Deciden tomarse una botella de agua y unos refrescos en un bar junto al Coliseo en Roma y les llega la cuenta: “Si lo llego a saber voy a una tiendecita a comprar anacardos ”

Aumentan los conflictos entre empresarios, clientes y trabajadores en el sector de la hostelería

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REUTERS/Guglielmo Mangiapane
REUTERS/Guglielmo Mangiapane

Bares, restaurantes, cafés. Las personas frecuentan estos establecimientos para la socialización del día a día. Refugiarse en un bar o ir a comer fuera de casa son pequeños gestos amables que los individuos tienen consigo mismos y para con los demás.

Sentarse a una mesa compartida o brindar con amigos son formas sutiles de conexión humana. La intimidad también sucede en el espacio público.

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Cocineros, camareros, comensales, todos tienen una función social dentro del espacio. Las relaciones son suelen ser cordiales, sin embargo, hay ocasiones en las que no todo es tan bonito como parece. Surgen contratiempos como parte de la convivencia y la realidad social.

29 euros por cinco consumiciones

Uno de los perfiles más virales que muestra las disputas en hostelería es la cuenta de X @SoyCamarero. Este perfil publica situaciones que le explican tanto compañeros de profesión como clientes. Esto puede estar relacionado con los malos tratos recibidos así como las injusticias cometidas contra ellos.

Recientemente, la cuenta - gestionada por Jesús Soriano - compartió el ticket que unos clientes recibieron en un bar de Roma, cerca del Coliseo. Esta publicación suscitó mucha polémica. El ticket ascendía a un precio de 29 euros por un agua natural, dos Coca-Colas y dos fantas.

El agua natural a cinco euros y las Coca-Colas y fantas a seis euros cada una. Muchas personas comentaron indignadas: “Si lo llego a saber, me voy a una tiendecita a comprar anacardos”.

Otras, no obstante, opinaban que eran precios razonables para tratarse de Roma: “seis euros por un refresco junto al Coliseo no me parece tanto”.

“Esta no es una terraza cualquiera, es Angelino ai Fori. Uno de los establecimientos más exclusivos de la zona”, comentaba un hombre que conocía el restaurante.

El aumento de los precios, sin embargo, es un problema social muy presente en la cotidianeidad de las personas. Aunque no a todo el mundo le afecte y los turistas no conozcan bien los sitios a los que deberían ir o no según sus posibilidades económicas, es importante tomar conciencia de lo que supone la inflación de los precios para el día a día de las familias.

Esto impacta en la calidad de vida y en su estado emocional. Discutir sobre los precios, por lo tanto, no es solo hablar de economía, sino también de política y justicia social. Que los precios están subiendo en todo el mundo es una realidad de la que cada vez somos más conscientes.

Las redes sociales en defensa de trabajadores y clientes

Una mirada a la historia del S. XX nos demuestra como estos fenómenos e injusticias sociales han tenido lugar en numerosas ocasiones. El trabajo y la regulación de los precios han sido debates históricos. Desde la Revolución Industrial, la Gran Depresión, la posguerra y la crisis del petróleo hasta la contemporaneidad, donde la inflación y el salario mínimo son asuntos que preocupan a las personas.

Ahora, con el auge de internet, las redes sociales han propiciado la aparición de ecosistemas digitales donde las personas pueden contar sus testimonios en relación con ello.

Las condiciones laborales de los trabajadores a veces son injustas. Conflictos, discusiones, largas jornadas de trabajo. Esto produce numerosos contratiempos con los propietarios y clientes.

Por ello cuando hablamos de restaurantes es importante tener en cuenta quiénes están al otro lado y en que condiciones se encuentran.

Sin embargo, las condiciones de los trabajadores no es solo el único factor que pone en riesgo la hostelería. El aumento de los precios también está dañando gravemente algunos locales y comercios.

Este proceso, sin embargo, no se produce de forma aislada. Está acompañado de una serie de fenómenos sociales como la turistificación y la gentrificación de los espacios.

Turistas hacen fila para entrar
Turistas hacen fila para entrar al Coliseo, en Roma, Italia, el 6 de agosto de 2021. (AP Foto/Riccardo De Luca, archivo)

Sobre todo en zonas emblemáticas, muy visitadas en verano como París o Roma, o barrios que por su potencial de residencia comienzan a acumular cada vez a más gente, volviéndolos con el paso del tiempo menos habitables.

Hay muchas personas que denuncian por redes sociales esta realidad social.