Qué es el lipedema, la enfermedad infradiagnosticada que se confunde con obesidad

Los síntomas del lipedema varían entre las pacientes y no todas presentan las mismas características

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Una mujer en consulta. (Freepik)
Una mujer en consulta. (Freepik)

El lipedema es una enfermedad crónica del tejido adiposo que afecta mayoritariamente a mujeres, sin un diagnóstico sencillo ni tratamientos completamente efectivos para eliminar sus síntomas. Según la Asociación de Afectadas de Lipedema en España (Adalipe), esta condición es poco conocida y frecuentemente mal diagnosticada como obesidad, a pesar de sus características únicas que la diferencian de otros trastornos metabólicos.

El lipedema se caracteriza por una acumulación anómala de grasa en las extremidades, principalmente las piernas, y en ocasiones también en los brazos, sin afectar manos ni pies. Es una grasa que no se elimina con dieta ni ejercicio, lo que genera una diferencia visual y desproporcionada entre unas extremidades voluminosas y el resto del cuerpo. En las piernas, esta grasa tiende a distribuirse de manera simétrica desde las caderas hasta los tobillos, deteniéndose bruscamente en esta zona, lo que produce un efecto denominado “pantalón bombacho”.

Este desorden metabólico, que algunos especialistas categorizan como “síndrome de grasa dolorosa”, genera síntomas como fragilidad capilar, aparición de hematomas con facilidad, alta sensibilidad al dolor y sensación de pesadez en las zonas afectadas. Incluso, acciones mínimas como una leve presión sobre la piel pueden generar dolor significativo. Además, las pacientes pueden experimentar pérdida de elasticidad en la piel y acumulación de grasa en áreas específicas, como alrededor de las rodillas o en la región externa de los muslos.

Principales síntomas del lipedema

Los síntomas del lipedema varían entre las pacientes y no todas presentan las mismas características. Algunos de los signos principales de esta enfermedad que recoge Adalipe son:

  • Descompensación física evidente entre piernas gruesas y pies delgados.
  • Acumulación simétrica de grasa en ambas extremidades inferiores, sin afectar manos o pies.
  • Aparición de venas varicosas o arañas vasculares.
  • Alta sensibilidad al dolor en las zonas afectadas.
  • Hematomas frecuentes ante mínimos traumatismos debido a la fragilidad capilar.
  • Dificultades de movilidad en etapas avanzadas al no tratarse.
  • Resistencia de la grasa afectada a dietas restrictivas o ejercicio.

Alrededor del 30% de las mujeres con lipedema también presentan acumulación de grasa en los brazos. Por otra parte, el trastorno puede manifestarse o intensificarse en etapas de la vida relacionadas con cambios hormonales, como la pubertad, el embarazo o la menopausia.

Enfoques y tratamientos disponibles

Adalipe subraya la importancia de un tratamiento adecuado para minimizar el dolor, detener la progresión de la enfermedad y prevenir el linfedema secundario, un posible desarrollo asociado. Se destacan dos grandes enfoques terapéuticos: conservador y quirúrgico. Entre los sistemas menos invasivos, incluyen el uso de medias de compresión, que ayudan a reducir las molestias, mejorando la circulación y limitando la progresión de la hinchazón en los tejidos afectados; los drenajes linfáticos manuales (DLM), que consiste en masajes especializados para estimular el sistema linfático y movilizar el líquido acumulado en las extremidades; y por último la terapia descongestiva, una combinación de ejercicios, compresión y cuidados específicos para aliviar los síntomas.

Entre los tratamientos quirúrgicos, se incluye la liposucción, mediante técnicas específicas y especializadas en el manejo del lipedema, es una opción quirúrgica para remover la grasa acumulada. Sin embargo, no garantiza resultados definitivos, ya que la progresión de la enfermedad depende de cada paciente.

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