Un hombre bate el récord del número de maratones en un año y científicos analizan lo que ocurre con su corazón: “Ver que no hubiera secuelas fue realmente importante”

Hugo Farias tenía como objetivo realizar 366 maratones consecutivos para superar al atleta belga, Stephen Engels, que había corrido 365 maratones en un año

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Un hombre bate el récord
Un hombre bate el récord del número de maratones en un año y científicos analizan lo que ocurre con su corazón (Montaje Infobae, @hugofarias366)

Correr un maratón implica recorrer 42,195 kilómetros. A pesar de que hacerlo una vez ya representa un desafío físico y mental considerable, el brasileño, que hoy tiene 45 años, Hugo Farias, pudo ir más allá: completar esa distancia cada día durante un año bisiesto. En total, tenía como objetivo realizar 366 maratones consecutivos para superar al atleta belga, Stephen Engels, había corrido 365 maratones en un año.

Aunque su experiencia atlética previa era limitada, no quería ponerse freno. Y es que, durante más de dos décadas, Hugo trabajó en el sector privado como gerente ejecutivo de contratos tecnológicos. Sin embargo, esa rutina comenzó a hacerle ruido. “Llegó un momento en que me detuve y pensé: ‘¿Nací solo para esto? ¿Para repetir esta rutina durante 35 o 40 años?’. Y si es así, está bien. Aprendemos desde pequeños: elegir una carrera antes de los 18, especializarnos, entrar en el mercado, buscar estabilidad, formar una familia, prepararnos para la jubilación. Pero empecé a sentir que podía hacer algo más. Inspirar a la gente de una manera diferente. Pero... ¿qué?”, recuerda.

De esta manera, el brasileño se inspiró por el navegante Amir Klink, quien cruzó el Atlántico a remo y que le dejó impresionado. Así, comenzó a pensar que podía “imitar la trayectoria de Amir, solo que en lugar de navegar... voy a correr”, explica según un artículo de la BBC. Sin embargo, al conocer el reto que se había propuesto, un equipo médico del Intituto del Corazón (InCor) se hizo una pregunta que el mismo Farias quería conocer la respuesta: ¿qué efectos tendría en su corazón?

¿Cómo consiguió evitar cualquier daño cardiaco?

Para llevar a cabo su desafío, preparó todo lo necesario durante ocho meses para superar al atleta belga. Se enfocó en entrenamientos, logística, apoyo familiar, recuperación física y, sobre todo, un equipo médico que pudiera acompañarlo todo el año. De este modo, ha anunciado: “Formé un equipo multidisciplinario: médicos, deportistas profesionales como entrenadores, fisioterapeutas y un psicólogo... Invité a diferentes personas al proyecto, y una de ellas fue el Instituto del Corazón, InCor”, relata.

Una vez finalizado el reto, el 28 de agosto de 2023, el brasileño consiguió completar 15.569 kilómetros en 1.590 horas, lo que hizo que le condecoraran en el Libro Guinness como el primer ser humano en correr 366 maratones consecutivos. Pero, además de batir el Récord Guinness, Hugo quería que su esfuerzo también dejara una huella científica. “Pregunté si podían acompañarme, ver cómo reaccionaría mi corazón a este esfuerzo: si aumentaría, disminuiría, desarrollaría arritmias, alguna adaptación...”, ha comentado. Y así fue.

La cardióloga Maria Janieire Alves, del equipo de investigación del InCor, explica que el seguimiento del corredor pasó por el comité de ética del hospital. “Es la forma correcta y segura de llevar a cabo algo así, sobre todo cuando se trata de un proyecto innovador, algo que nadie ha hecho antes y que podría tener un impacto significativo en el corazón”, afirma. Después de que se aprobase, Hugo debía ser evaluado con ergoespirometrías mensuales y ecocardiogramas cada tres meses. “Establecimos límites basados principalmente en el volumen, no en la intensidad, para que pudiera completar el reto sin riesgo cardiovascular”, aseguró la doctora.

Del mismo modo, “a lo largo de todo el recorrido, monitoreamos los marcadores sanguíneos de daño miocárdico, realizamos ecocardiogramas y pruebas cardiopulmonares”, indica. Para sorpresa de muchos, el principal hallazgo fue la ausencia de daño cardiaco. No se detectaron cambios en los niveles de troponina, un marcador clave de lesiones en el músculo cardíaco. De esta manera, la cardióloga y su equipo llegaron a la conclusión de que “es posible adaptar el corazón a una carga atlética de alto volumen, siempre que la intensidad sea moderada”.

“Caminé 10 horas diarias durante cinco días, con una bolsa de hielo en la ingle”

Por su parte, un cardiólogo deportivo, llamado Filippo Savioli, que no formó parte del estudio, hizo una investigación ajena. En los resultados pudo subrayar la “ausencia de remodelación cardíaca patológica” incluso tras 366 maratones, lo que indica una adaptación fisiológica, es decir, natural y saludable, del corazón al esfuerzo prolongado. “Esto lo mantuvo en una zona segura de esfuerzo, donde el cuerpo aún puede equilibrar bien el uso de oxígeno y la producción de energía”, explica. Además, según los datos, Hugo corrió cada día a una frecuencia cardíaca media de 140 lpm, en torno al 70%-80% de su frecuencia cardíaca máxima estimada. Según el especialista, “correr en este rango reduce el riesgo de daños al corazón, como inflamaciones, cicatrices o arritmias”.

Al terminar el reto, Hugo confesó haber adquirido "un condicionamiento que nunca imaginé tener en la vida. Y ver que no hubiera secuelas fue realmente importante”. No obstante, aclara que su caso no es replicable sin control médico. “Claro, esto es solo un informe científico; soy uno entre miles de millones. Pero creo que aporta mucha información sobre la capacidad del cuerpo humano, especialmente para que te conozcas mejor a ti mismo”.

Otro de los detalles de los 366 maratones es que la mayoría de ellos los recorrió en la misma ruta, en Americana, São Paulo. Algo que, según afirma, “decidí hacer siempre por varias razones. Primero: mi cabeza ya sabía lo que me esperaba. Conocía cada subida, cada curva. Segundo: los puntos de parada e hidratación. Y la tercera razón, para mí, la más importante: la accesibilidad. Quería inspirar a la gente y que supieran cuándo y dónde encontrarme. A lo largo de este viaje, más de 5.000 personas corrieron conmigo”.

Pero no todo fueron buenas noticias. Durante el desafío sufrió varias lesiones: fascitis plantar, pubalgia, y episodios de diarrea. “La pubalgia fue una de las peores etapas. Una lesión muy dolorosa. Pero como no podía parar, me recuperé activamente: caminé 10 horas diarias durante cinco días, con una bolsa de hielo en la ingle. Luego, poco a poco, volví a la rutina: caminar, trotar... hasta que pude volver a correr 42 km”.

Después de dos años, Farias escribió un libro sobre su experiencia (Proyecto propósito: Nunca es tarde para escribir una nueva historia) y, como el reto fue verdaderamente reconfortante, ha ideado su siguiente movimiento: recorrer a pie toda América, desde Alaska hasta Tierra del Fuego, en 300 días, corriendo un promedio de 85 km diarios. “El objetivo es generar una mayor conciencia global sobre los beneficios de la actividad física y sobre la capacidad del ser humano para lograr cosas increíbles”, afirma. Porque a pesar de que “nadie necesita correr un maratón todos los días, pero cada persona necesita creer verdaderamente en su potencial”.