Las mujeres con traumas infantiles tienen una mayor probabilidad de padecer una condición ginecológica que puede causar infertilidad

Esta afección, que tiene señales como dolor intenso, hinchazón grave, fatiga o depresión, afecta a una de cada diez mujeres a nivel mundial

Guardar
Las mujeres con traumas infantiles
Las mujeres con traumas infantiles tienen una mayor probabilidad de padecer una condición ginecológica que puede causar infertilidad (Freepik)

La mayoría de mujeres pueden afirmar que han vivido al menos una vez en la vida el dolor medianamente fuerte durante la menstruación. Sin embargo, esto no se compara con el dolor intenso, hinchazón grave, fatiga, depresión o la infertilidad que puede general el crecimiento del tejido endometrial fuera del útero. Esta afección, conocida como endometriosis, y que no tiene cura a día de hoy, afecta aproximadamente a una de cada diez mujeres a nivel mundial. No obstante, una de las cosas más preocupantes es la falta de investigación en el campo, pues los médicos aún no comprenden completamente las causas exactas de su aparición.

Hasta hace unos años, los ginecólogos experimentados no habían ahondado en esta cuestión, lo que ha hecho que la mayoría de mujeres que padecen esta enfermedad no puedan ser diagnosticadas hasta pasados ocho años desde el inicio de estudio de su caso. Sin embargo, poco a poco se van haciendo progresos que favorecen el contexto y se acerca bastante a conocer las causas exactas de su aparición. En concreto, la investigación publicada en la revista Human Reproduction, liderada por científicos del Instituto Karolinska en Suecia, ha proporcionado nuevas evidencias sobre los factores de riesgo asociados con esta enfermedad.

De esta manera, el reciente estudio ha revelado que las mujeres que sufren traumas infantiles, como el abuso físico o sexual, tienen una mayor probabilidad de desarrollar endometriosis. El análisis incluyó a más de 1,3 millones de mujeres nacidas en Suecia entre 1974 y 2001, y de ellas, más de 24.000 fueron diagnosticadas con endometriosis. Según lo que señala, se habría llegado a la conclusión de que las que experimentaban una infancia difícil o traumática tenían un 20 por ciento más de probabilidades de desarrollar la enfermedad en comparación con aquellas que no vivieron experiencias adversas durante su niñez. Además, este riesgo aumentaba a medida que el número de experiencias traumáticas se incrementaba.

“Las experiencias de la vida temprana pueden afectar la salud del cuerpo mucho más tarde en la vida”

Consulta de ginecología (Shutterstock)
Consulta de ginecología (Shutterstock)

Una de las conclusiones principales a las que ha llegado el estudio de la Dra. Marika Rostvall, investigadora principal, asegura que uno de los mayores riesgos de padecer esta enfermedad se vincula con un padre con una enfermedad mental, abuso de sustancias, problemas financieros o discapacidades intelectuales, así como presenciar o ser víctima de violencia o abuso sexual. En particular, las mujeres que habían sufrido violencia o abuso sexual durante su infancia fueron las que presentaron el mayor riesgo de desarrollar endometriosis.

Además, una cifra destacada del estudio señala que las mujeres que informaron haber vivido cinco o más experiencias adversas durante su niñez tenían un 60 por ciento más de probabilidades de padecer endometriosis en comparación con aquellas que no sufrieron traumas en su infancia. Gracias a este dato, Rostvall llegó a la conclusión de que “los resultados sugieren que las experiencias de la vida temprana pueden afectar la salud del cuerpo mucho más tarde en la vida y resaltan la importancia de observar a la persona en su totalidad, no solo los síntomas. Por lo que es innegable que existe una necesidad en considerar la historia de vida de las pacientes al abordar problemas de salud ginecológica.

Cómo actúan los médicos ante la violencia sexual: “Atendemos a mujeres agredidas por un desconocido. Las que sufren maltrato continuo no acuden a Urgencias”.

En cuanto ello, Rostvall planteó dos posibles explicaciones. Una de ellas es que el estrés provocado por experiencias adversas durante la infancia podría afectar al sistema inmunológico, dificultando su capacidad para eliminar de manera eficiente el tejido endometrial. Mientras que la otra hipótesis señalaría que el trauma infantil podría alterar la sensibilidad al dolor, lo que llevaría a las mujeres a experimentar síntomas más graves de la endometriosis, favoreciendo su diagnóstico. Sin embargo, los investigadores no han podido verificar la relación directa entre la muerte de un miembro de la familia y la aparición de la endometriosis. Aun así, “espero que los hallazgos puedan utilizarse para mejorar tanto las medidas preventivas como el tratamiento en la atención sanitaria”, agregó Rostvall.