Aviv al considerar “más que evidente” que viola el respeto a los derechos humanos en Gaza.

Ya llegará el momento de dar explicaciones sobre el caso Santos Cerdán, el caso Koldo o el caso José Luis Ábalos, parece pensar el presidente del Gobierno, que tiene previsto comparecer en un pleno del Congreso el próximo 9 de julio para informar de todos estos asuntos y de las decisiones tomadas en la OTAN y en el Consejo Europeo. Por ahora, y tras las últimas dos comparecencias en la sede del PSOE en Ferraz después de que estallara el escándalo con su exministro Ábalos y el ex número tres del PSOE, Santos Cerdán, Sánchez ha decidido guardar silencio sobre esta cuestión y que sea el turno de la cumbre de la Alianza Atlántica y el posicionamiento geopolítico de España el que se quede con el protagonismo.

Su objetivo ha sido defender su postura de contención del gasto al 2,1% en Defensa, rechazando (aunque firmando) el compromiso del 5% del PIB para 2035 para los miembros de la OTAN. Este asunto contenta a su socio de Gobierno, Sumar, que ha elogiado su “dignidad” por no querer aumentar más el gasto, y descoloca a la oposición, que, por otro lado, sigue sin poder presentar una moción de censura ni por este asunto ni, especialmente, por los últimos casos de corrupción que se están investigando

Lo ha confirmado Alberto Núñez-Feijóo tras su reunión con el líder de Vox, Santiago Abascal. El líder del PP, que ha criticado duramente la postura de Sánchez en la OTAN, tampoco ha querido aclarar si se comprometería a elevar hasta el 5% del PIB español el gasto en defensa y seguridad, tal y como ha exigido Trump a sus aliados.

Alejado de las comparecencias ante la Justicia de Ábalos y Koldo García de esta semana, Sánchez explicaba desde Holanda que el gasto del 2,1% del PIB en Defensa le parecía “suficiente”. El presidente del Gobierno ha dicho que su objetivo es tender puentes y afrontar los debates con solidaridad, pero defendiendo el interés general de la sociedad. Ese aumento del 5% en Defensa pondría en jaque muchas partidas dedicadas actualmente a otros gastos.

La posición de España ha dejado en evidencia que persisten “marcadas disparidades” en la forma en que los aliados europeos asumen sus responsabilidades. Por ejemplo, mientras Polonia ya se acerca al 5%, seguida de cerca por los países bálticos, más al oeste y al sur, “las amenazas parecen menos urgentes, y se nota”, afirma la analista de Investigación de la UE en el think tank Crisis Group, Marta Mucznik, que apunta que Portugal, España, Italia, Luxemburgo y Bélgica aún no han alcanzado el umbral del 2% y luchan por alcanzarlo a corto plazo. España, en concreto, ha anunciado una inversión sobre los 10.471 millones de euros, adicionales a los ya destinados a estas políticas, y que servirían para alcanzar ese 2% del PIB este mismo año.

Mucznik cree que estas reticencias también demuestran un “escepticismo sobre la seriedad con la que algunos gobiernos se tomarán estas promesas” de cara a 2035. “Hay motivos para esperar que algunos recurran a la contabilidad creativa —por ejemplo, contabilizando las pensiones militares— en lugar de abordar las deficiencias en sus capacidades militares", apunta.

En este contexto, Trump no se ha tomado nada bien que España se desmarque de los nuevos objetivos de la Alianza Atlántica y ha amenazado con negociar directamente con el Gobierno un acuerdo comercial específico para hacerle “pagar el doble” a España. Pero Sánchez ha subrayado que España es un país soberano y que la política comercial es responsabilidad de Bruselas.

Mientras, Sumar saca pecho: “Lo sabía el señor Pedro Sánchez, pero lo sabía también el señor Donald Trump y el conjunto de países de la OTAN, que con Sumar en el Gobierno, el Gobierno de España no iba a aceptar el 5 % de gasto en defensa. Eso no iba a ocurrir”, ha afirmado su portavoz, Ernest Urtasun.

Y cuando el nubarrón de las amenazas arancelarias de EEUU empezaba a disiparse, llegaba el de Israel, que acusó al gobierno español de estar “en márgenes cada vez más extremos y más aislados” y mantener una “cruzada antisraelí”. También calificó de “moralmente indefendible” la iniciativa del presidente del Ejecutivo de solicitar a la UE la suspensión del acuerdo de asociación con Israel debido a la situación en Gaza.

Eso provocó que el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación convocara a última hora del jueves al encargado de negocios israelí en Madrid, Dan Poraz, por su “inaceptable” comunicado de este jueves sobre el Gobierno.

La tensión diplomática ha escalado tras un comunicado publicado por la Embajada israelí en Madrid en sus redes sociales, en el que el Estado hebreo ha afeado que el presidente haya pedido a sus socios que se suspenda el acuerdo con Israel tan solo unos días después de que cayeran misiles balísticos iraníes sobre territorio israelí durante doce días seguidos.

La Embajada ha recordado que “29 civiles fueron asesinados, cientos resultaron heridos, barrios residenciales quedaron reducidos a escombros y millones de ciudadanos israelíes se vieron obligados a refugiarse diariamente para proteger sus vidas”.

Pero “en medio de esta agresión, el Gobierno de España eligió no condenar, ni una sola vez, los ataques deliberados y continuos contra civiles israelíes, iniciando una cruzada antisraelí”, ha denunciado, reprochando que en lugar de ello “ha llamado a suspender los acuerdos europeos con Israel e imponer un embargo de armas al país que estaba siendo atacado!”

Al frente de la Embajada israelí está el encargado de negocios porque la anterior embajadora, Rodica Radian-Gordon, fue llamada a consultas en mayo de 2024 tras el reconocimiento de Palestina, e Israel no ha designado a su reemplazo.

No ha habido ningún intentó de rebajar tensiones: a su salida del Consejo, Sánchez ha seguido la misma línea y ha defendido que “no tiene ningún sentido que llevemos 18 paquetes de sanciones a Rusia por su agresión a Ucrania y Europa, en un doble estándar, no sea capaz ni de suspender un Acuerdo de Asociación cuando se está violando flagrantemente el Artículo 2 de respeto a los Derechos Humanos por parte, en este caso, de Israel”. Esta posición coloca a España, según Israel, en “el lado equivocado de la historia”.