Los primeros títulos nobiliarios de Felipe VI: un gesto simbólico que vuelve a diferenciarle de su padre, el rey Juan Carlos

Era una de las grandes incógnitas del reinado de Felipe VI: cuándo y a quién iba a conceder sus primeros títulos nobiliarios. Año tras año, la lista de nuevos nobles reconocidos por el heredero de Juan Carlos I seguía vacía y ha habido que esperar más de una década para los primeros seis nombramientos. El tenista Rafa Nadal, la cantante Luz Casal o la nadadora Teresa Perales están entre los agraciados, figuras con brillantes trayectorias a las que Felipe ha querido reconocer con un gesto cargado de simbolismo.

Como todo movimiento proveniente de Zarzuela, la concesión de estos seis marquesados parece estar medida para anunciar al pueblo el inicio de una nueva etapa en la Corona. Atrás queda la reticencia de Felipe repartir nobleza, una postura con la que se ha diferenciado de su padre durante su primera década de reinado. Sin embargo, el undécimo aniversario de su proclamación ha sido la ocasión ideal para romper con esa sequía nobiliaria.

Hace poco más de un año, un miembro del Consejo de Grandeza de España explicaba a Infobae que el actual monarca “tiene un perfil distinto al de su padre, al que no le importaba tanto la opinión pública y mediática a la hora de conceder nuevos títulos”. Según su relato, Felipe tenía muy en cuenta el “impacto negativo sobre su imagen y la de la Corona” que podía tener ese gesto, considerado anacrónico por una parte de la sociedad.

Ahora, el rey ha dado un golpe de efecto al conceder sus primeros títulos nobiliarios a figuras muy admirables para el conjunto de la población, con trayectorias destacadas en sus respectivos ámbitos.

La experta en comunicación y protocolo Diana Rubio observa “varias intenciones estratégicas” por parte del rey, que con su gesto “refuerza el papel del mérito civil como eje del reconocimiento institucional. Frente a la tradición de títulos ligados a la herencia o al favor político, esta medida destaca trayectorias ejemplares, construidas desde la excelencia profesional, la ética y el servicio al bien común”, apunta a este medio.

Por otra parte, Rubio interpreta los nombramientos como “un paso hacia la modernización de la monarquía”, ya que Felipe VI “aleja la nobleza de sus vínculos tradicionales con el privilegio aristocrático y la acerca a referentes reales de la sociedad civil”.

Bajo su criterio, la concesión de estos títulos marca el inicio de “un nuevo ciclo” en el reinado del monarca, que tras once años se encuentra ya consolidado y alejado de la sombra de las polémicas de su predecesor.

Los 11 años que ha habido que esperar para que Felipe VI conceda sus primeros títulos nobiliarios contrastan con la premura del anterior soberano para convertir en nobles a dos personalidades destacadas del régimen de Franco. El 25 de noviembre de 1975, apenas dos días después de ser proclamado rey, Juan Carlos concedió el Señorío de Meirás con grandeza de España a la viuda del dictador y el Ducado de Franco con grandeza de España a su hija. Ambas distinciones, junto a otras tres dadas por el emérito, fueron retiradas tras la aprobación de la Ley de Memoria Democrática en 2022.

En total, Juan Carlos I concedió 47 títulos nobiliarios, entre ellos tres ducados (la máxima categoría dentro de la nobleza) y 35 marquesados. Salvador Dalí, Gregorio Marañón, Mario Vargas Llosa, Margarita Salas o Vicente del Bosque estuvieron entre las figuras reconocidas por el soberano.

Entre los nombres de la lista se encuentra en tres ocasiones el apellido Borbón y Borbón. En 1982, el sucesor de Franco le concedió a su hermana Margarita el Ducado de Soria.

Juan Carlos también quiso premiar a sus dos hijas, Elena y Cristina, otorgándoles un marquesado como regalo de bodas. Así, en 1995 convirtió a su primogénita en duquesa de Lugo y, dos años después, su segunda hija recibiría el Ducado de Palma, el cual sería revocado por Felipe VI en 2015 ante la implicación de su hermana y su cuñado, Iñaki Urdangarin, en el caso Nóos.