Encuentran “sana y salva” a una mujer que desapareció hace cuatro meses: el misterio de su paradero en este tiempo se mantiene

Una mujer de 33 años del norte de Londres, identificada como Portia Vincent-Kirby, ha sido localizada sana y salva tras permanecer desaparecida durante casi cuatro meses. La última vez que se la había visto fue el 21 de febrero, luego de compartir una tarde con sus amigos en Hyde Park. Desde entonces, su rastro se desvaneció por completo, sin actividad en su teléfono móvil, tarjetas bancarias ni pasaporte.

El caso generó gran inquietud, ya que las circunstancias resultaban altamente inusuales. Según su familia, Portia no había dado señales de querer alejarse voluntariamente y su desaparición fue descrita como “como si se la hubiera tragado la tierra”.

Finalmente, una pista permitió que agentes de la Policía Metropolitana la encontraran en buen estado de salud. Las autoridades confirmaron su aparición, pero no brindaron detalles sobre dónde estuvo durante estos meses. “Estamos satisfechos de anunciar que Portia ha sido hallada sana y salva. Agradecemos a los medios por su colaboración”, indicaron en un comunicado oficial.

Portia fue vista por última vez en el interior del pub Blind Beggar, en Whitechapel, el pasado 14 de marzo. Según relató su madre a medios británicos, ese día se habría encontrado con un viejo amigo de la familia, que no sabía que ella estaba desaparecida. “Dijo que estaba sentada sola, sin bebida ni comida”, explicó la madre, preocupada por el estado en el que fue vista.

Luego de ese encuentro, no volvió a saberse nada de ella. Las cámaras de seguridad del exterior no registraron su salida o las imágenes se habían perdido. Desde el 3 de marzo no utilizó ningún medio electrónico que permitiera rastrearla.

La policía había manejado la hipótesis de que podría haberse trasladado a Kent, su zona de origen, pero no se lograron avances hasta ahora.

Su hermano menor, Max, expresó en marzo su desconcierto ante la situación: “Estamos desesperados, la gente no desaparece de esta forma”. La familia, profundamente preocupada, recurrió a todas las vías posibles para obtener ayuda: difundieron su fotografía en redes sociales, contactaron con medios de comunicación y colaboraron activamente con la policía. La presión pública creciente contribuyó a que se difundieran imágenes de CCTV del último lugar donde fue vista, lo que alimentó tanto la esperanza como la preocupación por su integridad.

Desde su aparición, Portia Vincent-Kirby está siendo acompañada por profesionales, aunque no se han revelado detalles sobre qué ocurrió durante los casi cuatro meses en los que estuvo ilocalizable. La familia, si bien aliviada por su regreso, ha optado por mantener la discreción sobre los motivos de su desaparición. Queda la incógnita de si se trató de una decisión personal, una situación de vulnerabilidad o algún tipo de coacción. Por el momento, la prioridad parece estar en su recuperación emocional y en el respeto a su privacidad.

Cada año, en el Reino Unido se reportan cerca de 170.000 personas desaparecidas, según la organización benéfica Missing People. De ese total, alrededor de 98.000 corresponden a adultos, mientras que el resto son menores de edad, una cifra que revela el alcance del fenómeno. Si bien la mayoría de estas desapariciones se resuelven en cuestión de días (muchas veces con el retorno voluntario de la persona), aproximadamente el 1 % de los casos permanece sin resolver a largo plazo, lo que equivale a miles de familias que enfrentan años de incertidumbre.

El caso de Portia Vincent-Kirby, aunque concluido con un desenlace positivo, pone sobre la mesa la necesidad de revisar los protocolos de búsqueda y la forma en que las autoridades y los medios manejan este tipo de situaciones. El equilibrio entre el derecho a la privacidad y la necesidad de garantizar la seguridad es un desafío que sigue generando debate en la sociedad británica.