El motivo por el que al médico de familia se le llama también “médico de cabecera”: “Antiguamente, no existían los centros de salud...”

Esta expresión afianzada en el lenguaje rememora tiempos de una medicina más sencilla

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Una paciente siendo atendida por
Una paciente siendo atendida por su médico de familia (Shutterstock España)

El médico de familia es uno de los pilares del sistema sanitario español. Este facultativo atiende al paciente durante toda su vida y es el primer filtro al que se accede dentro de la sanidad pública. Pero muchos continúan refiriéndose a este como médico de cabecera.

La expresión se sigue utilizando hoy en día junto con términos como “médico de familia”, “médico de atención primaria” o “médico general” para identificar a los profesionales sanitarios que atienden a los pacientes en primera instancia cuando presentan problemas de salud. Sin embargo, durante mucho tiempo, la denominación más común fue “médico de cabecera”, una expresión que aún persiste en el habla cotidiana de muchas personas.

La razón detrás de esta denominación es sencilla. Tal y como explica César Ramón (@cesarramon1964), un usuario de TikTok dedicado a contar curiosidades, “antiguamente, no existían los centros de salud. La gente, cuando se ponía enferma, llamaba al médico y este acudía a casa del paciente". En esta época, los médicos no disponían de consultas propias y, en cambio, acudían a los domicilios de los enfermos.

César Ramos en su vídeo
César Ramos en su vídeo de TikTok. (TikTok)

Cuando el médico era llamado y acudía a la casa para ver a su paciente, “los familiares acompañaban al médico a la habitación donde estaba el enfermo", explica César Ramón. Allí, “los familiares se colocaban en los pies de la cama y el médico se acercaba a la cabecera para hablar con el paciente”. Desde esta posición, el sanitario observaba de cerca su evolución y permaneciendo junto a él durante largos periodos. Cuanto mayor era la relevancia del paciente, más tiempo pasaba el médico en esa posición, siempre junto a la cabeza, lo que consolidó la costumbre de referirse a estos profesionales como “médicos de cabecera”.

Desde la Sociedad Española de Medicina Familiar y Comunitaria (semFYC) apuntan que este término surgió entre la Revolución Francesa y la Revolución Industrial. “Por lo general, eran médicos generales, por lo que se homologó este término con el de médico general”, explican.

Contrario a la muerte

La imagen del médico en la cabecera de la cama se contrapone a la figura de la muerte, que según numerosas historias y leyendas, se sitúa a los pies del lecho para llevarse al enfermo. El médico, en cambio, representa la esperanza y la lucha por la vida, permaneciendo en la cabecera para intentar evitar el desenlace fatal.

La permanencia del término “médico de cabecera” en el habla popular refleja la influencia de las costumbres médicas de épocas pasadas y la importancia simbólica de la posición del médico junto al paciente. Aunque la práctica médica ha evolucionado y los profesionales suelen atender en centros de salud, la expresión sigue evocando la cercanía y el acompañamiento que caracterizaban a los médicos de generaciones anteriores.

Con la llegada del siglo XX, la medicina comenzó a apostar por la especialización, lo que supuso el declive de la medicina general y de la figura del médico “de cabecera”, que empezó a verse como una categoría inferior. Sin embargo, a partir de 1950, la comunidad médica internacional tomó consciencia de la necesidad de un profesional que manejase la mayor parte de las necesidades de la población y que atendiera a la persona en su complejidad, lo que conllevó el nacimiento de la especialidad de Medicina Familiar en la década de los 60.